Archivo de la categoría: Ensayo

Ensayo

La exposición Antes de América. Fuentes originarias en la cultura moderna

La periodista Lara Siscar modera un coloquio con Rodrigo Gutiérrez Viñuales, César Paternosto y Manuel Fontán del Junco acerca de la exposición “Antes de América. Fuentes originarias en la cultura moderna”, que se celebra en la Fundación Juan March del 6 de octubre de 2023 al 10 de marzo de 2024.

Todos en lo suyo intentando sacar adelante el esfuerzo que costó montar esta exposición.  Colaboró en esto el mismo César Paternosto, autor de  Piedra abstracta.  La escultura inca: Una visión contemporánea; el cual, al principio, criticó no figurara allí más repertorio de arte precolombino para que, los asistentes locales, se hagan una idea más cabal de lo reelaborado por los artistas desde aquella época hasta la actualidad.  Ignoro si con una o varias visitas a un tipo de muestra como la presente quede claro aquello que ha venido elaborando y, no menos, en lo que ha venido militando Paternosto: “Resignificar la abstracción como.modelo cognoscitivo”; ciertamente, tratándose de arte,  estaríamos referiéndonos con esto a un tipo de goze o recompensa particular (semejante al disfrute de la sotileza barroca reservada para algunos iniciados).  Sin embargo,  temo que nos enfrentamos  a un modo de leer de por sí complejo no sólo para un europeo u occidental, sino también para cualquier latinoamericano promedio.  En general, nos hemos secularizado al mito; en el sentido de que se ha opacado la red multinaturalista que teníamos con el entorno y, finalmente, con la naturaleza.  Ceques, red inflamada de sentido, reciprocidad de la mirada; todo eso es lo que significa, finalmente, aquello geométrico, simétrico o abstracto.  No creemos que aquello consista en pasar de dibujar figurativo  a trazar líneas rectas o curvas.  Esto último, cabe aclararlo, pareciera ser un rezago romántico de parte nuestra, aunque no lo es.  El centro se halla vacío o acaso no hay ya más centro desde la perspectiva occidental; pero para César V.allejo o para los muros de la ciudadela de Chan Chan sí existe un molde o un diseño previo fundamental.  Paternosto cita al autor de Trilce justo al final de su participación en este video sobre Antes de América. Pero ni Paternosto ni la muestra ni nosotros hemos concluido, respecto a la elucidación de lo precolombino, con nuestra búsqueda ni, tampoco, dicho nuestra última palabra.  P.G.

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“Spasmo-Dolviran”: ¿el último cuaderno de Luis Hernández?

Resumen

Nos hallamos ante un magnífico documento artístico –la denominada “libreta Bayer”, publicada en sus páginas escritas (96 de 172)– anexa a La harmonía de H; y que nosotros, de acuerdo a lo que se resalta en la página liminar de dicha libreta, vamos denominando más específicamente “Spasmo-Dolviran”. Ésta, tal como nos lo advierte la nota del editor, le fue regalada por un amigo en 1964 (año en que Hernández estaba de estudiante en Alemania), pero es recién en 1976 (uno previo a su voluntaria desaparición en Buenos Aires) cuando el poeta la utiliza para dibujar su ¿última poesía?

Palabras cave: Poesía de Luis Hernández; Luis Hernández y César Vallejo; poesía peruana.

https://www.academia.edu/114298330/_Spasmo_Dolviran_el_%C3%BAltimo_cuaderno_de_Luis_Hern%C3%A1ndez

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Poesía dominicana del s.XXI: “leer poesía era (es) leer a Vallejo (PDF)

Fue a partir de una antología sobre poesía dominicana[1], estando de vacaciones en la media isla[2], la que motivó y activó escribiera un ensayo, “República Dominicana: La poesía que vendrá” (Granados 2001); el cual, pocos años después, se transformó en un libro, Breve teatro para leer: Poesía dominicana reciente (2014a), editado por el recientemente desaparecido  René Rodríguez Soriano.  Y hoy, luego de dos décadas, es otra antología sobre la materia la que desencadena me avoque al presente artículo.  En lo fundamental, se trata de reseñar Indómita & brava. Poesía dominicana 1960-2010, cuyo autor es el poeta e investigador, también dominicano, Manuel García Cartagena.

[1] “Juego de imágenes. La nueva poesía dominicana” (Santo Domingo: Isla Negra/ Hojarasca, 2001) en su 2ª edición, antología preparada por Frank Martínez (Santo Domingo, 1965) y Néstor E. Rodríguez (La Romana, 1971).

[2] “De tanto quejarnos del aislamiento de la literatura dominicana en el Universo no se sabe quién envió a Juvenal Agüero, el poeta peruano, a Santo Domingo, por allá por los años 90 del siglo pasado. Agüero se encandiló con la poesía y con la gente dominicana y se jodió para siempre, que está preso por la guardiemón” (Clodomiro Moquete).

Poesía dominicana del s.XXI: “leer poesía era (es) leer a Vallejo (PDF)

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Vallejo y Barroco: Varrojo

A diferencia de Ovidio y de Góngora, y de un arte de “parecer”, en Trilce no nos hallamos solamente ante la gravitación o atracción de un mito marino; sino, conjuntamente, de un mito solar amerindio (Inkarrí) el cual brinda un norte o dirección al poemario de 1922. Es decir, este último, hace cesar y otorga sentido (Escalas) a las incesantes metamorfosis (letra, canto, baile) en las que se halla comprometido el Barroco. De allí lo de “Varrojo”, en nuestro lema, o aquello que va hacia el rojo (Inkarrí).

https://www.researchgate.net/publication/369707985_Vallejo_y_Barroco_Varrojo_1

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Góngora y el mar

Nuestra “tesina” de Master of Arts para Brown University (1993), “El mar como tema estructurante en la Fábula de Polifemo y Galatea de Luis de Góngora”, la asesoró el distinguido profesor gallego, Antonio Carreño.  Aprendí mucho del trrabajo y creo, asimismo, me permitió aportar al campo de los estudios del barroco.  Tan es así que Luis Jaime Cisneros, luego de publicarse nuestro trabajo en la revista Lexis (1994), me convocó a ofrecer un curso sobre “Barroco Hispanoamericano” para la Maestría en Literatura de la PUCP.  Apenas lo supe me puse a compendiar la bibliografía a proponer a los estudiantes; íbamos a trabajar, aparte de El Polifemo, el Primero sueño de Sor Juana y Diario de poeta de Martín Adán.  Pero no hubo suficientes inscritos para este curso electivo, así que no se dictó.  Sin embargo, nuestro compendio bibliográfico consta en el catálogo de la biblioteca de la PUCP.  A la distancia de treinta años de su publicación, considero que nuestra tesina conserva actualidad porque explora como objeto de estudio identidades complejas y en metamorfosis, en este caso la función o gravitación del mar en aquella Fábula.  Perspectiva que puede interpolarse a la mirada crítica que tenemos hacia otros temas u obras.

https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/lexis/article/view/5758/5748

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Por un 2024 en simetría

Foto por Rosario Bartolini, 2023

Por un año nuevo sin políticos ni policías ni poetas

Ni, por lo regular, alguna mezcla entre ellos

Vendiéndonos o lo hiporreal, por un lado,

O al mero humo de sus sesos, por el otro

El pensamiento anda virgen allá afuera

Y no es exclusivo de los humanos

Tal como consta en esta reveladora fotografía

Una mirada terca del horizonte hacia nosotros

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César Vallejo: Teoría, metodología y vehículo (PPT)

Se identifican y explican — en su multiplicidad y conjunción — las diferentes nociones de las Humanidades (Libros, Pueblos, Narrativas y Posantropocentrismo) que concurren en lo que denominamos aquí “teoría”. Asimismo, las retóricas – tentativamente, porque aún carecen de nombre: “cultura-garganta” (Amálio Pinheiro), “reticencia” (Doris Sommer) y “discreta alegría” (Pedro Granados) — que debemos observar al leer la obra de César Vallejo; a cuyo conjunto, por su parte, corresponde aquello de “metodología”. Y, por último, observable de modo tangible y palpable sobre todo en la elaboración de su poesía, el arte de la “tachadura” (Julio Ortega) o “vehículo” (instrumento) vallejiano por excelencia.

https://www.academia.edu/62214634/C%C3%A9sar_Vallejo

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Enriquillo Sánchez desde adentro

Enriquillo, visto por otros…

«En Por la cumbancha de Maguita se traza una cartografía donde el París del poeta –del año 1965- se confunde con el Santo Domingo de siempre. El cosmos rayueliano de Cortázar es como un cielo firme, con luceros y todo. Los desbarajustes del sujeto son los mismos que los de la ciudad, como René del Risco supo ver en El viento frío (1967). Pero Enriquillo sabe tensar ese borboteo de imágenes en una especie de geografía in between, un espejo convexo por donde todos nos deslizamos. París y Santo Domingo son leídos y trazados entre una memoria que es a la vez constancia de que alguna vez, solo alguna vez, y luego la niebla de Paz, el barco de los locos haciendo agua. Ahora que se habla de los paradigmas de la cultura popular haciéndose capaces en los salones de la rancia “vieja cultura”, volveremos a Enriquillo y sus ganas permanentes de sacarle chispas a la noche, a sus estrellas». —Miguel D. Mena.

«La poesía de Enriquillo Sánchez, a pesar de cierto —voluntario o no— activo y concertado soslayamiento local, goza de plena salud y autoridad entre la que cultivan ahora mismo sus pares dominicanos; y, obvio, entre la que ejercitaron los denominados poetas del “pensar” (canónica postura ochentista en la media isla). Sánchez, publicando poesía en la misma época, no se evadió en el pensamiento o, mejor dicho, en ciertas lecturas tipo Pedro Salinas o un adaptado Juan Ramón Jiménez.  Su potencia inventiva, su sentido de la realidad, su demostración de agudeza vía el humor —inexistente entre aquellos que “pensaban” — son superiores a los de toda su generación y brindan cabal prueba de su arte. Por lo tanto, Enriquillo Sánchez es todavía, y en varios sentidos, un autor por descubrir». —Pedro Granados.

«Enriquillo Sánchez fue un poeta denso, aunque su obra tal vez no fue numerosa. No se necesita tener una obra poética copiosa para ser un poeta de aliento fuerte, profundo, compacto, insertado en los intersticios solemnes y graves del poema y su trascendencia. De todos modos, tampoco fue Enriquillo un poeta breve. Son ocho libros los suyos, unidos por un guión único, por donde se deslizan todas las pertenencias, los batuques, las descargas y las alarmas del poeta. Enriquillo fue poeta siempre, aun cuando primero se inscribió como narrador, justo en esos años aciagos, pero preñados de esperanzas –muchas de las cuales se quedaron sobre los caminos– en los que el país dominicano estaba comenzando a escribir su nueva historia luego de 31 años de dictadura. Quizás –es solo presunción– las aprensiones que siempre sostuvo sobre la finalidad, los alcances y la sobrevivencia misma de la poesía, hizo que tardara tanto en mostrar su producción poética y en dar el paso hacia un ejercicio que terminó signándole como poeta, y un poeta hondo, enardecido, sentencioso y perspicaz. Fue un inteligente manejador del verso y su proclama, y trató siempre de ofertar una poesía que tuviera su sello propio, intentando alejarse de las consabidas influencias epocales, las que señalizaron y, en algunos casos frustraron, el haber de muchos poetas de su generación». —José Rafael Lantigua

https://mirardesdeadentro.wordpress.com/tag/pedro-granados/

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“Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo” (SÍNTESIS)

Síntesis de nuestra tesis, “Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo”, para Boston University (2003). Publicada al año siguiente tanto en Lima (PUCP) como en Puebla (BUAP).

Cap. 1: “La poética de la inclusión”, analizando las cadenas o planos nominales relevantes–sustantivos y adjetivos– y echando mano de las teorías de Gaston Bachelard y Claude Levi-Strauss, se demostró que Los heraldos negros (1918) son dos libros en uno: Al recorrer cada uno de sus textos comprobamos que la unidad en Vallejo no es un dígito o un sujeto aislado sino una situación o relación: la inclusión de uno en el otro. De este modo, este libro de poemas también son dos poemarios. El primero es el explícito y que figura como título del volumen de 1918, al que vamos a denominar texto A; el segundo, inferido del anterior, ‘Los heraldos blancos’, al que denominaremos texto B.  Esta perspectiva de análisis hacía franqueable y explicable el paso –para la crítica, literalmente en el vacío– que había del poemario de 1918 a Trilce (1922). Ya que era precisamente en este último donde se constituía dominante y plena la cadena nominal denominada “Los heraldos blancos”, de rol más bien subalterno en el poemario de 1918. Al respecto, acierta la estudiosa peruana Angélica Serna[1], cuando apunta sobre nuestro trabajo: “Se trata de un camino planteado por Granados para encontrar el principio de construcción y de lectura de la propuesta poética del autor de Trilce”.

Cap.2: “La poética de la circularidad: El mar y los números en Trilce”. Intentamos demostrar aquí que este poemario describe un viaje que tiene en el escenario marino su lugar de partida: “Quién hace tanta bulla y ni deja testar las islas que van quedando” (Trilce I) y de llegada: “Canta lluvia en la costa aún sin mar” (Trilce LXXVII).  Circularidad temática que, según nuestra hipótesis, no hacía otra cosa que reflejar la relevancia del ícono “0” (vocal, círculo, cero o vulva) tanto para visualizar la estructura del poemario como para entender, a manera del émbolo que genera la proliferación de las imágenes en el Barroco, la mayoría de sus símbolos más reiterativos (los números).  Es decir, a diferencia de Los Heraldos negros, en Trilce ya no se constata más estatismo (inherentes al “charco” o a la “tumba”); sino, por el contrario, dinamismo y constante mudanza.  Asimismo, el “0” –por ejemplo, tal cuando hacemos girar una moneda– desde otra perspectiva puede ser 1, y viceversa; es decir, en Trilce convivirán y oscilarán productivamente ambos íconos y dinámicas.  En suma, en este capítulo nos avocamos a la adecuación de una lógica radial y, de modo simultáneo, metamorfoseante para entender el cambio y proliferación numérica, y lo que esta última significa en Trilce. De esta manera, en tanto 0, encontramos una relación motivada entre los números y el mar –asunto destacado, recientemente, por la profesora húngara Gabriella Menczel[2]— y, asimismo, en tanto 1, entre lo no divisible o no fragmentable y la lluvia. El poemario de 1922, en cuanto marino, es un relato que se fragmenta en personajes, de los cuales los números son sus símbolos; aunque, en cuanto lluvioso, es lo no fragmentado, aunque efímero, y que basta con su sola presencia. Por lo tanto, frente al relato de raigambre marina –documentado desde la antigüedad–, el relato de la lluvia es aún virtual –viaje desconocido–, y es en este sentido que en Trilce subyacería también, finalmente, una utopía de la verticalidad. Trilce, entonces, parecería obedecer a una lógica multiradial y ternaria, pero donde el ‘Tres’ no alude tanto a los números como a las múltiples dimensiones puestas en juego. Esto instaura la manera por la cual este poemario se torna tridimensional, recrea con el lenguaje un paisaje en movimiento, todo el itinerario cinético de un viaje, del primero al último poema del libro.

Cap. 3: “La poética del nuevo origen”: A) La piedra fecundable de los poemas de París (Poemas Póstumos I); B) La piedra fecundada de España, aparta de mí este cáliz (Poemas Póstumos II). En los Poemas de París I fue patente que los números reducían su paradigma al UNO y al DOS. El aliento de los versos era mayor tratando, a su vez, de encontrar desde ya un héroe para un gran fresco (ejemplo, los “niños” o la “Sierra de mi Perú”). Asimismo, constatamos que un culto solar se tocaba con el culto marino (mariano) de antes; que ahora al 0 de Trilce lo definía mejor esta confluencia (marino-solar) y que, además, aquel dígito de alguna manera se corporeizaba en forma de piedra. En general, sin embargo, los “Poemas Póstumos I” eran una indagación sobre el universo que obedecía todavía a un proyecto ilustrado o iluminista (semejante al Canto general de Pablo Neruda) ya que intentaba clasificar y articular todo bajo la estructura de un gran árbol, símbolo logo-falocéntrico de primer orden, aunque con la atingencia de que el árbol también representa, de modo simbólico, la unión de los opuestos; sinónimo de convergencia ideal que mutó –siguiendo la irresistible atracción del cero o del círculo (0) en esta poesía– y se perfeccionó en la piedra de los Poemas de París II. Colección, esta última, donde literalmente todo queda incluido: tiempo (pasado, presente, futuro), espacio (macrocosmos y microcosmos), géneros (masculino y femenino), lenguaje (simbólico-icónico y oral), voces, realidad y mito.

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«Cuadrúpedo intensivo»: poesía y humanidades en César Vallejo (PDF)

RESUMEN

El poema póstumo «¡Cuatro conciencias…», de César Vallejo, sugiere cuatro concepciones distintas y autónomas de las humanidades, en cuanto libros o canon occidental, pueblos o culturas, narrativas o prosopopeya y poshumanismo o posantropocentrismo. En este artículo revisaremos cada una de aquellas nociones y demostraremos que juntas permiten al sujeto poético vallejiano alcanzar en su poesía su/nuestro elocuente «cuadrúpedo intensivo»; vale decir, al «cuadrúpedo» posado a plenitud sobre el total de sus extremidades. A través de esta compleja, oscilante y productiva conjunción, sabremos inmunizarnos, junto con Vallejo, contra toda melancolía identitaria esencialista (nacionalista, territorial, étnica o incluso lingüística) y toda propuesta identitaria globalizada u homogeneizadora.

Palabras clave: poesía póstuma de César Vallejo; humanidades;
multinaturalismo.

5218-Texto del artículo-19423-1-10-20221110 (1)

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