LUIS O. TEDESCO (Intervenido)

[La mano desasida es la que escribe]
La mano desasida es la que escribe
por dentro me amasijo de lo lindo
hasta dar con la sílaba prensada,
pa’fuera, tango, milongueo mi daño
con habla gutural de preso manso
y soy la pesadiya de mi suerte.
Va de taba mi estrole rocinante.
¿Do mi roce con vos en estampida?
¿Dónde mi Rubisol, única gracia?
Sobre cada gambeta de la tinta
el bofetón del idioma heredado,
el hurón monacal del universo.
Luis O. Tedesco, EL IMPOSIBLE LACERADO y otros baruyos del idioma. Buenos Aires : Grupo Editor Latinoamericano, 2021.
Martín Adán del lunfardo. Vallejo + Barroco = Varrojo, por aquel “Rubisol” que lo justifica. Y aquella segura caña con la que acomete sus versos. Diestro en destripar desdichas para que sólo suenen a cuento; la erosión cotidiana envuelta en epopeya, aunque no cualquiera, sino la de la pampa interminable. Tal como Juan Dahlmann, los malevos mencionaron su nombre –con apellido– y salió derecho a escribir sus versos de entretiempo. La muerte lo vela, tal como a nosotros; y un mismo lenguaje chúcaro y chivillo, de arrabal, a ambos desde la pulpería ha convocado. Como si mientras durase la pronunciada, no llegara el mal y ni el mismísimo sol se pusiera. P.G.

 

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