Fuiste y volver
no fue memorable.
Menos,
el rostro de un muchacho,
amaneciendo en Manga.
No hubo maravillas
ni sabiduría ni soberbia
ni codicia ni desdicha ni engaño.
Sólo ese rostro,
bello como la misma juventud,
helado, como los tiempos que corren,
incluso en Manga,
donde la luz es más bella
y todo parece dispuesto para que seas feliz
si, la vida, te lo hubiese advertido.
La vida, quiero decir la muerte,
que incansable
te esperaba detrás de la puerta,
repitiendo, como idiota:
Si todo vale nada,
el resto vale menos.