Para los jóvenes poetas haitianos
I
Haití avisa
Desde muchos años antes
Aquí
En el Monte Calvario
De unos pocos
Y los millones de indigentes
De abajo
Que van a dar a la mar
En un delta silencioso
Y sosegado
No conozco Haití
Nadie lo conoce
Hasta que te das de bruces con él
O despeñas aquella pequeña piedra
Del camino
Y observas
Dentro del cuenco que queda
Y como minúsculas y apretadas
Las coordenadas de tu propia existencia
II
Nunca has partido de Haití
No llegas todavía
Pero eso sí
Tienes como algunos datos sueltos
Un contra Dorado
Una Jauja a la inversa
Algún otro Perú
Pero más cierto
Que todo el brillo del oro
Basta con respirar cerca a su cuerpo
Basta con aproximarte
Y a través del aire denso
Presentirlo con el tacto
Entre el cielo indiferente
O como en otra parte
Atareado en flotar sobre Haití
En confiar en su levedad
Para evitarlo
Haití permanece fijo en tus oídos
Como un disparo remoto
III
Venga la muerte y venga la vida
Ambas bienvenidas sean
Porque vienen oscuras y juntas
En Haití
Y no menos sigilosas
Y además a borbotones
Borbotones de quien sospecha
Y aguarda
Del que otea en el aire
Contiene la respiración
Y se está quieto sobre sus pies
Porque ya viene el disparo
Y con esto la dicha
Y también el dolor
La leche con la miel
Y no menos un licor fuerte
Y con mucha paciencia macerado
El oro que echa raíces
En el fango.
Por el encuentro con los jóvenes poetas haitianos, en el Pen Haití, el día de ayer sábado.