El Viaje sin retorno desde un puerto fantasma, nueva novela breve de Nan Chevalier (Santo Domingo, R.D.: Editorial Búho, 2015), comparte con Aura –aquélla célebre de Carlos Fuentes– más de una significativa coincidencia: punto de vista, en de la tan vinculante segunda persona singular (tú); la historia de un sujeto inepto para vivir el tiempo presente, Felipe Montero o Ludwing Echavarría; y un espacio cerrado y no menos fantasmagórico, la casa de Doña Consuelo o la capital de la isleña República Dominicana, Santo Domingo:
“[Puntualiza Don Emir, amigo fortuito de Ludwing] -¡Záfese de este ambiente!- susurró con dramatismo-. Ahora quien importa es usted. ¡Záfese! -exclamó de pie-. ¡No permita que esta se convierta en la ciudad de sus ruinas!”
Asimismo, y a modo de un círculo concéntrico mayor, una aguda e inquietante reflexión sobre el amor de pareja en medio del páramo de la incomunicación familiar; del desasosiego por el exceso de trabajo o la falta de él; y, sobre todo, de la opacidad de nuestras propias identidades y existencias.
“[Habla Rosanna, la esposa de Ludwing] Pero escucha esto, azaroso de mierda: nunca se te ocurra llamar a mi casa, puerco de arrabal, FRACASADO, con mayúsculas”
Como un ingrediente adicional –y más específicamente caribeño– se halla la reflexión cultural y social, también presente a todo lo largo de la novela del, asimismo, poeta y profesor universitario, Nan Chevalier:
“El negro se percibe en el aire”; “en estos días Ludwing ha terminado por aceptar que la verdadera maldad anida en la clase social más encumbrada”; “reconfirmaste que en estos bajos estratos la gente es más abierta de pensamiento que en la llamada clase media. Son más flexibles ante la impredecible agenda del diablo”; y un largo etcétera.
Tampoco están ausentes el humor y la observación inteligente; ni mucho menos la poesía, más bien, de una epifanía parca y austera, rasgos típicos de la lírica de nuestro autor.
Por todos estos felices motivos, que no son pocos, saludamos y congratulamos esta nueva obra de Nan Chevalier, autor dominicano de vocación singular y derrotero propio. (P.G.)