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Docencia universitaria

Crónicas de César Vallejo en el XI CONGRESSO BRASILEIRO DE HISPANISTAS (Recife, septiembre 1 al 4)

Titulo: “Y ME QUEDÉ VALLEJO ANTE MUCHAY”: BIOGRAFÍAS SOBRE EL AUTOR DE TRILCE

Autor: Pedro Granados

Área Temática: Estudos de Literatura e Cultura

Data da apresentação: 04/09/2020

Horário da apresentação: 16:30 as 18:30

Sala: COMUNICAÇÃO LIVRE – ESTUDOS DE LITERATURA E CULTURA | MESA 13. FILIAÇÕES E DESLOCAMENTOS NA LITERATURA DA AMÉRICA LATINA II

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Taller de poesía online por cuencas culturales: Transfronterizo y “multinaturalista”

Caribe, para sacudirse de Pablo Neruda.

Cono Sur, para que desde un inicio, en nuestro contrato con el lector, no intentemos pasar por sujetos listos.

Brasil, para que nuestro performance (cuerpo y ritmo) aterrice mejor en nosotros mismos y luego, y con más potencia, en el papel u otro soporte a través de la escritura.  No estamos conminados a la poesía de auto-ayuda (“acción poética”); ni, tampoco, limitados a escribir en portunhol selvagem.

Andina, para que leamos en su real dimensión, modo gozoso, a nuestro César Vallejo.

Amazonía, para sacudirse del espejismo y culto de medios y soportes –exotismo, multiplicidad de lenguas u otros mimetismos– y optemos siempre, más bien, por las sensibilidades; éstas, nuestra lengua común.

Latina (USA), para que dialoguemos más fluidamente con las demás cuencas culturales de la región; y encontremos que nos ligan más afinidades que nos separan diferencias.  Aunque, primero, a modo de trabar nuestra enorme disposición para “pasteurizar” y “narrar” prácticamente todo.  Para una zambullida debajo de Whitman, Pound, Dickinson, Ginsberg o la “typography” minimalista.

España, para que una vez superadas la “poesía de la experiencia” y la “poesía de la conciencia” y la “poesía de la chocolatina”, etc., percibamos todo ello como desde otra margen, la de América Latina; para, luego, permitir filtrarse a borbotones toda esa oralidad y poesía –a cada paso y a cada minuto y a cada lectura de los clásicos– del territorio de la Península.

México, porque no todo fue Octavio Paz ni todo debe ser ahora  infrarrealismo o un Bukowski, no de sótano, sino de vitrina.  Porque en nuestro contrato con el lector no empecemos por apuntarle con un revólver.

En español, portunhol selvagem, quechuaespañol, spanglish y un largo etcétera.

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Ritmo y poesía: Taller de escrituras (poesía, novela muy corta y ensayo)

Primero es el ritmo.  Enseguida, como montada sobre él o fundida con él, viene la palabra, el “verbo” (Génesis).  Estamos en un momento cultural donde nos hemos extraviado y nos hemos desconectado del ritmo y, por lo tanto, es muy escasa la experiencia de bumerang.  El ritmo atraviesa, oscila, envuelve, retorna y crea comunidad.  No son las palabras, a las cuales se las lleva el viento.  Y no arropan a nadie, empezando por quienes las pronuncian.  Ni a cuadrúpedos ni a humanos.  Sin embargo, sonámbula, la poesía hoy por hoy empieza por las palabras.  Y acaso incluso con la mejor de las intenciones; se trataría de hacer filosofía con ellas.  Aunque, con la peor de aquellas mismas, se trataría de establecer con las palabras un decálogo; unas nuevas tablas de auto-ayuda obligatorias para todo el mundo.  La auto-ayuda como una nueva ley, sobre todo, post-coronavirus.  Algo nada nuevo; sino que ya ha estado ensayándose y gestándose en toda nuestra región como mecanismo de control del imaginario y del deseo: Acción Poética.  Poesía sin “patos” (en tanto catarsis y, asimismo, emblemático post-antropocentrismo) y sin “sombra” (Jung).  Comer, oler, tocar, deslizarse, sumergirse, ni qué decir hablar, diseñados dentro del  más lobotomizado protocolo.  El verbo se ha trocado en puro significante o en algo más o menos así.  Y  la voz nos va resultando extraña en sí misma e incluso indeseable; hoy intentamos, mucho mejor, ser un palimpsesto, la más pulcra imitación de alguien.  Toda la distribución de lo sensible (Rancière) contenida en un chip; aquel  decálogo en tan acelerada construcción.  Lo mismo en los States como en Bolivia.  Un grifo que reposa al fondo del patio y que ya, teniendo cada cual agua en casa, ha pasado de cada vez más obscuro a prácticamente invisible.

INFORMACIÓN:

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La cultura en estos tiempos de “nueva normalidad” (Reseña)

-Cultura, enorme tarea no cumplida, abre  Lauer

Hoy por hoy no hay ningún mérito añadido en ser escritor peruano, ahora nadie los recibe muy bien que digamos; sumado a la muy mala crítica literaria actual, añade Ortega.  Falta documentación, contexto.  Acaso nos faltan edificios: uno de pintores, otro de escritores, otro de danza… son muy necesarios en el Perú para propiciar la socialización.  Placa de casas de escritores.

-[Al contrario de Ortega] Perú y Lima son hospitalarios, la comida por ejemplo, puntualiza Álvarez Calderón.

Falta explotar el diseño y la música, observa McEvoy

-En México la cultura popular está en todo; pero, en el Perú, la clase media sigue mostrando cierta idea de la cultura más bien tallada, “así lo veo”, dice Ortega.

-¿No hay un movimiento cultural hacia adelante?  La chicha, por ejemplo, se pregunta Lauer.

-Hay que llevar nuestro “producto”, las cosas folklóricas, al extranjero, reitera McEvoy.  Agrega: “No somos hospitalarios ni con nosotros mismos”.  Y, además, enfatiza que el Ministerio de Cultura, y la “comisión bicentenario” de la cual forma parte, intenta trabajar en medio de una crisis de falta de rumbo del Estado y precariedad generalizada.

Ortega propone que en el trabajo con la cultura no existe continuidad; excede a un ministerio.  Madrid tienen una placa donde figura: “aquí durmió Galdós”, ilustra.

Al planteo de Lauer, ¿qué de nuevo produce el Perú en las letras  de los últimos años?  O en la cultura, aunque vinculando su pregunta, más bien, a la lógica del mercado.

-Es casi natural que cada diez años aparezcan nuevas voces, pero luego hay una resignación, reflexiona Ortega.

Si los 50 revelaron la ciudad al propio país, el 60 a la clase media, ¿qué  se revela hoy?, insiste Lauer.

Responde Ortega: -el s.XXI revela hipotéticamente el tema de la familia, esa locura como decía Freud… su lugar en el mundo. Y otro, que el espacio cultural de la mujer es fundamental… el primer hombre fue una mujer [Amazonía, México, Trilce LXXVII].

¿Qué pasó con la hospitalidad peruana?  En una exposición de cosas peruanas que hubo en París, hace un siglo, César Vallejo decía que las piedras incas no hablaban del pasado, sino del futuro, que aquéllas eran las sílabas o voces por construirse…pero a las cuales nosotros denominamos ruinas y, por lo tanto, esas culturas se hallan condenadas.  Estamos culturalmente enfermos, agrega Ortega.  Lo vemos de modo gráfico si partimos de Lima y su construcción: empalizada, muralla, cercado, muros de contención, límites al lenguaje y a la cultura.

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Taller no adictivo para poetas (consagrados o no)

Poetas analíticos, “de la experiencia”, críticos, impresionistas, venecianos, místicos u otros son bienvenidos.

Este taller trata sobre todo de técnica aunque, en esto de la poesía, sólo la mitad del asunto estribe en el lenguaje y, la otra mitad, corresponda al tipo de sujeto que en nuestros textos proponemos al lector.  Es decir, en tanto y en cuanto la técnica: “pone siempre al desnudo lo que, en realidad,  somos  y  adónde  vamos” (César Vallejo).

La idea es advertir lo que puede hacerse de modo más eficaz; el filón que se deja abierto y no trabajado; lo que está ante nuestros ojos y no lo percibimos.

Se garantiza  absoluta satisfacción en los resultados.  Y, no menos, prescindencia del mediador.  Este taller no es adictivo.

Se empieza cualquier día de la semana, de lunes a viernes, por la tarde o por la nochecita; aunque el horario específico  se fija de antemano entre tallerista y mediador.

Los honorarios del mediador, sumamente razonables, se abonan por adelantado.

Contacto inicial:

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