Existen poetas vivos y aquellos más vivos
De los primeros no hay
En absoluto de qué hablar
Ellos lo harán por nosotros
Porque son una compañía
Para la vida
Y para cualquiera que con desprendimiento
Quiera dedicarse a la literatura
O al arte
Te buscan y te poseen a modo del diablo
Y empiezan a hablar desde ti
No por alguna tarea pendiente
Sino porque se aúnan al trabajo de socavón
Al que sin saberlo muy bien
El neófito ha empezado a dedicarse
Colaboran a mantener el fuego
Y sostener en pie los hitos del meandro
Hacia el oro hacia la pepita que acaso te corresponde
Sobre los otros
Aquellos más vivos
No se presentarán como el diablo
De ningún modo aunque quisieran
Carecen de poder no tuvieron las agallas
Para ser unos demonios
Unos sátiros aunque un tanto más calmos
Pero aquellos bichos y bichas
Los de la foto retocada el truquito retórico
O la militancia en alguna causa
Tozudamente insostenible
Amigos de la prensa o de aquel profesor
O del jurado de aquel premio
Jamás verán a Dios porque precisamente
No fueron unos demonios
Sino más bien parásitos tibios y argollados
Y muy amantes de llamar la atención
Como si hubieran de permanecer eternos
En la instantánea
Verdad que no tenemos sino esta vida
Y no deberíamos esperar nada de la otra
Salvo que esta última
La hubiésemos estado viviendo desde ya
Acompañándonos desde nuestros juegos de niños
Y tan autista como nosotros
O en alguna u otra cosilla que escribiéramos
©Pedro Granados, 2021