No creo en gelman
No creo en kozer
No creo en zurita
Menos en milán
Tampoco en otro garcía
Aunque sea montero.
El maquillaje
Los traiciona. La mirada
Los delata.
No son poetas. Jamás
Lo han sido. Su obra
Es un desperdicio del tiempo.
No sus mañas.
Políticos, funcionarios,
Árbitros y racioneros
De la imaginación
Por estos feudos.
Te descuidas y te endilgan
Alguno de sus halagos.
Y entonces,
Escapas de la caverna
De la opinión para figurar
En el entremés como telonero.
Voceadores profesionales
Demiurgos al centavo.
Preferible creer en la antipoesía
Pero no de don de Nicanor Parra.
Creo en Rafael Cadenas
Creo en Alejandra Pizarnik
En varios versos de Javier
Sologuren
Que hasta el día de hoy me acompañan.
Está usted abocado a limpiar la poesía de nuestros tiempos, en corazón y vestido, estimado Pedro, caballero andante.