Lo que es cierto–que nadie puede oponer con un argumento
derivado de la necesidad, o de la presion, del miedo de la soledad,
lo que no interesa al vecino ocupado con sus propios quehaceres
pero sí al gobierno de los sentidos, ese jurado al que Cupido acude
cada noche con sus conquistas del dia—es el mero hecho que cada vez
que nos hablamos despiertan pajraitos de todos los nidos de la piel para gritar
en canto su hambre dulce, su deseo que las mamas se miman a ellos como
yo a ti con estos versos nacidos al amanencer donde me despierto y no estas.
Ahora para escribir el noveno renglon! Abrazo. Indran
Otro abrazo, caro Indran. Pedro