Encabúyalo y vuelve y tira.
Como tu paso que al calor
de los muslos de la hembra
va y viene. Sin amordazarla.
Permitiendo que se defienda.
Midiéndola sin medirla.
Un tirabuzón común descorchando
al pasito
las vastas ofrendas de la noche.
Una comunidad donde el error
se supera a punta de ritmo.
Y donde dos son uno:
hollándose y atravesándose
a pesar de las sombras.
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