Oscar Altamirano, Edgar Artaud y José Peguero/ Foto: Dany Hurpin.
Inesperadamente
murió el Rector de mi Universidad
con quien mantuve una relación de respeto
pero en dirección contraria
él administró la Universidad
según los usos y costumbres
yo pedía repensar la Educación
en todos los sentidos.
De pronto supo que se acaba todo
todas las expectativas
todo el amor
se derrumbó.
Algo hubo entre nosotros
un cierto contacto telepático
que prometía
un entendimiento mutuo.
En marzo, él inauguró
nuestro Congreso
emocionado recordó sus inicios
como profesor Universitario;
sé que rechazó mis ideas
pero también que lo entendía
la Universidad debe renovarse
pero lastimosamente
es como pedir a los muertos
que renueven su propio cementerio.
Cada vez valoro más esta poesía y a su autor, mi amigo Edgar Altamirano. Y ahora que dicen que ya los peruanos no necesitan visa para visitar México, espero verle en persona más a menudo. Así sea.
Nos parece muy bien!!
Un saludo,
Nayeli