“De tanto quejarnos del aislamiento de la literatura dominicana en el Universo no se sabe quién envió a Pedro Granados, el poeta peruano, a Santo Domingo, por allá por los años 90 del siglo pasado. Granados se encandiló con la poesía y con la gente dominicana y se jodió para siempre, que está preso por la guardiemón” Clodomiro Moquete (Revista Vetas)
Y el amigo dominicano tuvo, tiene y tendrá toda la razón. Falleció ya hace días, aunque yo recién me entero. Alguna vez acordamos reunirnos para platicar sobre una colaboración mía a Vetas, su revista cultural ya legendaria. Sin embargo, a menudo nos topábamos por las calles de la Zona Colonial de Santo Domingo; a las cuales, como pocos, él mismo les daba vida; es más, de algún modo recóndito, Clodomiro Moquete constituía su mismísimo holograma. Perfil bajo, pero constante en su labor; más observador que conversador; derrotado, pero jamás vencido. Vaya mi saludo y me perdone la tardanza; aunque estoy seguro que, como sucedía con su tenaz profesión de periodista, igual se ha de enterar. P.G.
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