En el rincón más insignificante del palacio, donde ni siquiera el ratón más desprestigiado por los otros ratones se dignaría a duras penas entrar, raspando su lomo, había un planeta, en uno de cuyos valles había un palacio…
En el rincón más insignificante del palacio, donde ni siquiera el ratón más desprestigiado por los otros ratones se dignaría a duras penas entrar, raspando su lomo, había un planeta, en uno de cuyos valles había un palacio…