Has puesto tu brújula
y no navegas.
Has recogido los guijarros, las dudas, el dolor,
todo lo que estorbaba en la playa para zarpar
y no te abrazas.
Ya has mojado hasta tus pies
y te vuelves.
El mar no ofrece viajes sencillos
es cierto. Es torpe en su entusiasmo.
Ignora sus propias corrientes, arrecifes,
y tiene algunos otros nombres que quiere
descifrarlos contigo.
El mar tiene los límites de tu amor
de eso no hay duda.
Los límites de tu amor
a los que eternamente se subleva.
Poema escrito, probablmente, a finales del 70. ¿Inédito?