En las secuelas de las olas
que nos mecieron en la cuna,
durante la mañana siguiente,
el corazón y el espíritu
alegres subiendo el cerro,
noto que el amor suele borrar
al pasado, barrer restos
de argumentos y disputas,
para que el cuerpo esté limpio
y los pasos frescos.
¿Y cuando suceda
el desencanto
y su expresión rutinaria,
los silencios que muerden
el ánimo, qué haremos
con los cerros o el amanecer,
o el perro que tomará
el lugar de Lucky ya viejo,
compañero del camino
por un tiempo más,
y yo, saltando como
un joven de 20 años,
feliz, y sin miedo a pesar
de las circunstancias,
lo que desataba
la melancolía
solo hace días cuando
estuve convencido
por mi amigo
que nunca más
debía vestirme en ropa
de cazador o de mendigo,
o poeta, salvo si guardara
envueltos en la bolsa
unos preservativos contra
el futuro y su fruto salvaje?
Indran Amirthanayagam el 5 deAgosto, 2012
un maravilloso poema