Todavía no he encontrado el elixir de la eterna juventud (el vino solo no alcanza) pero sí he investigado sobre la relevancia de los Telómeros en la demora del envejecimiento. Los telómeros son unas puntas de los cromosomas (secuencias especiales del ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas y que impiden que estos se dañen). Investigaciones han revelado que su tamaño guarda relación con la longevidad. Existen alimentos, especias y vitaminas que demoran la reducción de los telómeros. Toda persona enterada sabe que debe incorporarse a la dieta. Estos son, de mi puño y letra.
Larga vida, muchachos y muchachas. Y en vino veritas. Salud que hoy es viernes!
Rafael Moreno Casarrubios nació en Lima, en 1959. Cursó la carrera de Lingüística y Literatura en la Universidad Católica del Perú y se doctoró en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid en 1987, mediante una beca del Instituto de Cooperación Iberoamericana. Mientras realizaba sus estudios literarios en Lima, trabajó como cronista y crítico literario de la desaparecida revista Oiga. Vivió quince años en Sydney, desempeñándose como profesor de Español y Literatura Latinoamericana en Worker´s Educational Association. En 1979 ganó el primer premio de Los Juegos Florales de la PUCP en el género cuento. Ha sido merecedor de una beca de escritura del Australia Council for the Arts, con la que compuso su segunda novela. Ha escrito las novelas La tristeza según San Antonio (Campodónico Editores, 1998; San Marcos, 2005; Editorial Universitaria Ricardo Palma, 2012), La salud de I-Tanggí (Colección Ficciones del Fondo Editorial de la PUCP, 2002), El diario de Susy Scott (Norma, 2004; Editorial Universitaria Ricardo Palma, 2013), La felicidad era una pelota de fútbol (Norma, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018), El perseguido de la calle Gerard (Editorial Universitaria Ricardo Palma, 2012), una colección de aforismos y textos breves, Las riberas del río (Editorial Universitaria Ricardo Palma, 2009) La trilogía de Roger Balaguer (Altazor editores, 2018) y La ternura tiene cara de perro (2018) Actualmente se dedica en exclusiva a la literatura.