Agua de Colombia/ Harold Alvarado Tenorio

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Hasta ese año existió el programa Que hablen los poetas auspiciado por el Banco de la República, cuyas instituciones culturales terminarían al servicio de las multinacionales del libro de texto, la literatura y las artes, Durante un cuarto de siglo, un pretendido bardo [léase Darío Jaramillo Agudelo] convirtió los enormes fondos de esa institución pública en una suerte de peana para alcanzar una gloria que ni él mismo creía merecer y en últimas sirvió a las editoriales y poetas de España y México más que a los genuflexos poetas nacionales. El gran monumento a esas ambiciones faraónicas del sub-gerente es un póstumo adefesio del gran Rogelio Salmona, nombrado con cinismo ejemplar Centro “García Márquez del Fondo de Cultura Económica”, pero levantado y mantenido con las multimillonarias compras de libros a esa editorial mexicana ordenadas por los secretos comités de la Biblioteca Luis Angel Arango, controlados por Jaramillo y el proyectado Gerente del mismo, cuyo Boletín Cultural y Bibliográfico es la fría lápida de esa poesía aupada desde los extensas despachos de la Casa de la Moneda y colgada de las solapas de la propia revista. El BCBBLAA, creado por el erotómano y fracasado historiador de las amantes de los próceres de la independencia, el sonetista Jaime Duarte French, quien durante un cuarto de siglo departió con Eduardo Carranza o Mario Rivero en extensos piscolabis rociados de caldos españoles, luego que había disfrutado de las aguas termales de su alberca privada, adjunta al despacho y el comedor, fue el instrumento, por otros veinticinco años, del lírico y prosista de Santa Rosa de Osos para desprestigiar o elevar a los altares de la gloria a una legión de menesterosos a quienes pagaba mezquinas sumas de dinero por los comentarios que a rejo limpio ordenaba. Son memorables las reseñas de un astuto peruano, calificado por sus alumnos como el peor dómine que habían conocido, quien, por unos pocos dólares, desde un helado pueblo en la frontera con Canadá enviaba, tras recibir los libros y las instrucciones para “leerlos”, unos galimatías que amontonó como Agua de Colombia donde practicaba, son sus palabras, “el vacilón de la crítica”.  

Harold Alvarado Tenorio

www.diatribasdeumbertocobo.com/

www.arquitrave.com/

www.antologiacriticadelapoesiacolombiana.com/

www.haroldalvaradotenorio.com

Puntuación: 5 / Votos: 2

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