Un amaru tiene hambre
Hambre de carne y alma
Y chispa de vivir
Un amaru ciego
Por sí mismo
Y por el mito ciego
Por la palabra
Que ahora urde
Con la L de su cuerno
Y la breve cola de su a
Un amaru lento
Prieto de tanto cariño
Aturdido de inocencia
Que pica cornea muerde
Este resto de humanidad
Que quiere vivir
Vivir y no morir entre
Ser profesor y hombre
Entre ser viejo y escolarizado
Entre aquel que cruza esta avenida
Y aquella otra
Más valdría irnos con nuestra negra
De culo de paraguas
Y de ágiles manos de hilandera
¡Pero hombre, deja ya de joder!
Cilios asomando por nuestras orejas
y entre el resuello de nuestras narices
El amaru o el hombre o nosotros mismos
Cómo podríamos distinguirlos
Un guiso común nos atrae
Semejantes aromas perseguimos
Una posada que no es de este mundo
Sino de otro apenas sumergido
Sino de otro muy mal camuflado
Prohibido obsceno pecaminoso
Desde que el pecado es en este mundo
Violar una regla de urbanidad
Mis muelas crueles mis apéndices sexuales
Mi veneno espeso mi pezuña espumante
No irrumpen en vano
Ni amortajan todavía
El cadáver que soy
Los cadáveres que somos
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