Para Amálio Pinheiro
I
Ojos rodados corazón
Al borde de lo conocido
Aunque inclinado mucho más
Hacia lo desconocido
Barco en samba
Paisaje en samba
Mi amor por el Brasil
Semejante al arroz con leche
Que encontré sobre una ruta auxiliar
Paraná adentro
El dulce de mi madre
Pecado en samba
Pegada de la samba
Todo lo que soy
Todo lo que sé
Todo aquello que he acumulado
Quedan sólo a un lado
Aunque me aguardan en el otro
A esta plenitud recurro
A esta esfera invoco
Un corazón tan partido
De tan completo
Una cintura de mujer la mía
Un abdomen de varón el de ella
Un tatuaje en común dentro nuestro
Aquello que hemos amado desde siempre
II
Quién más agudo
Gacho
Trombo oso
Garras largas y curvas
Disuasivas
Las del samba
Las de la samba husmeando
Entre nuestros genitales
El sol únicamente
Sesgado o viniéndose
A chorros
Acaso esto sea traducible
Aunque no lo siguiente
De entre las figuras del abismo
Que se elevan hacia lo alto
Cóndores o apenas fragmentos de papel
El sol con su puño entre mis nalgas
Y el nuestro entre las tuyas
Un mango ciruelo aquel
La cabeza de un niño aquella
Un modo de escapar del bien
Y hallarse más bien todavía
Luego de las formas de la cortesía
Luego del alimento entre cubierto
Aquello que el índice desea
Y que ambas manos procuran
Un baile inacabado el nuestro
Los pies en aspas acompasadas
Y los diez dedos en guarda del equilibrio
Negro tu perfume de osa
Y negro mi perfume
III
Sambando se topó con Inkarrí
Hombre mujer animal viento herido
Samba contemporánea al Inka
Sin fronteras ni tiempo
Inkarrí y aquella negrita
De pícara mirada y humildes abalorios
Jabón de pepa
Y aquel niño estampado contra los adobes de Lima
Experiencia contra castidad
Pecado contra pureza
Y una misma uña alcanzando ambos confines
Una misma hembra atenta a sus polluelos
A punto de nacer de cinco huevos
Y sólo un par de ojos abiertos
Muy abiertos
©Pedro Granados, 2025

