Qué dicha.
Borges hablándonos
sobre la cubierta.
Borges y yo,
solos. No hay nadie.
(Es muy temprano todavía).
Sobre este navío que nos conduce
–a mí y a mi memoria de Borges–
hacia un lugar aún desconocido.
El puerto no nos consta,
mucho menos al río.
A este río que navegamos
con repentina dicha
y extrañeza.
La popa es nuestra proa
–todo va quedando adelante–
y sabemos lo que decimos,
aunque no por dónde andamos.
El Amazonas es más antiguo
y más vasto que nuestro recuerdo.
Pedro Granados, Desde el más allá (Lima: Ediciones Corza Frágil, 2002) p. 31