No creo que haya que reconciliarse con la naturaleza
Éste es un mito estúpido porque todo es naturaleza
Tanto la distopía como la utopía
El empaque mismo en que vienen las cosas
No tengo alma para los cerdos ni los pollos de la granja
Tampoco para poner mi atención sobre aquella probeta
Que demuestra que todos tenemos el virus de la vida
Un pececillo que sobrenada sobre natas y excrementos
Al que dan igual las granjas como los edificios
Y se instala efímeramente sobre cualquier cosa
Incluso si es preciso dentro de nosotros
Y a ver cómo pica
Cómo revienta y pone en vilo
En calamitoso estado de postración
Todo aquello que íbamos considerando vida
Vivo viviente y la lista completa de sus altisonantes sinónimos
A ver cómo quema
Cómo estalla
Cómo perturba tu corazón
Último refugio de nuestro cuerpo
En el que por un momento olvidamos
El sexo, las piernas, la terca angina de pecho
Cómo tu corazón lucha solo y sin escudo ninguno
Contra la vida
Y gana siempre y sin atenuantes la derrota
Porque únicamente el corazón la sobrevive
Y siempre ha sido muchísimo más que la vida
©Pedro Granados, 2021