No la primera
Detenerse en la segunda
No continuar
Hasta que el fondo ceda
Y aflore el tesoro de la tercera
La cuarta es el puro silencio
Aunque también constituya una opción
La cuarta
Que no vemos, pero nos observa
Que no podemos seguir, pero nos divisa
Aunque ensordezca ante cualquier cuita
Y la hunda el más mínimo sentimiento
Y, sobre todo, no tolere nuestra astucia
Un muerto es demasiado para ella
No asiste a los funerales
Menos a los suicidios
La cuestión sería llegar hasta el final
Tal como a través de su enfisema
Nos confiara nuestro querido hermano Germán
Sujetar el cabo hasta que aflore el brioso pescado
Cimbreante atónito amenazante
Esta es la tercera y la que se ve
Y accede a compartir nuestros desasosiegos
La impertinencia de habernos puesto
A escribir poesía
Media lágrima medio ojo media sombra nuestra
Es aquello que escribe el poema
Labio sobre otro labio