El espacio de lo indeterminado y la actuación de la gracia que en su literatura nos plantea Clarice Lispector, tanto para el fuero individual como el colectivo, es de absoluta necesidad en el mundo entero; en cuanto atajo para superar cualquier tipo de binarismos enfrentados: social-político, de género, estético-racional: “Mais que um instante, quero o seu fluxo” (Agua viva, 1998). En la órbita del spiralismo de Frankétienne o, no menos, del mito encarnado (Inkarrí) de un poemario amerindio como Trilce. Son de aquellos aglutinadores el presente, aunque hoy mismo no lo percibamos de modo claro, y sobre todo el futuro. P.G.