Corazón afuera corazón adentro una sola mano basta vasta mano
La historia se precipita aquí la catarata gira un momento el cuello
Y yo me arrodillo por todos los que sufren o fracasan
En sus proyectos como si por cualquier cosa que los
Psicólogos psiquiatras asesores gente de bien consideran
Cojudeces de alguien que no tiene nada que hacer ni nada ha hecho
Salvo sentir su entero tórax atropellado cada día y cada asueto y cada
Vez que los otros toman el autobús o salen apurados a tomar el autobús
El grito sordo de un feto es muy revelador
A pesar de nada conocer todavía salvo un tanto sus pómulos
Los que aprende a tocar con las yemas del anular de cada mano
O con ambas manos abiertas tal como alas de una inquieta paloma
Que no entiende que no quiere que no quiso
Salir ni para picar el regado maíz y ni siquiera para respirar
Fuera de su huevo a pesar de la novedad y de tanto alboroto
Sólo el cielo gris o azul y siempre deslumbrante de su madre
Sólo el espacio obscuro e interminable de la mirada de su padre
Únicamente la alegría para espolvorear el día y no saber qué hacer
Qué hacerse cuando viene la noche
©Pedro Granados, marzo 2025