Agarrar mi guía y elevarme tal una enredadera
El frío nocturno no será nada tampoco
La escarcha inevitable del amanecer
Si como si bebo si respiro
Ya es una gracia enorme
Para mi objetivo inconsciente
Sonámbulo o en automático
A un lado papeles bultos desperdicios
Aire viciado
Palabras densas e impuras
Entre mi raíz y yo
Entre mi guía y yo
Hilos visibles e invisibles
Para escalar lento como el perezoso
Seguro y cierto como la serpiente
Entre aquellos últimos
El hilo invisible
Que me puso de nuevo en Lima
Que me ensartó otra vez a tu amor
Noche ciega la que ve más allá
De nuestros ojos
Ahora que humecta mis mejillas
El barro e incluso el hormigón
Sobre el que me arrastro
Con la mirada no siento menos con el pensamiento
Con las comisuras entreabiertas de mis labios
Y parte de mi húmeda lengua eso sí
Con mi respiración taponeada por el lodo
Que es tierra la que respiro
Igual que el can
Igual que la hiena
Cuando engulle a trozos desesperados su presa
Igual que el pajarillo que no pudo más
Y añade un grumo a la tierra
Enfilo y trepo entonces
Me oriento por la voz que me llama
Por aquella que pronuncia mi nombre
Y me extiende sus brazos amorosos
Y desaparece de nuevo
O tarda
Porque así me va animando a subir
Como la enredadera de fango que somos todos
Y jamás únicamente los poetas
Índice (del libro, hasta hoy)
Agarrar mi guía y elevarme
Alcanzar aquel clavo
Soy brasileño
“Donde espumoso el mar siciliano”
La dentellada no se nota de lejos
Nota de prensa
El amado
La sorpresa una sorpresa
Entre nota y nota
César Vallejo más García Lorca
Confianza
Un pensamiento
Un objeto cierto
He sido visitado
Estados Unidos
Entonces
Luzbel
Ciego por unos instantes veo
Pasamayo
Aquella barba al nivel de la tercera moldura de plomo
De Sechura las garzas

Felicitaciones Pedro, por tus poemas, por la continuidad de tu camino o enredaderas, por mirar y decir, acompañando la vida
Muchas gracias, Flavia. Pedro