PD. Queda pendiente el estudio de las afinidades y diferencias entre este autor alemán con la poesía de César Vallejo; más aún, si el peruano elaborara su Tesis de Bachiller en Filosofía y Letras (1915) con un trabajo titulado “El romanticismo en la poesía castellana”. Donde aquello de “ser uno con todo lo viviente” –desde una actual perspectiva simétrica o post-antropocéntrica– sin duda constituiría una veta muy productiva. En principio, por ejemplo si revisamos aquella tesis y sus crónicas, Vallejo en estricto no leyó a Hölderlin; pero ambos constituyen como una excepción a la regla aparente . Ni uno, finalmente, es romántico; tal como el otro tampoco es vanguardista. Pero que los dos son “excesivos” o sublimes no hay duda. Poetas-filósofos, aunque atentos a la mediación conceptual, asimismo para nada “idealistas”. Por cierto, habría que situar los debates pertinentes y, no menos, ahondar en la cuestión cultural.