El Trilce de Granados/ Luis Martín Valdiviezo Arista

Una lectura heterodoxa de la obra de Vallejo que nos permite redescubrir el humor y el entusiasmo por la vida (junto al sufrimiento) del poeta a través del enigmático y paradójico Trilce (1922). Granados afirma que el contacto de Vallejo con la modernización urbana y los rituales populares de los callejones de Lima (donde afroperuanos, mestizos y asiáticos; obreros, estudiantes, comerciantes e intelectuales pobres; reían, bebían, comían y bailaban por días unidos por el embrujo de la marinera) lo impactó profundamente. Esto se muestra en un segundo plano ya en los Heraldos Negros (1918) y en Trilce en el primer plano, al punto que la resbalosa seria el ritmo de fondo de este último poemario.

Para Granados, Vallejo se sumaria a este mundo moderno y criollo con su mirada y sentimiento andino (heliocéntrico e inkarrista) enamorado de la adolescente Otilia Villanueva Pajares. En Trilce, lo social, lo político y lo erótico, así como lo andino, lo hispano y lo afroperuano se entremezclan y democratizarían a ritmo de jarana criolla. Desde esa simbiosis revolucionaria, luego en Paris, Vallejo dialogaría con el mundo. Granados nos ofrece una interpretación erudita y desenfadada que nos invita a volver con una sensibilidad más abierta a los textos del poeta.

LMVA

Debo saludar este comentario del filósofo peruano Luis Martín Valdivieso Arista a mi libro, Trilce: húmeros para bailar, por bien intencionado, claro y distinto y, como si esto no fuera ya mucho, asimismo sensible y com-prensivo.  Refrescante y solidario con nuestro ejercicio crítico vallejiano, a puertas del centenario de aquel poemario de 1922.  Tal como lo van expresando, de manera semejante, también otros críticos –lectores, investigadores o poetas—de la región; tales como Amálio Pinheiro (Brasil), Susana Cella (Argentina), Armando Almánzar Botello (República Dominicana), etc.  Bien por nosotros, por supuesto; aunque también,  cómo nobien por ellos mismos.  Porque van demostrando, en la práctica, que el ejercicio crítico sin compromisos  previos que no sean los de la vocación intelectual y la lucidez social también existen, también pueden existir.

 

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