Archivo por meses: mayo 2017

México-Perú: Poéticas simétricas

[Avispas y pájaros]

Avispas y pájaros

beben de la misma fuente.

Así mi corazón

–sapo y picaflor–

se te acerca.

Mi viaje a México ha sido inevitable.

Con un alma soy un ave,

con la otra husmeo en los rincones.

Óyeme resumir este duelo de espadas.

Mírame espesarme en estos minutos frágiles.

No hagas que sea inútil, que sea ridículo

decirte esta verdad a medias. La verdad de mi amor.

Interpreta mis labios, pues, lee en mis ojos.

Sustrae del tiempo como de un árbol

–como de una rama–

el fruto rojo de mi amor.

De El fuego que no es el sol (Antología Personal 1982 – 1992) (Lima: Ediciones de los Lunes, 1993) p. 71.  Escrito en el Museo Rufino Tamayo (Oaxaca) en 1992.

Tony Harrison and me (Photo and letter: Margaret Randall)

¿La poesía mexicana descansa en Paz?

Poética mexicana contemporánea

POETAS DE PERÚ

Carmen Boullosa, el árbol y el remolino

Caudal de piedra: veinte poetas peruanos (1955-1971)

Blanco Móvil #114 “Celebraciones” Primavera 2010

Disparos a un Blanco Móvil

Iridiscencia del pensar en Alma Karla Sandoval

‘Antídoto’/ Jorge Esquinca (México, 1957)

Acercamientos críticos al infrarrealismo (JALLA 2016)

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Río Chinchipe: Poesía entre Ecuador y Perú

POESÍA ECUATORIANA POST ALFAGUARA

La Soledad impura de Pedro Granados/ César Eduardo Carrión

Jardín de arena/ Cristóbal Zapata (Cuenca, Ecuador, 1968)

‘La mirada es una lengua extranjera’/ Juan José Rodríguez Santamaría (Ambato, Ecuador, 1979)

“La familia extraterrestre de Santiago de Chuco”/ Juaquín Regalado

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Escribir con los pulmones: a propósito de Soledad impura/ Carlos Eduardo Quenaya

Entre el tropel de propuestas poéticas existentes en la actualidad es difícil encontrar una poesía que sepa guardar distancia de la gimnasia verbal, el colorido experimental, los buceos narcisistas, el exhibicionismo culturoso y , por contrapartida, se empeñe en ser fiel a sus impulsos más originales y ciertos. Porque la poesía es, como dice Granados, arte de adolescencia y los que pretenden atender su llamado deben estar dispuestos a prolongar la alegría del caminante que no sabe bien adónde va y que transpira, con lucidez y júbilo, el inexplicable hálito de lo desconocido. Julio Ortega, en el prólogo a un poemario de 1989, El muro de las memorias, escribió lo siguiente: “Entre el drama de lo inmediato y la ironía de su recuento, Pedro Granados, deja en este libro (como Tàpies en la grisura errática del mundo) los signos de su habla grabada a pulso, esto es, con zozobra y verdad.” Pienso que este juicio sigue siendo válido para el libro que hoy presentamos.

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“No hagas lo que puedas hacer mañana”/ Bibiana Vélez Cobo

Pintora colombiana Bibiana Vélez Cobo

“Mientras [Raúl Gómez Jattin] compartió la vida con los poetas de la revista Prometeo [año 1993], en el centro de la ciudad del Valle de Aburrá, en Cartagena, con el juicio de Pedro Granados, poeta peruano que se quedó un tiempo en Colombia, después del festival [Internacional de Poesía de Medellín, de aquel año], decidimos editar su libro El esplendor de la mariposa, cuyo machote ya tenía Raúl”

“No hagas lo que puedas hacer mañana”/ Bibiana Vélez Cobo

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Bolivia: “rígido ice cream del mundo”

Homenaje a Rubén Vargas (1959-2015)

Visión de La Paz

Sobre los cuatro mil
metros de altura
te escribo. Sobre
las treinta mil
personas que he visto
en el camino.
Inhóspito el aire
para la poesía.
Enorme atalaya es ésta
para el control de
vidas y almas
y sexualidades.
Toda Bolivia se halla
en el ropero. También
el Perú. Y probablemente
el completo casco andino.
Encerrados en el ropero
de nuestros deseos
y de nuestra aplazada dignidad.
Un gigantesco amaru se ahoga
por la dura costra
que lo separa de la superficie.
Un flamante neumático
ahora mismo lo pisa.
Ver y correr y ser derrotado
enésimas veces.
En qué onda
pillar el aire.
A través de qué escondrijo
palpar finalmente tus piernas,
tu culo redondo,
tu espumosa vagina.
Todos somos salvos.
Todos somos inocentes
sobre tan rígido ice cream del mundo.
Ni todas las muecas del diablo pueden disimular
nuestros dientes de leche.
El mundo andino pasa todo
por un agudo periodo de refrigeración.

Un poema para Alexander Coffee

Chairo con alguna notable poesía boliviana última

Juvenal Agüero en Bolivia

“Soledad impura” entre pulp fiction y la gripe A/ Juan Carlos Ramiro Quiroga

Jaime Saenz en el teleferico paceño: Algunos cables de su poesía

César Vallejo, nuestro “hermafrodita universal”

Pedro Granados: “Lo que importa es escribir”

¿Pedro Susz K. o Jesús Martín-Barbero?

RECUERDO DE JESÚS URZAGASTI (1941-2013)

La Ciudad Trilce de Christian Vera Ossina

Cochabamba, las cabinas de Internet y yo/ Manuel Munive

Poesía de Bolivia para el mundo

ÚLTIMA ENTREVISTA DE RUBÉN VARGAS (La Razón)

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Amalio Pinheiro respecto a nuestro “archipiélago” vallejiano

Mi amigo, este es un excelente análisis. Para los amerindios de Brasil
y sus vecinos el yo también se entrega a los otros múltiples y solo
actúa dentro del movimiento de intercambio plural interespecífico: el
archipiélago. Tu logras ahí, en contra de las autonomías textuales, un
zigzag interno/externo entre los acontecimientos amorosos (y mucho
más) y la aventura fónico-gráfica del poema, siempre, por lo tanto,
biografemático. Supéranse así los sociologismos identitários y los
formalismos. Interesante, de otra parte, como la palabra o el nombre
Trilce, fuera todo lo demás, es también una pauta o anagrama
gráfico-sonoro en palimpsesto que incluye los nombres de sus amantes:
Otilia, Rita, Mirtho… Y tantos otros pájaros y bailes.

De paso quiero decir que mi “Vallejografía” fue hecha como un
archipiélago barroco-rotatorio. Yo pensaba en el significado tupí de
la palabra “samambaia” (helecho): “Lo que se tuerce en espirales
arriba-abajo”.

Si quieres, me puedes poner esto en los comentarios? No supe hacerlo.

Mi mejor abrazo. Amálio.

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EL ARCHIPIÉLAGO VALLEJO: Trilce XLVII

Insumos para una biografia “multinaturalista” –en este caso– la de un autor tan importante y ya tan mediagrafiado e icónico como César Vallejo.  Hacia otra perspectiva de biografia en la que se tornarían visibles las identidades múltiples del personaje.  Es decir, una que en vez del secuencialismo historiográfico acostumbrado (Muniz Sodré), guiado por la ficción de la identidad única y por una perspectiva positivista o psiciologista; pueda, más bien, percibir al personaje biografiado en sus múltiples roles o dimensiones y, algo fundamental y prácticamente inexistente en las más conocidas biografias de César Vallejo, en su específicidad cultural o multinatural.

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A los treinta años de nuestra tesis, “Estancias, síntesis de imágenes aéreas en la poesía de Javier Sologuren (1944-1960)” (Bachiller, PUCP, 1987)

Algunas reflexiones:

Ensayamos allí un estructuralismo sui generis, adaptado para leer poesía –en particular fanopea (Ezra Pound)–,  inspirado en Levi-Strauss; y auxiliados por Gastón Bachelard, que nos permitió otorgar movimiento a los discretos elementos –y entre estos mismos– hallados en nuestro análisis    Práctica, no el estructuralismo entendido como tediosas y por lo general estériles “arborizaciones”, absolutamente ausente en la academia del Perú de la época.  El nuestro fue un ejercicio de inmanencia, a nivel teórico; y de producción de sentido, a nivel metodológico.  Lo básico fue iluminar, en los poemas de Javier Sologuren, la lógica de las relaciones, dinámica en sí misma, y predominantemente metonímica.  De algún modo, e invitados por el mismo Sologuren, hicimos además que se tocaran budismo zen y perspectivismo (multinaturalismo).   Resulta obvio que, al presente, observo mi estudio desde coordenadas académicas más o menos recientes: Descola, Viveiros de Castro, Latour, un rescatado Levi-Strauss… y Spinoza; pero no  oportunistas, sino que pueden dialogar y de hecho dialogan con nuestra tesis de 1987. Acaso no está demás mencionar que aquel ejercicio, en el rigor y la imaginación, modeló el sustrato de mi modo de leer poesía; el mismo que hoy por hoy se implementa de una manera un tanto más expeditiva y a la que se añaden, obvio, otros aportes teóricos.  Lectura íntima y no menos gozosa, asimismo, que seguimos recomendando como una opción o como antesala a otros modos de leer acaso más sesudos o más graves.  Leer estableciendo relaciones metonímicas –lo más justificadas posibles– entre texto y contexto; y sin soslayar el contexto más inmediato que es uno mismo.  Entre los estudiosos peruanos, nuestro condiscípulo, Luis Rebaza Soraluz, es el que se ha percatado de la especificidad y, seguimos confiando, virtual productividad de nuestro trabajo; va nuestra simpatía y gratitud por ello.

Pedro Granados, mayo 2017

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