Novelas de Pedro Granados

 

La saga la inició hace 23 años  Prepucio carmesÍ (New Jersey: ENE, 2000).  Primera novela del siglo XXI –escrita por un migrante peruano– trasandina, archipiélica o multinaturalista.  Sin melancolías ni con el espíritu –típico o, peor todavía, profesional– de  un sujeto andino damnificado.  Post-exótica y post-indigenista; la cual, apuesta más bien por la complejidad desde el origen, por la opacidad.

Luego se han sucedido:

Prepucio carmesí y otras novelas cortas (Lima: Tribal, 2012).  Reúne: Prepucio carmesí (2000), Un chin de amor (2005), En tiempo real (2007), Una ola rompe (2012) y Boston Angels (2012).  Posteriormente, he publicado directamente en la Web ¡Fozi Lady! (2016) [2013], sobre los últimos momentos de la vida de César Vallejo y, casi, de Juvenal Agüero; y Poeta sin enchufe (2018).

RESEÑAS

Nos encontramos ante un texto que no es fácil de leer y sin embargo su lenguaje nos resulta sumamente familiar. Es un texto que evoca a los fantasmas de la escritura. Un algo nostálgico inunda sus páginas. Un texto deforme e impredecible como lo es el mar. Es un texto que cuenta pero que también nos muestra lo invisible escondiendo la trama y lo evidente en una urdimbre de momentos y anécdotas. Un texto que resulta una fiesta para el lenguaje. Una celebración de la palabra. Un texto que nos remite al pasado. Ese tiempo pretérito que aún respira entre los acantilados de la existencia. Un texto que nos abandona dejándonos con el deseo de volver a la obra de Pedro Granados que es un futuro que él ha construido y que no existe salvo en la palabra.

Davo Valdés de la Campa (México)

Novelas breves, inmediatas, que hacen de la historia de Juvenal Agüero, la historia de cualquier hombre de letras arrojado a la intemperie de una existencia cada vez más intrincada, a caballo entre los retazos sincopados de Internet, ya todos entran en casa sin llamar, y el salto permanente entre imágenes y textos que contemplamos sólo por un instante. ¿De qué manera puede encarar el que vive del sueño y de la tecla semejante pandemonium de pulsos culturales? Pedro nos lo cuenta en un párrafo y sin apenas despeinarse, nada como su falta de afectación para decir las cosas desde la altura de quien ha experimentado seriamente con ello.

Juan Granados (España)

El humor es uno de los rasgos más logrados. El autor emplea y dosifica el humor a lo largo de la obra. Incluso en los momentos de mayor seriedad hay una pequeña cuota de ingenio humorístico.

El Prepucio viene a significar la cubierta que nos separa del mundo y nos mantiene encerrados y sin luz. La ruptura de ese prepucio es la salida al mundo para desenvolvernos como pensamos y sentimos y, sobretodo, para ejercitar nuestra libertad.

Edson Pacheco Briceño (Perú)

Una prosa cautivante, secreta, como un río de petróleo indescifrable que transita por el subterráneo y aúlla: Desaparecer bajo el triturador de mi cocina primero con un ruido áspero, pero después como un sonido uniforme, tan uniforme como el agua que lava y tan humilde desaparece. Versátil. Fuerte. Ya nadie usa tinta -es increíblemente costosa- ahora es el parpadeo de las teclas del escritor las que anuncian un estilo particular.

Daniel Beteta (Perú)

Bueno, así pues, me di cuenta de que muchos de nosotros podemos llegar a vivir en un prepucio. A veces no se remanga bien y la cabeza apenas se asoma, o a veces se remanaga tanto que hay que mantenerla afuera un rato hasta que se canse. Lo malo sería nunca echar un vistazo; quedarse envuelto en lo que uno cree que es aceptable y juzgar a los demás desde esa cubierta, sin tratar de entender de que hay otras posibilidades allá afuera.

Entouchantlesmots

 

Puntuación: 5 / Votos: 7

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