“Pedro Granados sostiene que el interés de Watanabe por el budismo zen japonés fue cultivado por su padre desde la infancia, precisamente a través de la lectura viva de haikus traducidos [Autismo comprometido: sobre poesía peruana reciente. Lima: Paracaídas, 2013, p.33]. Los poemas que leeremos aquí nos permitirán comprender, primero, cómo se problematiza el límite entre lo animal y lo humano; luego, cómo se construye en ellos el motivo de lo animal en tanto experiencia de un cuerpo abocado al sustrato material del mundo, y, finalmente, cómo se complementa con esa materialidad la imagen del devenir-animal en tanto expansión de la potencia conocida del cuerpo” (160).