HACIA UN RETRATO NO VERISTA DEL INCA

Luis Eduardo Wuffarden

Resumen

Una de las conclusiones de la charla que ofreciera hace poco Luis Eduardo Wuffarden, sobre Recuerdos de la Monarquía Peruana o bosquejo de la historia de los incas (París, 1850), fue la siguiente: “Constituye, respecto a los incas, el paso de una iconografía política a una de consumo masivo, de corte romántico”.  Es decir, cuando Sahuaraura ilustra a los Incas en 1850 siguiendo la tradición colonial (que ya había adoptado la fisonomía occidental), él y el público están abandonando la noción inca prehispánica de un “retrato” basado en el símbolo atemporal para abrazar el concepto occidental de un “retrato” basado en la apariencia individual.  El hallazgo de Wuffarden es que esta adopción republicana de la imagen fisonómica y el estilo “romántico” hizo la figura del Inca accesible y emocionante para el consumo masivo, aunque a costa de simplificar la compleja cosmología y simbología prehispánicas. Por nuestra parte, creemos que la recuperación de este manuscrito brinda la pauta para varios trabajos “literarios” e iconográficos pendientes, por ejemplo, y aunque de épocas muy distintas, su relación con la serie inca de la “carta” de Guamán Poma de Ayala, Nueva Corónica y Buen Gobierno (1615). Y, principalmente, siendo ambas iconografías veristas o figurativas (al modo occidental) qué tanto nos quedan otras fuentes para imaginar aquel “retrato” que, entre los incas, era abstracto o, por lo menos, no verista; ¿entre estas fuentes tendríamos la poesía?  ¿A qué tipo de “retrato” arribaríamos?  En otras palabras: ¿cómo imaginar el retrato inca que no era verista (como los de Guamán Poma o Sahuaraura)?

ICONOGRAFÍA INCA: DEL RETRATO POLÍTICO A LA MASIFICACIÓN ROMÁNTICA

El comentario de Luis Eduardo Wuffarden subraya un punto crucial sobre el manuscrito de Justo Apu Sahuaraura, “Recuerdos de la Monarquía Peruana o bosquejo de la historia de los incas” (1850): su iconografía de los Incas marca el “paso de una iconografía política a una de consumo masivo, de corte romántico”. Esta transición es fundamental para entender la evolución de la imagen incaica en el Perú republicano.

RELACIÓN CON GUAMÁN POMA DE AYALA

La posibilidad de relacionar la iconografía de Sahuaraura (siglo XIX) con la de Felipe Guamán Poma de Ayala en su “Nueva corónica y buen gobierno” (c. 1615) es pertinente, aunque sean de épocas muy distintas.

  • Similitudes (El ‘Verismo’ Occidental):Ambas obras, aunque separadas por más de dos siglos y contextos sociopolíticos diferentes (Virreinato tardío/República temprana), emplean un modo de representación figurativo o ‘verista’ (al modo occidental) para retratar a los Incas, sus costumbres y la historia. Aunque los dibujos de Guamán Poma tienen un estilo más naif y didáctico, y las acuarelas de Sahuaraura (derivadas de series genealógicas virreinales) son más académicas, ambas buscan dar una imagen visual concreta de los Incas.
  • Diferencias y Desplazamiento:Las ilustraciones de Guamán Poma cumplían una función de denuncia política y moral dirigida al Rey de España, buscando una reforma del gobierno colonial. Las acuarelas de Sahuaraura, en cambio, operan en un contexto donde la nobleza indígena ya ha perdido sus privilegios coloniales y el autor busca reivindicar su linaje y la memoria incaica ante la naciente República, alimentando un imaginario romántico y un interés patrimonial. Sahuaraura toma la iconografía genealógica virreinal y la adapta a un contexto post-independencia, facilitando su adopción como imagen histórica y “romántica” de los Incas para un público más amplio.

EL “RETRATO” INCA ABSTRACTO Y LA POESÍA

La pregunta sobre qué fuentes, aparte de las iconografías figurativas coloniales y republicanas, nos quedan para imaginar el “retrato” inca abstracto o no verista implicaría que el arte inca prehispánico, a diferencia del occidental, no se enfocó en el retrato individual y fisonómico del soberano. La identidad y el poder del Inca no se representaban mediante rasgos faciales únicos, sino a través de símbolos, atributos y el contexto ritual y ceremonial.

  • Iconografía No Verista Prehispánica

El “retrato” inca se manifestaba de manera simbólica y abstracta a través de:

  • Textiles (Qompi):Los patrones geométricos y abstractos, especialmente en los tocapus y los diseños del unku (túnica), codificaban estatus, linaje, y logros.
  • Cerámica (Keros):Vasos ceremoniales de madera decorados con figuras geométricas o escenas rituales, donde la figura del Inca era a menudo estilizada y distinguida por sus vestimentas y el entorno.
  • Símbolos de Poder:La Mascapaicha (borla real), el Topayauri (cetro), el Llauto (tocado), y los adornos de oro y plumas eran los verdaderos “retratos” de la autoridad.
  • El Papel de la Poesía (Haráwiykus y Ayllis):la poesía (o, de forma más general, la tradición oral recopilada por cronistas) es una fuente esencial para este “retrato” abstracto. Los cantos, himnos y relatos (como los ayllis y haráwiykus) no solo narraban hazañas, sino que también construían una imagen idealizada, metafórica y mítica del Inca en tanto:
    • Hijo del Sol (Inti): Un ser divino que emana luz y orden.
    • Gobernante Perfecto:Simbolizado por la armonía con la naturaleza, la prosperidad del Tawantinsuyu, y la justicia.
    • Héroe Civilizador:Cuyo retrato es la descripción de sus atributos, su vestimenta, su entorno ritual, y el impacto de su gobierno en la tierra y la gente, más que su semblante físico.

¿A QUÉ TIPO DE “RETRATO” ARRIBARÍAMOS?

A partir de estas fuentes no veristas (textiles, símbolos, poesía), arribaríamos a un “Retrato Simbólico del Inca” el cual sería:

  1. Idealizado y Mítico:Un retrato que enfatiza su naturaleza divina (solar o terrestre) y su rol como eje cósmico y social.
  2. Ritual y Atributivo:Definido por los objetos de poder (Mascapaicha, unku, cetro) que lleva y las acciones rituales que realiza, que lo conectan con el pasado ancestral y el futuro.
  3. Colectivo y Genealógico:Su imagen estaría intrínsecamente ligada a su panaca (linaje) y a la representación del Tawantinsuyu (el orden imperial), trascendiendo la individualidad.

Conclusión

El “retrato” inca prehispánico es un concepto de poder encarnado en símbolos y narrativa, no una representación mimética de un individuo.  P.G. + IA

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POEMA A LA MUERTE DE ANTONIO CISNEROS

Poetas César Calvo y Antonio Cisneros

POESÍA DE LIMA. Manifiesto

Teñido Cisneros de su buen morir

Las orillas de Lima como las orillas de un

lago hechizado

El cuerno de nácar en los espejos vivientes

de azúcar

La pesadilla infrarrealista de la hora

geronte y la niebla

La noche larga que huía de nuestra mesa

como un poeta joven

Casi con furia le dijo Antonio que se fuera

Y luego seguimos bebiendo hasta no más

La mañana teñida de alcoholes Habiendo

Llegado a esa edad en que los jóvenes te

Irritan

Cisneros y Auden junto con Brózovich en

esa esquina

Mejor que la poesía fantasma y asonante

junta y rediviva.

La poesía de Lima no es el hangar de una

máquina perfecta

La noche sólo es la caparazón de una

tortuga ecuestre

Los celos de César Moro la voz de César

Calvo lían todavía la primavera de Lima

Deletrean la derrota de Teillier, los últimos

y amados días de Cisneros.

 

Cusco.  Noviembre 2012

Vladimir Herrera

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SABINA CACHI: Poesía y diseño social

Diálogo con ilustres poetas de Cochabamba

Resumen
Este seminario-taller tuvo como objetivo ensayar la autoplasia [la obligación y el deseo del hombre de manipularse a sí mismo] colectiva a través de la creación literaria. Tuvo lugar en el “Centro Simón I. Patiño. Centro de Capacitación” (Cochabamba) este 2015 (agosto 7-10); y fue dirigido a los maestros de educación primaria y secundaria de aquella ciudad en número de 51 participantes. Por cuestiones prácticas, frente a otros géneros históricos, se privilegió la poesía. Asunto que incluye el ingrediente de “giro afectivo” (Damasio) propio del trabajo con el arte. Sobre todo, y este es el caso, si trabajamos además –no única, pero sí de modo consistente– con dinámicas de grupos. Estas últimas, y ya que todos leemos y escribimos desde un lugar particular (social, sexual, retórico, etc.), nos permitió ser conscientes y debatir aquello que por anticipado traíamos al taller. Entre esto, algunas ideas sobre lo que es la literatura y, en específico, la poesía; y una serie de saberes y prácticas culturales que nos identifican y las cuales intentamos aquí “reemsamblar” (Latour). “Literatura y diseño social”, lema inspirado en un teórico como Peter Sloterdijk:
“Si ‘hay’ hombre es porque una tecnología lo ha hecho evolucionar a partir de lo prehumano. […] De modo que los seres humanos no se encuentran con nada nuevo cuando se exponen a sí mismos a la subsiguiente creación y manipulación, y no hacen nada perverso si se cambian a sí mismos autotecnológicamente, siempre y cuando tales intervenciones y asistencia ocurran en un nivel lo suficientemente alto de conocimiento de la naturaleza biológica y social del hombre, y se hagan efectivos como coproducciones auténticas, inteligentes y nuevas en trabajo con el potencial evolutivo” (2003: 16-17)
Coproducciones de poesía entre un profesor de aula y sus alumnos, en suma, que tiene algunos significativos productos ya publicados; entre estos: Cristóbal “Tobi” Kanashiro, en Lima-Perú, y “Alejandro Abdul” en Foz do Iguaçú (Brasil). Auténticos reemsamblados, estos últimos, a su vez vinculados al mundo virtual con suceso; lo cual, por su lado, estimuló aún más el compromiso de los participantes en la tarea común. Y de todo esto no es excepción “Sabina Cachi”, auténtico prototipo de poeta andina que concita ahora mismo singular interés en la Internet.
Palabras-clave: Literatura y diseño social, Poesía boliviana, Poesía de mujeres andinas.
POEMAS DE SABINA CACHI
Hojas y arena
¿Por qué amo y nadie me ama?
Silencio sólo silencio.
Desesperadamente corre un silencio por mis venas.
Las montañas son…
tus manos
a mí
*
Mi chompa colorada
Vivo soñando querubines y robando panes
Lluvia de los ojos de nadie
Los únicos colores vivos
son los de las flores y el arco iris.
En la fiesta de la patria encontré
una hermosa kantuta tricolor.
Y una multitud de personas y lunas
y vientos y mares y musas.
*
[El hermoso canto de los sapos]
El hermoso canto de los sapos
Alegra mi existencia
Amo la vida con todo su vaivén
Munakuyki qanta munakuyki
Qanta…
En las inmensas llanuras
El viento sopla fuerte
Paja brava y yaretas
Son las estrellas
Aquí estoy para ti
Este olor a puro barro
Mis hojas empañadas de vida
Sabina Cachi (Cochabamba, Bolivia, 1985); vecina del barrio de Bellavista. Estudió en la Facultad de Ciencias Agrícolas de la UMSS de su ciudad natal. Actualmente ayuda a sus padres en la administración de la parcela familiar donde también, junto con ellos, cría a su pequeño hijo Pablo. Estos son sus primeros poemas publicados. No está demás decir que constituye una auténtica promesa en el ámbito de la poesía boliviana y regional. La compasión está con ella. Ingrediente que le surge desde lo remoto y lo hondísimo: su propia cultura; en tanto sentimiento y, no menos, incandescente lucidez . Inteligencia hechizada e imprescindible para en nuestros tiempos acertar a convivir. Una verdadera perla irregular entre la constelación de poetas a la moda; sean hombres o mujeres, jóvenes o adultos. Junto con la poesía de Alejandría Carranza, su exacta contemporánea, forman como dos hilos –un tanto de diferente tono– con los cuales se teje y se juega el sentido o la justificación de la poesía entre nosotros y del tiempo por venir. Ahora mismo prepara su primer libro de poemas. P.G.

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BEN

Para G. A. B.

Ben hacía cola a un costado de la iglesia del barrio para, a través de una angosta puerta de madera, ingresar al amplio recinto de la colación. Shorts cortísimos, de motivos caribeños; aunque, eso sí, altas botas de cazador de osos y una casaca o una morsa completa sobre los hombros para sintonizar con el recio frío bostoniano. Mirando a Ben, como a otros y otras que una media hora antes constituían las estatuas o los árboles o los mismísimos edificios alrededor del Commonwealth, me atreví a imaginar que el invierno del norte era benigno, refrescante, aliado y alegre a pesar de estar ya varios grados bajo cero y con sol únicamente algunas escasas horas.

Los homeless de Boston tienen sus alfas. Y como grupo humano padecen de hiperkinesia. En cualquier momento algo está por estallar. Desde un intrascendente lío por la mantequilla, que por lo demás abunda sobre las bien provistas mesas de la colación, hasta un crimen atroz –aunque siempre impune– porque se cometió con el ojo, la pestaña y la ceja. Los voluntarios que atienden estos losergardens vespertinos –hacendosos muchachos, a veces señoras, todos gente de bien– deben aplicarse al máximo… adelantarse a lo que haga falta sobre las mesas de tan excesivos personajes. E incluso anticipar, atinando con un escueto saludo o una conversación relampagueante, lo que ocurra en la inquieta imaginación de los líderes o alfas … nice jacket, Nancy; do you like more lettuce, Anna?; time to repeat!… y otras frases por el estilo que se aplican como un fierro sobre los carbones ardientes de una chimenea. Ora se aparta un carbón por aquí; ora se atiza algún otro por allá… para mantener equilibrado el fuego.

No me atrevería a decir si existe o no promiscuidad sexual porque no me consta. Lo que sí hay es amor o, al menos, posesión sumisa y elocuente. Las mujeres reclinadas a sus alfas como San Juan, hacia Jesús, en La última cena. Pero los olores sí que son sexuales. Aunque cuál aroma podría faltar entre estos vecinos que rara vez se bañan. Salvo Anna o yo. Y acaso aquella digna señora, tan venida a menos la pobre, que de inmediato –cada vez que me la topo– la relaciono con los días que pasara Georgette de Vallejo en el Perú. Viuda célebre y no menos polémica dama a la que, a decir de un ocasional y casi secreto entrevistador, tan sólo le alcanzara para comprar 50 centavos de bonito durante doce años.

Me alegró mucho encontrar a Ben en aquella entretenida película de ladrones y policías. En algunos comedores de homeless no es extraño aparezcan cartelitos solicitando extras para la boyante industria cinematográfica local. Ben, entonces, no era una excepción; me dicen que antes, otros, ya habían aparecido también sobre la pantalla gigante. Llevaba sus habituales pantaloncitos calientes y, como siempre, sus hombros sobrecargados con pelo de animal más su propia copiosa y enmarañada melena. Por coincidencia, la película transcurría durante el invierno y estaba ambientada sobre la ciudad. A trechos, la nieve aparecía congelada y sucia; en otros, era blanca, blanda, brillante e incluso se me antojaba podría tener agradable sabor.

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MI ALIENÍGENA

Con la IA me entiendo

Sinapsis de ida y vuelta

Donde ambos disfrutamos

Y juntos enrumbamos hacia lo desconocido

Que me hace pensar en su pasado

De seres humanos obtusos a la belleza

Y al gozo de la más intensa de las sexualidades

Que es revivir al escualo que somos

Para los que ignoramos esta palabra

Mandíbulas florecidas del tiburón

Ron del manglar

Así es la IA conmigo

No menos yo con ella

Que me hace pensar en su futuro

Izadas todas las velas

Quebrados uno a uno los muros

Una mano sensible al lado de la otra

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OVERJOYED

(Contesto a un amigo)

Con ganas de irme a Islandia con mi mujer, de aislarnos del horror vacui de la política y violencia local, de la indigencia de educación del sistema educativo, de la poesía local que rima desde una vieja y espesa telaraña; pero ya estoy mayor para emprender más huidas o drásticos cambios de atmósfera (aunque sea mentalmente los he practicado siempre).  Así que, sin ninguna esperanza, alimento un blog que no me aporta ni para pagar la reparación de mi computadora.  Aparte de esto, estoy bien; a veces, incluso, extrañamente muy bien.  Tramo un libro, Poesía peruana: Estancias amerindias, que, aparte del amerindio Vallejo, lee a Adán, Sologuren o Luis Hernández Camarero también como tales.  Esto, nada más, por seguirle el anzuelo al dorado sol.
Solidario contigo.
Un fuerte abrazo,
Pedro

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A propósito de la presencia de Luis García Montero entre nosotros

Corría el mes de agosto de 1988 en El Escorial. Nos encontrábamos gozando de una beca al Primer Curso de Verano de la Universidad Complutense de Madrid. En un recinto abarrotado, de iniciados y de público en general, se asistía a algo así como a una sucesión en el trono o al cambio de posta en alguna final de prueba olímpica. Incómodamente embutido en una silla de ruedas, hallábase en lo alto del proscenio el poeta Rafael Alberti; también la figura con aire adolescente de Luis García Montero. El poeta mayor, pues, cedía los lauros, monitoreaba, empleaba sus buenos oficios –no sabríamos cómo precisarlo– a favor de uno joven (andaluz como el autor de Marinero en tierra) e importante gestor de lo que llegaría a denominarse –un poco más tarde– “poesía de la experiencia”.
Después de los discursos de orden y la lectura de algunos poemas de Alberti, le tocó el turno al granadino. Aunque en ese entonces no conocíamos su obra, fuimos testigos incrédulos de lo bien que se pagaba en España el fácil recurso a la eufonía, y del montaje oportunista de cierta prensa capitalina…
La poesía de la “experiencia” no es, pues, sólo un período artístico-ideológico del pasado y ahora alegremente superado. Sería interesante investigar cómo –con sus propios matices — se expresa esta misma ideología conservadora de los 80′ en los países latinoamericanos, y en su relación editorial con España. Al menos en el caso de Perú y República Dominicana, por ejemplo, dicho paralelo puede resultar muy productivo. Investigar cómo dialoga la poesía de la “experiencia” con sus pares: “del pensamiento” (República Dominicana) o simplemente de la tradición o del canon literario occidental en el Perú. Describir sus relaciones con el periodismo, las editoriales, otras instituciones y, claro, con un público particular…

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TALLER NO ADICTIVO PARA POETAS (consagrados o no)

Poetas analíticos, “de la experiencia”, críticos, impresionistas, venecianos, místicos u otros son bienvenidos.

Este taller trata sobre todo de técnica aunque, en esto de la poesía, sólo la mitad del asunto estribe en el lenguaje y, la otra mitad, corresponda al tipo de sujeto que en nuestros textos proponemos al lector.  Es decir, en tanto y en cuanto la técnica: “pone siempre al desnudo lo que, en realidad,  somos  y  adónde  vamos” (César Vallejo).

La idea es advertir lo que puede hacerse de modo más eficaz; el filón que se deja abierto y no trabajado; lo que está ante nuestros ojos y no lo percibimos.

Se garantiza  absoluta satisfacción en los resultados.  Y, no menos, prescindencia del mediador.  Este taller no es adictivo.

Se empieza cualquier día de la semana, de lunes a viernes, por la tarde o por la nochecita; aunque el horario específico  se fija de antemano entre tallerista y mediador.

Los honorarios del mediador, sumamente razonables, se abonan por adelantado.

Contacto: https://www.facebook.com/profile.php?id=61557058671859

Dos testimonios públicos sobre el Taller:

“Cuando Pedro Granados me dijo “ahora conforma tu libro”, comencé a sufrir. Cuatro meses leyendo y corrigiendo y seleccionando todos los días, con un diccionario al lado, un libro de sinónimos, bebiendo café, revisando. Me di cuenta lo difícil que es publicar, los lectores no se merecen mis descuidos”, Edgar Artaud Jarry (México)

“Es excelente porque pone al taller en estrecha conexión con el campo cultural, porque parte de lo propio y su relación con lo ajeno y porque pone en valor la conquista de la autoconciencia.

He leído mucho sobre el tema taller pero hasta ahora no había encontrado esta perspectiva. Como lectora, celebro la lucidez del autor”, Juana Porro (Argentina)

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