I
Mar de Lima
Gruesas pinceladas
O sábana.
Innumerable
Como la lluvia
O los recuerdos.
Mar incógnito
Gato y sabueso.
Parado estoy
Frente a ti.
Tendido estás
frente a mí.
Contrito y confeso.
II
Tu pecho viene
como el mar de Lima.
Tu pecho blanco
blanco y erizado
una y otra vez.
Tu pelo viene ya
con la noche
con la noche
que aún no es todavía.
Y tus piernas hermosas
que me impiden mirar
con serenidad el paisaje
como verás
no han menoscabado.
Vienen muchas veces
–desnudas, sigilosas–
de entre el hondo deseo.
E invariablemente
dan conmigo.
Así, pues, y siempre
tu pecho blanco
y tu cabello negrísimo
y esta suerte de alba cálida,
esbelta y acogedora,
pegada a mis párpados.
También va a “Resientes” (poemas 2010)