Archivo por meses: enero 2019

Al filo del reglamento. Poesía (1978 – 2005)

El tercero de La Mirada. La Asociación Cultural La Mirada Malva, de Madrid (España), acaba de publicar el tercer título en su colección digital Biblioteca La Mirada Malva. En esta oportunidad se trata de Al filo del reglamento, una antología poética del escritor peruano Pedro Granados que abarca su obra desde 1978 hasta 2005, incluyendo el poemario inédito Soledad impura, escrito entre 2003 y 2005. El libro puede ser descargado en formato PDF.

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Boston Angels

Boston Angels, novela breve, la quinta y última de  Prepucio carmesí y otras novelas cortas (Lima: Tribal, 2012).  Ambientada en el centro de Boston (Mass), al costado mismo de su Commonwealth.  Anna y Juvenal son los protagonistas o, mejor dicho, acaso también los antagonistas de aquella tan singular ciudad.


Ben hacía cola a un costado de la iglesia del barrio para, a través de una angosta puerta de madera, ingresar al amplio recinto de la colación. Shorts cortísimos, de motivos caribeños; aunque, eso sí, altas botas de cazador de osos y una casaca o una morsa completa sobre los hombros para sintonizar con el recio frío bostoniano. Mirando a Ben, como a otros y otras que una media hora antes constituían las estatuas o los árboles o los mismísimos edificios alrededor del Commonwealth, me atreví a imaginar que el invierno del norte era benigno, refrescante, aliado y alegre a pesar de estar ya varios grados bajo cero y con sol únicamente algunas escasas horas.

Los homeless de Boston tienen sus alfas. Y como grupo humano padecen de hiperkinesia. En cualquier momento algo está por estallar. Desde un intrascendente lío por la mantequilla, que por lo demás abunda sobre las bien provistas mesas de la colación, hasta un crimen atroz –aunque siempre impune– porque se cometió con el ojo, la pestaña y la ceja. Los voluntarios que atienden estos losergardens vespertinos –hacendosos muchachos, a veces señoras, todos gente de bien– deben aplicarse al máximo… adelantarse a lo que haga falta sobre las mesas de tan excesivos personajes. E incluso anticipar, atinando con un escueto saludo o una conversación relampagueante, lo que ocurra en la inquieta imaginación de los líderes o alfas … nice jacket, Nancy; do you like more lettuce, Anna?; time to repeat!… y otras frases por el estilo que se aplican como un fierro sobre los carbones ardientes de una chimenea. Ora se aparta un carbón por aquí; ora se atiza algún otro por allá… para mantener equilibrado el fuego.

No me atrevería a decir si existe o no promiscuidad sexual porque no me consta. Lo que sí hay es amor o, al menos, posesión sumisa y elocuente. Las mujeres reclinadas a sus alfas como San Juan, hacia Jesús, en La última cena. Pero los olores sí que son sexuales. Aunque cuál aroma podría faltar entre estos vecinos que rara vez se bañan. Salvo Anna o yo. Y acaso aquella digna señora, tan venida a menos la pobre, que de inmediato –cada vez que me la topo– la relaciono con los días que pasara Georgette de Vallejo en el Perú. Viuda célebre y no menos polémica dama a la que, a decir de un ocasional y casi secreto entrevistador, tan sólo le alcanzara para comprar 50 centavos de bonito durante doce años.

Me alegró mucho encontrar a Ben en aquella entretenida película de ladrones y policías. En algunos comedores de homeless no es extraño aparezcan cartelitos solicitando extras para la boyante industria cinematográfica local. Ben, entonces, no era una excepción; me dicen que antes, otros, ya habían aparecido también sobre la pantalla gigante. Llevaba sus habituales pantaloncitos calientes y, como siempre, sus hombros sobrecargados con pelo de animal más su propia copiosa y enmarañada melena. Por coincidencia, la película transcurría durante el invierno y estaba ambientada sobre la ciudad. A trechos, la nieve aparecía congelada y sucia; en otros, era blanca, blanda, brillante e incluso se me antojaba podría tener agradable sabor.

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UNA OLA ROMPE

Cuarta novela breve –luego de Prepucio carmesí (2000), Un chin de amor (2005) y En tiempo real (2007)– que tiene a Juvenal Agüero, todavía, como protagonista.  Las posteriores son: Prepucio carmesí y otras novelas cortas (Lima: Tribal, 2012), !Fozi Lady! (2014) y Poeta sin enchufe (2018).

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Hace años filmé aquella película, la edité sobre una sábana disponiendo los encuadres de arriba hacia abajo, de izquierda a extrema derecha … con lo cual se formó un enorme y pesado rollo. Algo impráctico para exhibir “Una ola rompe”, pero que es mío. Y no de ese impostor que asistió al rodaje y que ahora, luego de una escena indeterminada de años, ha usurpado los créditos. Hasta mi imagen aparece allí… soy el joven, incluso la protagonista y hasta la ola jorobada, aquélla, que es un primer plano exaltado de mi corazón. Soy yo mismo, estoy plenamente allí, ¡carajo! Pero nadie me reconoce. Ni otorga crédito a lo que cuento… al principio con cierta timidez o pudor; pero ahora inflado y vociferando con la mirada… anudada mi lengua, de pura indignación, al geisser gesticulante en que me he convertido.

La pesadilla de Juvenal, sobre su confortable canto de cama, duraba más de lo común sólo para ser un mal sueño. Había llegado a un punto, a sus inminentes cincuenta y cinco años de edad, que toda su vida había transcurrido entre ponerse un zapato y no atinar jamás a encontrar el otro. Esencialmente póstumo, debió dedicarse sin escrúpulos a soñar, a ser todo un buda de la contemplación, porque poder o dinero o fama jamás habrían de acompañarlo. Al otro canto de la cama dormía la Lorita. Una presencia inexplicable allí, salvo por el amor. Pero que no podía hacer nada tampoco frente a la usurpación flagrante que en aquel trance de pesadilla padecía Juvenal. De aquel rollo, entonces, de sus impúdicos encuadres está hecha esta novela… tea derramada, arco voltaico de mi pluma, descarga contra los monstruos que veo, que siempre inevitablemente he visto a mi alrededor… semejantes al rostro que ahora mismo imagino de ti, miserable lector.

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El Trilce de Granados/ Luis Martín Valdiviezo Arista

Una lectura heterodoxa de la obra de Vallejo que nos permite redescubrir el humor y el entusiasmo por la vida (junto al sufrimiento) del poeta a través del enigmático y paradójico Trilce (1922). Granados afirma que el contacto de Vallejo con la modernización urbana y los rituales populares de los callejones de Lima (donde afroperuanos, mestizos y asiáticos; obreros, estudiantes, comerciantes e intelectuales pobres; reían, bebían, comían y bailaban por días unidos por el embrujo de la marinera) lo impactó profundamente. Esto se muestra en un segundo plano ya en los Heraldos Negros (1918) y en Trilce en el primer plano, al punto que la resbalosa seria el ritmo de fondo de este último poemario.
Para Granados, Vallejo se sumaria a este mundo moderno y criollo con su mirada y sentimiento andino (heliocéntrico e inkarrista) enamorado de la adolescente Otilia Villanueva Pajares. En Trilce, lo social, lo político y lo erótico, así como lo andino, lo hispano y lo afroperuano se entremezclan y democratizarian a ritmo de jarana criolla. Desde esa simbiosis revolucionaria, luego en Paris, Vallejo dialogaría con el mundo. Granados nos ofrece una interpretacion erudita y desenfadada que nos invita a volver con una sensibilidad más abierta a los textos del poeta.

LMVA

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Parra/ Yépez

Arduo, pero con reflexiones interesantes, se muestra este breve ensayo de Heriberto Yépez sobre Nicanor Parra.  El trasfondo del tema es muy actual y, para algunos, acaso acuciante;  aquello que va, por ejemplo, de los versos de Octavio Paz a la poesía de auto-ayuda o “Acción Poética” de nuestros días.  ¿Qué ha pasado?  ¿Qué nos está pasando?  Obvio, no sólo a la poesía en cuanto tal, sino también –y en igual proporción– a la crítica sobre la misma.  Yépez, ex joven poeta y crítico mexicano, intenta honrar esta compleja condición o doble llama.

“Ya Huidobro soñaba ser “antipoeta y mago” (a modo de epitafio, por cierto); y el mejor antipoeta fue el Neruda de ciertas Odas elementales, Estravagario o Incitación al Nixonicidio. Sólo que Neruda fue varios poetas y antipoetas y, en cambio, Parra únicamente antipoeta. No podemos ya decir que Parra negó a Neruda (¿cuál de todos?) sino que Parra hipertrofió uno de tantos Nerudas. Y en la poesía peruana (que es la más vanguardista de Sudamérica, aunque el eurocentrismo imagine que es la argentina) ya Enrique Bustamante y Ballivián en 1927 titulaba a su libro Antipoemas”.

“El camino de la antipoesía parriana parece agotado; aunque seguramente seguirá en uso como modo de producción autorial. Además, la facilidad de la escritura antipoética promovió una concepción simplista de la poesía y de la antipoesía, como si el “sentido común” pudiera definirlas.  […]  ¿es hoy el campo poético en Latinoamérica un lugar donde se pueda pensar? ¿[Aquel camino] Es propicio para pensar poéticamente? Al promover el chiste como solución, Parra dificultó pensar la poesía, pensar en la poesía y pensar poéticamente”

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POETA SIN ENCHUFE

Luego de Prepucio carmesí (New Jersey, USA: ENE, 2000), Un chin de amor (Lima: San Marcos, 2005), En tiempo real (Lima: PYTX, 2007), Una ola rompe (Cuernavaca, México: La Cartonera, 2010), Prepucio carmesí y otras novelas cortas (Lima: Tribal, 2012) y !Fozi Lady! (2014).  Poeta sin enchufe, nueva novela breve de 2018 pensando, sobre todo, mas no únicamente, en la República Dominicana:

“Caro peso welter,
hice lo que pude, aunque acaso pude hacer más, por la poesía dominicana.  Algún día se valorará lo que intenté hacer con ella; es decir, liberarla de un club de señoritos y de burócratas… muy venidos a menos por cierto.  Creo en la poesía dominicana; pero hay que embarrarse los zapatos, negociar ante una pistola    –tu vida o la cartera–, pasar por descuidado o bobo o débil o aquello que no calza en la RD con el obligatorio perfil de dictador.  Esto no es nada fácil y hay que tener juventud para hacerlo; y esta última es la que ahora mismo escasea.  Agüero es un crítico dominicano de la siguiente generación.
Recibe un abrazo largo,
Pedro”

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[Un amaru tiene hambre]

Un amaru tiene hambre

Hambre de carne y alma

Y chispa de vivir

Un amaru ciego

Por sí mismo

Y por el mito ciego

Por la palabra

Que ahora urde

Con la L de su cuerno

Y la breve cola de su a

Un amaru lento

Prieto de tanto cariño

Aturdido de  inocencia

Que  pica cornea muerde

Este resto de humanidad

Que quiere vivir

Vivir y no morir entre

Ser profesor y  hombre

Entre ser  viejo y escolarizado

Entre aquel  que cruza esta avenida

Y  aquella otra

Más valdría irnos con nuestra  negra

De culo de paraguas

Y de ágiles manos de hilandera

¡Pero hombre, deja ya de joder!

Cilios asomando por  nuestras orejas

y entre el resuello de nuestras narices

El amaru o el hombre o nosotros  mismos

Cómo podríamos  distinguirlos

Un  guiso común nos atrae

Semejantes  aromas  perseguimos

Una  posada que no es de este mundo

Sino de otro apenas sumergido

Sino de otro muy mal camuflado

Prohibido obsceno pecaminoso

Desde que el pecado es en este mundo

Violar una regla de urbanidad

Mis muelas crueles mis apéndices sexuales

Mi veneno espeso mi pezuña espumante

No  irrumpen en vano

Ni  amortajan todavía

El cadáver que soy

Los cadáveres  que somos

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Breve lectura en casa de César Vallejo

Lectura en casa de Vallejo

Lectura en casa de Vallejo

Posted by TALLER-ON DE PEDRO GRANADOS on Wednesday, August 10, 2016

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