Leo conmovido y estremecido su poesía y leo extrañado y a veces desconcertado, su periodismo mordaz contra lo cotidiano que muchas vuelve se vuelve pedestre y terrible. Y contra seres de carne y hueso, con un tono agudo, visceral, implacable. ¿Qué le significa al poeta corregir el rumbo del horizonte?
—Muchas personas se molestan con mis comentarios sobre los acontecimientos culturales y ciertas obras de ciertos escritores. Pero también son muchos más los que disfrutan y concuerdan con ellos así no lo digan. Sucede que entre nosotros no hay una cultura del debate, del ejercicio de la crítica, de la confrontación de ideas y propuestas. Lo que yo medianamente hago en otras partes, en sociedades democráticas es materia cotidiana, en Estados Unidos, en Alemania, en Francia se discute agriamente a menudo sobre todos los temas y asuntos y nadie frunce el ceño sino que da la cara. Aquí no. Aquí lo que se practica es la murmuración y la mala leche, pero en los conventillos, los cenáculos donde las camarillas se reúnen a planear la gloria y el despilfarro del dinero público. Yo no he escrito más de veinte artículos sobre esos temas en toda mi vida, pero han sido tan certeros que han terminado opacando mi obra literaria, la gente cree que vivo dia y noche hablando mal de los grandes impostores de hoy, que son legión, y están al servicio de empresas banales y dañinas. ¿Qué le parece a usted la gloria de ese lagarto de profesión, heredero de un inmensa fortuna en negocios inmobiliarios que es Hector Abad Faciolince, cuyo llanto llega hasta los mares de China, gimiendo con miles de dólares en la mano para regalar a sus amigos Juan Cruz, Mario Vargas Llosa, Almudena Grandes o Garcia Montero con lujosas ediciones de libros viejos sacados de cofres encontrados en el Congo Belga o la Bahía de la Animas, en algún galeón hundido por ingleses? Una gloria que no durara ni para pagar los interés de esas tremendas inversiones…
Que no me he equivocado lo demuestra el hecho de que no han podido silenciarme. La Internet es más peligrosa que un editorial del New York Times…