Baruch Spinoza desde su cuarto:
He tocado. Te he tocado.
Transparente y firme eres.
Ayer y hoy no existen.
Apenas la promesa. Y el llanto.
Me he hundido en la herida de Dios.
Que no es Jesucristo. Que no es un Cordero.
Sino alguien que ríe y sabe esperar.
Que tampoco sabemos. Y aguardamos.
Para “Abreviados”