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Antologías [Máscaras de Orfeo ] / Frank Báez

elarlequindehielo.obolog.com

Recibo un email donde leo que me han incluido en una antología dominico – brasileña llamada Máscaras de Orfeo. Mi segunda aparición en antologías en menos de dos meses. Si continuo con ese ritmo, de seguro para el 2020 le ponen mi nombre a una calle de la Feria del Libro. Pero bueno, entro a Facebook y le pregunto a Homero [Pumarol], quien también sale en la antología, si va a la presentación en el teatro nacional. El escribe que nos vemos a las seis, pero como llego a esa hora y no lo veo por parte, camino por los alrededores de la Feria. Me pongo a ver libros. Compro dos libros de Fernando Vallejo que me faltan. Le digo que no a las vendedoras que salen de los stands y tratan de convencerme de que compre libros de cocina o enciclopedias.

– Compre ete.

– ¿Cómo evitar la eyaculación precoz?

– Sí.

– No, gracias.

– Tengo: Todas las Posibilidades. El libro de Banintel.

– No.

De ahí cojo hacia el stand del Fondo de Cultura Económica. Me paro y estoy a punto de ver los libros cuando oigo toser a uno de los mexicanos que antienden. Mejor prevenir que lamentar, digo pensando en la gripe porcina. Doy la media vuelta y sigo de largo al teatro. En la entrada me topo con Yuli, Emelio y Miguel. Subimos y frente a la puerta de la sala hay una mesa con varios libros de la antología desplegados. La están vendiendo a cien pesos. Entramos a la sala. En una larga mesa, un tipo con boina y Basilio ensacado están sentados de cara al público. La actividad está a punto de iniciar. Como siempre, hay más poetas que público general. Veo a uno que otro poeta que sale del salón al verme sentado en la sexta fila. Basilio lee la introducción que hizo para el libro. A Homero, quien llega de pronto, lo pone en la generación de los noventa. A mí, en la de los neotestimoniales, que se supone es la del nuevo milenio y que por cierto suena a nombre de iglesia evangélica.

Tan pronto termina Basilio [Belliard], le pasan el micrófono al brasileño. Este habla en un español impecable y emprende a decir que su discurso va a ser pesimista. Dice que la sociedad brasileña es una sociedad cerrada, que no circulan obras extranjeras, que su literatura casi no se conoce y que allá no se traduce. Espero a que contradiga esto, sin embargo, increíblemente él parece secundar esta postura. Se mofa de la referencia que hizo Basilio sobre los concretistas brasileños. Cuenta de dos poetas brasileños que aparecen en la antología y que vinieron al país, pero que no se encuentran en la sala, de seguro porque andan por Boca Chica o con par de jevitas o jevitos sentados en las rodillas. Que cool son los poetas. Tan importantes y ocupados son que no participan en las actividades a las que se les ha invitado. Que cool se portan, sobre todo cuando vienen a un país tercermundista donde se les paga la estadía y los boletos de avión, dinero que se pudiera usar para comprar pupitres o comprar sueros en los hospitales donde los médicos están en huelga, una huelga infinita, por cierto. Aunque si estuvieran en la de Nueva York o en la de Guadalajara, de seguro estuvieran sentaditos y tranquilitos ahí. Pero bueno, el antologador toma la antología y lee unos poemas en portugues que se hacen largos e incomprensibles. ¿Por qué incomprensibles? Porque están en portugués.

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La chimiferia del libro [de Santo Domingo]/ Pedro Conde Sturla

www.remolacha.net
Picoteo de Obama en Santo Domingo

Hace mucho tiempo, la Feria del libro era una chimiferia del libro, algo parecido a la proliferación de aquellos carruajes de metal que se incorporaron al paisaje urbano en los años setenta, diseñados para la venta de emparedados a base de vegetales, salsa de origen incierto y peligrosas salchichas de carne de cerdo al carbón, los célebres y desacreditados chimichurris, de cuyo nombre no conozco el origen, pero sí el uso que estoy usando con toda mi mala leche.

Era así la Feria del libro, sobre todo en la época en que se realizaba –bajo perennes aguaceros que nunca han dejado de caer- en los predios del antiguo parque zoológico que hoy se llama Plaza del Conservatorio o algo parecido.

En esa etapa, el culto del arrabal y el chimichurri invadía todos los aspectos del magno evento libresco.

En cualquier Feria del libro, como en cualquier semana de carnaval o festival del merengue, el área se convertía en campamento de tenduchas y ranchetas fijas y móviles del género chimichúrrico.

La basura, el desorden, los altoparlantes a pleno pulmón se hacían reyes del lugar en la medida en que se libraba una competencia feroz entre los vendedores de las principales compañías de refrescos, pizzas, cervezas, venenosas bebidas artesanales, arepas, cachapas, hot dogs, hamburguesas y los mencionados chimichurris de bien ganada fama chúrrica o churrigueresca.

Estaban allí, dignamente representadas, la cultura del chicharrón y el puerco asado, sin olvidar el maíz hervido en agua sucia, que es lo mejor de todo.

Incluso, en alguna ocasión, en la Feria del libro fueron exhibidos animales importados del nuevo Jardín zoológico y botánico, a manera de atracción de feria nada libresca.

Por último estaban los libros, que nunca han competido en venta con bebidas y comidas, libros casi relegados a un segundo plano, cuando no invisibles y, sobre todo incomprables.

Si por casualidad aparecía una obra interesante y a buen precio, sólo se debía a la piedad democrática de los editores piratas.

El evento, organizado con limitada efusión de medios económicos y propagandísticos, presentaba al visitante un aspecto macondiano, lo cual no era contraproducente. Era quizás lo más representativo de todo.

Al fin y al cabo, no hay nada más libresco ni literario que Macondo. A ese espectáculo deprimente le llamaban triunfalmente Feria del Libro, una lamentable sucesión de casetas maltrechas dispuestas en orden caprichoso por una ruta de tropezones, en cuyo interior se ofertaban ejemplares de libros que por su precio parecían piezas de museo y muchas veces lo eran.

Era, como he sugerido, una feria chimichúrrica, chimichuresca, chimichurriosa a carta cabal.

Hoy, todavía, la Feria del libro, la ahora pomposa Feria internacional del libro, sigue siendo, en cuanto a libros se refiere, una chimiferia del libro, un espectáculo circense con un marcado carácter mercurial, no cultural, propagandístico y gobiernista.

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bisiestenario

Amigos del bisiestenario: Aquì les envio la lista completa de los invitados hasta ahora -pueden invitar a quienes quieran- En Argentina el Bicentenario es el 25/5/2010 asì que hasta principios de 2010 hay tiempo para subir textos al blog y hacer algo con eso.

www.reproarte.com/.../0489-0037_la_siesta.jpg
Jean-François Millet – La siesta

Acá va la dirección del blog: http://bisiestenario.blogspot.com/
Cómo funciona esto:
1. Abrir www.gmail.com
2. Nombre de usuario: bisiestenario: contraseña: 18102010
3. Ahí se abre la dirección de mail.
4. En una pestaña aparte, abrir la dirección: www.blogspot.com
5. Hacer clic en NUEVA ENTRADA (rectángulo celeste, al medio de la página)
6. Ahí se abre la página para publicar los textos. En el campo TÍTULO, poner el título a elección de cada uno y el texto en la parte de abajo.
7. Hacer clic en PUBLICAR ENTRADA (rectángulo naranja, abajo a la izquierda)
8. Para visualizar lo publicado, hacer clic en VER BLOG (arriba, derecha)

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Mapa de música (La poesía de Gloria Mendoza Borda)/ Raúl Rivero

escritores.wordpress.com

La poetisa Gloria Mendoza Borda, nacida en Puno, Perú, en 1948, no se ha propuesto como una tarea estética convertirse en la voz andina de la poesía de su país. Ella es esa voz. Lo es de una manera natural porque respiró ese aire desde que abrió los ojos y aprendió con su madre -una maestra rural- a entender la vida que la rodeaba.

De ahí que mientras otros autores tengan que usar goma de pegar y chirimbolos comprados en quioscos de turistas para demostrar que son autóctonos, a esta mujer le basta con evocar unos pasajes, revisar unas cartas de amor o asomarse a unas fotos para que el poema sea fiel a una cultura que está debajo de los trajes de colores y no necesita tener siempre de fondo la cordillera.

La escritora, de madre quechua y padre aymará, siguió cursos de letras en la Universidad San Antonio Abad del Cusco y luego se graduó en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Huamanga.

Mediante la utilización de un estilo directo, sin muchos aderezos, con un español austero y bien administrado, Gloria Mendoza Borda inserta, desliza, deja caer con suavidad y sencillez, elementos de las lenguas de sus antepasados que llegan al texto como si el poema no pudiera continuar sin ellos.

En el verano pasado, en la presentación de una antología de poetas peruanos para la revista colombiana Arquitrave, Pedro Granados escribió sobre ella: «Ha sabido aclimatar como nadie en castellano -salvo Vallejo, Arguedas o su conterráneo Carlos Oquendo de Amat- la sensibilidad de la lengua aborigen».

La poesía de Gloria Mendoza Borda tiene una música especial. Las palabras con las que identifica ciertos sentimientos y otras que le sirven para contar historias de personas importantes de su mundo, no tienen momento fijo para aparecer, no hay cuotas ni obligaciones, entran con llaneza en el texto y le dan la identidad y la fuerza que se puede percibir en toda la estructura de sus libros.

La escritora, que enseña actualmente en Arequipa, ha publicado Wilayar, Los grillos tomaron tu cimbre, Lugares que tus ojos ignoran y Dulce naranja, dulce luna.

La cultura de la que vienen sus padres y su familia parece ser para la señora Mendoza Borda una mina a cielo abierto. Una riqueza enorme y pública que está al alcance de todos, pero ella sabe muy bien qué llaves (palabras) son buenas y qué horario es el preciso para apropiarse de unas cuentas piedras de ley. Y repartirlas.
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Ana María Shua: La minificción tiene posibilidades infinitas/ Soledad Gallego-Díaz

www.publico.es

Los microrrelatos de Ana María Shua (Buenos Aires, 1951), que aparecen ahora reunidos en un volumen único (Cazadores de Letras), son difícilmente clasificables: cuentos brevísimos, normalmente, de menos de 25 líneas, capaces de exigir al lector un esfuerzo de concentración y al mismo tiempo de proporcionarle un universo coherente y compacto, recorrido por una fina línea de humor y cotidianidad. Shua ha cultivado desde los 17 años este género tan especial, pero lo ha hecho alternándolo con la novela, la poesía, el cuento tradicional y la literatura infantil, hasta el punto de que no es posible analizar ninguna rama de la literatura argentina de los últimos treinta años sin tener en cuenta su brillante aportación. Shua recibió recientemente un multitudinario homenaje en Buenos Aires, en el que muchos de sus colegas resaltaron esa extraordinaria capacidad suya para moverse en los límites de géneros muy dispares sin perder en ninguno de ellos su peculiar mirada. En su casa de Buenos Aires, pocas horas antes de embarcar hacia Madrid, Shua se ríe con ganas de quienes la califican como “Reina del Minirrelato”.

—¿En qué se diferencia un microrrelato de un cuento?

—En 25 líneas, como máximo, es imposible desarrollar personajes o su psicología; hay que trabajar con los conocimientos del lector, hacer como en las artes marciales, donde se aprovecha la fuerza del adversario. Usar los conocimientos del lector para seducirlo y que sea él mismo quien complete el significado. Juega mucho en esos límites. Hay que tener mucho cuidado en lograr que no cruce la frontera del chiste, porque eso es realmente peligroso, quedarse en un jueguito de ingenio.

—¿No son sólo un chispazo de ingenio?

—Deberían ser algo más; algunos son solamente eso, un chispazo de ingenio, pero los autores siempre quisiéramos que fueran también otra cosa.

—¿Va publicando los minirrelatos según los escribe o los guarda hasta que tienen una cierta unidad y se publican juntos?

— El libro que sale ahora en España reúne mis cuatro libros de microficción, con unos sesenta textos nuevos. Mi primer libro, La sueñera, es de 1984. El género no tenía todavía el auge de ahora y a mí no me parecía que estuviera haciendo nada particularmente nuevo, en especial porque en Argentina tenemos una fuerte tradición de microrrelato. El primer libro de este tipo fue Cuentos breves y extraordinarios, de Borges y Bioy Casares, en 1953. Y todos nuestros grandes escritores, los que han sido cuentistas, escribieron también microrrelatos. Borges, Cortázar, Bioy Casares.

—Una de las cosas que más me gusta de su libro es el sentido del humor. ¿Es una parte importante de su trabajo?

—Es una parte importante de mi personalidad. Aparece en todo lo que hago. Mi problema es que muchas veces me propongo lo contrario, escribir sin humor, porque tampoco uno quiere estar riéndose todo el tiempo.

—Como usted dice, el minirrelato es, por un lado, un género poco novedoso, pero, por otro, está muy relacionado con este tiempo, en el que todo va muy deprisa.

—Es un género que se adapta muy bien a Internet. En este sentido, sí tiene que ver con la cultura actual. Pero, por otro, los best sellers en Occidente son tremendos novelones de 800 páginas y nunca jamás un libro de minificción. Por algo será. En una novela, uno conoce un mundo, forma parte de alguna manera de él y puede entrar y salir tranquilamente en cualquier momento. Con el microrrelato es todo lo contrario, cada texto es independiente y requiere mucha atención. Cada texto es un pequeño cosmos que hay que comprender y por eso, en cierto modo, produce fatiga. Un libro de microrrelatos no es para leer de un tirón, como se puede decir de una novela; es todo lo contrario, algo como una caja de bombones, si uno los come todos seguidos se empalaga. No es un libro que se adapte a la velocidad y al poco tiempo que marca la cultura actual.

—Ese cansancio, ¿puede relacionarse también con el hecho de que son historias sin un contexto?

—Es el lector quien debe poner el contexto. Se le exige que preste una alta concentración y parte de sus conocimientos.

—Leí en algún lado una frase de Hemingway, o que se le atribuye a él: “Se venden zapatos de bebé que nunca han sido usados”. ¿Eso es para usted un microrrelato?
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La literatura peruana según César Vallejo/ Armando R. Maribona

Postales parisienses

www.zdom.com
MASKS II, 2006 (Kaloust Guedel)

El poeta peruano César Vallejo reside en París desde hace dos años. Se le atribuye haber iniciado el dadaísmo en América a consecuencia de los raros fundamentos estéticos de su primer libro Los heraldos negros, publicado en Lima a principios de 1918. Vallejo sonríe de esta imputación, y declara que él no sabría, en verdad, cuál es su estética. Él canta, sencillamente, sin haber pretendido nunca hacer de la poesía una cosa profesional.
He tenido compañeros y amigos peruanos; son inteligentes, cultos, reservados. González Gamarra, el dibujante, escritor y músico hizo nacer en mí una gran simpatía y una enorme curiosidad hacia el Perú. Cuando conocí a César Vallejo me propuse obtener de él una opinión acerca de la juventud literaria de su país.
César Vallejo cree que el más grande escritor que ha tenido el Perú de todos los tiempos es Manuel González Prada, que ha impreso huellas imperecederas en las nuevas generaciones, tanto en literatura como en cuestiones sociales. Luego sigue Francisco García Calderón. Otra cosa fue Ricardo Palma, otra cosa más ligera, más sutil aunque menos grande.
Se destacan Clemente Palma, hijo del tradicionista, Abraham Valdelomar, Manuel Beingolea, Ventura García Calderón, José Eulogio Garrido, Augusto Aguirre Morales, como cuentistas.
Surgen los ensayistas estupendos: Antenor Orrego, que es ya el maestro de la nueva generación, y Federico More. Después de ellos Héctor Velarde, que acaba de revelarse magníficamente, Miguel Urquieta, José Carlos Mariátegui, Federico Esquerre.
Dos panfletarios van triunfando: Alberto Hidalgo y Luis Velasco y Aragón.
César Falcón, actualmente corresponsal de El Sol de Madrid en Londres, es un periodista magistral cuya figuración se ha impuesto ya en castellano.
En el Perú nunca ha habido críticos literarios, al entender de César Vallejo. Solamente ahora los hay sustantivos: Ventura García Calderón, de nombre continental y Luis Alberto Sánchez, que acaba de erguirse con gran fuerza.
En su concepto, los poetas peruanos más grandes son José María Eguren, Percy Gibson, Alcides Spelucín, Ernesto More, César Rodríguez, Luis Berninsone. A José Santos Chocano se le empieza a discutir y a negar por respectos, a su parecer, muy vulnerables.
En general los escritores mozos están en íntimo contacto con las corrientes novísimas pero no siguen ninguna escuela. De igual manera que las otras juventudes del continente, la del Perú quiere ser profundamente americana y más profundamente humana, pero no sectaria y amiga de modas. César Vallejo cree que entre los más jóvenes van a aparecer escritores y poetas de mayor originalidad aún. Ahí están Pablo Abril de Vivero, Francisco Sandoval, Juan Espejo, Óscar Imaña, Alberto Guillén, Juan Lora, Magda Portal, Federico Bolaños, Carlos Ríos Pagaza, Ricardo Vegas García, Raúl Porras Barrenechea y otros.
La novela está recién naciendo. Se levantan notables novelistas tales como José Félix de la Puente y Angélica Palma.
Al lado de Ventura García Calderón, cronista, vale una cifra de gran monto, Gastón Roger.
El teatro peruano tuvo un gran precursor, Ascensio Segura, y un continuador feliz en Leonidas Yerovi, muerto desgraciadamente muy muchacho. Hoy hay mucho entusiasmo por el desarrollo de la escena nacional y se yerguen autores de óptimas promesas: Ladislao Meza, Luis Góngora, Julio Hernández, Felipe Rotalde, Clodo Aldo, el más joven y de enormes posibilidades artísticas.
César Vallejo está en vísperas de publicar algunos libros inéditos. Aunque se le ataca tanto y se llega a creerle loco, tengo profunda fe en su obra. Él vive satisfecho y seguro de su labor, sin miedo por los zoilos y gramáticos de sacristía.
Logré que me proporcionase los versos de sus amigos del Perú, y, con dificultad, pude aun conseguir algunas composiciones suyas. Allá van estas primicias, y firmo, aunque a la postre, yo no he dicho nada.

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33 Reglas de poesía para poetas de 23 o menos/ Kent Johnson (en verde mar con soroche)

http://www.intemperie.cl/soroche7.htm

-después de Nicanor Parra-

13. […] mira la lucha libre al menos una vez al mes. Reflexiona en cómo este espectáculo corresponde, profundamente, al campo de la poesía.

25. Jamás uses Power Point® en una conferencia de poesía innovativa. !El Power Point te hace ver como un vendido!

27. Si sientes que hasta ahora has desperdiciado tu juventud al escribir poesía, y que escribir poesía es una propuesta para fracasados y tontos, y sientes desesperación, y una completa oscuridad ante ti, entonces, seguramente, estás en el segundo escalón. No es vergonzoso devolverse y dejarlo todo atrás. Regresa sin culpa. Por otro lado, si estás enloquecido y bravío, ponle empeño a la tarea, más asombro, bendición, y una tristeza inexpresable te esperan.

31. Mírate al espejo y sé honesto. Vas a morir. Pero en este momento estás vivo. Mira bien al fondo. !Carajo, esto es increíble! ¿Por qué hay algo en vez de nada?

(“After Parra” de Homage to the Last Avant-Garde). Traducción de Rodrigo Naranjo

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Harold Bloom: El cristianismo reaccionario/ Andres Hax

Harold Bloom, el influyente crítico norteamericano habló del concepto cristiano individualista de su país, que dio lugar a su libro “La religión americana”, que acaba de aparecer en español. De esa “americana” percepción de Cristo provienen iglesias evangélicas típicamente yanquis, señala. Por otra parte, hace en este reportaje un paralelo entre la religión y la literatura, su “zona sagrada”.

www.trickster.lettere.unipd.it

Imagínense un niño de nueve años en el barrio del Bronx, Nueva York, en el año 1939. Sus padres, inmigrantes rusos-ortodoxos judíos, sólo hablan yidis. Es el mismo año que termina la Guerra Civil Española y el mismo año de la mitológica Feria Mundial en Nueva York; es el año en que Billy Holiday graba “Strange Fruit” sobre los linchamientos de negros en el sur de los Estados Unidos y el año en que Albert Einstein escribe una carta al presidente de los Estados Unidos explicándole las posibilidades de desarrollar una bomba atómica usando uranio (lo que dará comienzo, años después, al Manhattan Project, el proyecto secreto que crearía las bombas que incineraron las ciudades y los ciudadanos de Hiroshima y Nagasaki); es el año en el que se estrena la película Lo que el viento se llevó y es el año en que Hitler y sus tormentosos ejércitos invaden Polonia inaugurando la Segunda Guerra Mundial.

Pero nada de esto está en la mente del chico de nueve años que aprendió a hablar inglés solo, por su cuenta. Es que el chico está iluminado. Entró en la Biblioteca Pública de Nueva York y ángeles o demiurgos lo llevaron a buscar un delgado tomo de poemas del poeta americano Hart Crane titulado White Buildings, o “Edificios blancos”, publicado en 1926. (Crane se suicidó sólo siete años antes, con sólo 32 años, tirándose al Golfo de México desde la nave S.S. Orizaba que lo llevaba de México a Nueva York). Los poemas del libro son breves, densos, alucinatoriamente metafóricos, literalmente incompresibles. Sólo se pueden entender a nivel simbólico, como si fueran oraciones herméticas murmuradas en un trance. Y por un extraño milagro de comprensión entre almas, este niño de nueve años entendió los poemas de un alcohólico violento, homosexual atormentado, visionario y poeta maldito, como si le estuviera hablando en palabras llanas sobre un placentero día de verano en la playa. El niño de nueve años sacó prestado el tomo tantas veces que al fin su hermana mayor le terminó regalando un ejemplar. De Crane, el niño precoz pasó a William Blake, de William Blake a Milton. Y después a Shakespeare y a los poetas románticos ingleses. Y así sucesivamente; no solamente leyéndolos sino grabándolos en su memoria fotográfica como un pequeño memorioso Funes. Hoy el hombre que fue ese niño está por cumplir 79 años y parece que se ha leído toda la literatura que existe en el mundo. Aún tiene el tomo de White Buildings que le regaló su hermana. Es su posesión más atesorada. Y sigue leyendo los poemas de Crane con el mismo asombro y reverencia con el que lo leyó hace setenta años. Ese niño es Harold Bloom.

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RED MUNDIAL DE ESCRITORES EN ESPAÑOL: R E M E S/ Luis E. Prieto

Web

Hola: quiero informarte de un reciente proyecto y para el que te pido tu colaboración, tanto informativa como participativa: RED MUNDIAL DE ESCRITORES EN ESPAÑOL: REMES.

Lo puedes ver en http://www.redescritoresespa.com y conocer su filosofía, y sus objetivos de lucha contra el anonimato y el plagio.

Si deseas aparecer en el Directorio de Escritores en Español (como la han hecho ya miles de autores) mándanos tu ficha actualizada, y por favor siguiendo LAS INSTRUCCIONES DE LA FICHA ADJUNTA.

Espero, en cualquier caso, que puedas difundir la idea.

Gracias por el tiempo de leerme.
Saludos.

Luis E. Prieto

Co- responsable general REMES

Director de Palabras Diversas


Ficha-Formulario para participar y enviar a directorio@redescritoresespa.com o a palabrasdiversas@palabrasdiversas.com

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Disco compacto: Vallejo por Granados

http://www.paginasdelperu.com/eStore/product.php?productid=100968&cat=601&page=1&js=n

LOS HERALDOS NEGROS

1. Los Heraldos Negros
2. Heces
3.Huaco
4.Idilio muerto
5. A mi hermano Miguel
6. Lluvia
7. Los Anillos fatigados
8. Avestruz
9. La araña
10. El palco estrecho
11. El poeta a su amada
12. Esta tarde
13. Verano

POEMAS POSTUMOS
14. Fue domingo en las claras orejas
15. Telúrica y magnética
16. Hasta el día en que vuelva
17. Hoy me gusta la vida
18 París octubre
19. Piedra negra sobre una piedra blanca
20. Y si después de tantas palabras
21. Quisiera ser feliz de buena gana
22. Poema para ser leído y cantado
23. Confianza en el anteojo
24. Traspié entre dos estrellas
25. Considerando frío, imparcialmente
26. La vida esta vida
27. Los desgraciados
28. Los nueve monstruos
29. El piojo padre
30. Por último
31. Y no me digan nada
32. Calor

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