Sumilla
En «Nostalgias imperiales»: «[Yo soy] Un fermento de Sol / ¡levadura de sombra y corazón!» («Huaco»), de Los heraldos negros (LHN), la palabra «fermento» —vinculada al «Sol» actuando en la «sombra y corazón»— resulta semejante, aunque no equivalente, a fragmento. En este sentido, y tal como estudiamos en nuestro libro Trilce: húmeros para bailar (2014), el poemario de 1922 no se hallaría «fragmentado» o constituido de «fragmentos» (vanguardia histórica europea), sino, más bien, fermentado o «fermentando» (Inkarrí).Los «heraldos», en tanto «fermentos [de Sol]» de LHN, constituirían una comunidad (jardín de Epicuro) o archipiélago andino susceptible —aunque ya opaco o mestizo— de extenderse de manera universal. Una reflexión específica y concentrada —«escena cerebro»— de lo mismo (naturaleza y función de los «fragmentos») la constituiría Trilce. Es por tal motivo que este poemario resulta más «abstracto» o «teórico» que LHN. Por su parte, España, aparta de mí este cáliz, constituiría un señalamiento y reconocimiento explícito —ya universal y multitemporal, en «[Niños] si tardo»— de aquel mismo archipiélago andino, simétrico y, acaso, esta vez un tanto más evangélico o menos «pagano» (pensamiento amerindio o epicúrico) que Trilce.Por lo tanto, postulamos que «los heraldos» son «negros», al modo de aquel enterrado y activo «fermento[s] de Sol» del poema «Huaco»; «niños»: traviesos, manchados, embarrados. Y, además, «levadura» en cuanto «niños» como significado de promesa, primicia o futuro de un mundo siempre perfectible. Niños que sobrevivirán al aborto (Trilce) o a las balas (España, aparta de mí este cáliz) en un ayllu multicultural, multinacional, multitemporal y multidimensional donde la vida alienta un continuum.
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