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Lima/ Eielson

robertorihuela.blogspot.com
Lima, 13 de abril de 1924 – Milán, 8 de marzo de 2006

Sin embargo, para mí que nací exiliado y moriré exiliado, porque el exilio es mi estado natural, geográfico, social, afectivo, artístico, sexual, Lima no es una ciudad para vivir sino, al contrario, un lugar ideal para morir: un cementerio. En ningún lugar creo yo, la presencia de la muerte es tan palpable y persistente; en ninguna otra ciudad, su mano enjoyada nos invita, a cada paso, con tanto cinismo, tan exquisita seducción. La población subterránea de Lima es otra invisible metrópoli de huesos que duplica la ciudad visible. Cráneos y esqueletos prehispánicos, a varios metros de profundidad, aderezados de plumas, mantos y collares, soportan el peso de otros cráneos y esqueletos de capa y espada, sayo, sotana y crucifijo. Si bien la muerte, como la gripe de triste memoria, siempre ha sido española, su versión limeña resulta quizás menos filosófica, pero mucho más chistosa y presumida. Nada que hacer tampoco con la muerte mexicana, alegre y bulliciosa, siempre dueña de la fiesta, populachera. No. La muerte limeña ¡no faltaría más! es una dama callada, distinguida, dignamente ataviada, aunque muy venida a menos, gracias a la proliferación de los temblores, asesinatos indiscriminados y accidentes de tráfico, que todo lo confunden. Ya no hay religión. Hasta los gallinazos planean alto y los pericotes y la polilla retroceden ante el avance de productos que cualquiera puede comprar en la botica. La televisión, además, es una peste en colores, un pequeño ataúd de 22 pulgadas, la muerte catódica para los amantes de la tertulia familiar, y de los noviazgos a la antigua. En cambio, eso sí, Lima ha crecido mucho. Hay de todo. Desde caviar danés hasta revistas porno. Barrios enteros y rascacielos crecen a vista de ojo, sin miedo de terremotos, bancarrotas ni golpes militares. Las arenas movedizas son fascinantes, peligrosas y seguras a un tiempo, porque prometen lo imposible y, si las cosas van mal, no queda nada ni nadie para contarlo. Es ya bastante. Pero, volviendo a la arena, demás está decir que ella es mi aliada, mi única, vieja amiga limeña. Ella ha sido, durante mi breve infancia (casi no la recuerdo) y mi larga adolescencia playera, el gozoso escenario de mis juegos marinos, gimnasio natural de mis primeros músculos, mi primera paja, mis primeros versos (escritos en la arena), que ni las olas ni el tiempo han borrado todavía.
Si algo añoro de Lima es, pues, ese lado suyo, cálido y salobre como la arena: un calor que las amistades de entonces nunca pudieron darme, y un precario amor sin olor ni sabor, un estrellado recuerdo de juventud y de lágrimas junto al mar.
Sólo más tarde comprendería que esa misma arena -siempre hollada por la planta de mis pies y mis versos de niño- era también un inmenso lienzo tendido sobre la faz dorada de mis antepasados.
Todo esto para explicar, a la vez, mi alejamiento y mi secreta pasión por la ciudad: muy grande el primero, subterránea la segunda, en inestable, dolorosa contradicción. A las insípidas, muchas veces cómicas, veleidades de la superficie, a la inconsistente ciudad colonial, opongo la fulgurante majestad subterránea: templos, reinos y ciudades sepultadas bajo una estéril cáscara de polvo, bajo el obtuso oropel hispano, hoy convertido en cemento, harina de pescado, frustración, patética soberbia.

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«El mar como tema estructurante en la poesía española contemporánea»/ José Rienda

De: MUSEO MARÍTIMO ITINERANTE: ANALECTAS DEL MAR COMO ELEMENTO FUNCIONAL EN LA POESÍA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA
Tesis Doctoral Departamento de Filología Hispánica UNIVERSIDAD DE GRANADA, 1999

www.vistaalmar.es/images/stories/mar_nocturno.jpg

“¿es el mar un tema que
podríamos calificar como “estructurante [Nota 368]” en los
cuentos de Las mil y una noches y que, por tanto,
respalde la presencia de dicha obra en nuestro estudio?
Porque si en algo coinciden las obras citadas hasta el
momento es en ese espacio literario común, esto es, el
mar en el sentido de tema estructurante con respecto a la
totalidad de cada una de esas obras, algo que, por otra
parte, no aparece con demasiada claridad —al menos
desde ese punto de vista argumental— en estos cuentos
orientales, debido quizás a su peculiar modo de
organización”. (290-291)

[Nota 368] Pedro Granados utiliza el mismo término en su artículo
“El mar como tema estructurante en la Fábula de Polifemo y
Galatea de Luis de Góngora” (Lexis, Vol. XVIII, nº 2, Lima,
1994), donde se lee: «Lo que nosotros pretendemos ahora es
estudiar el mar como tema autónomo que estructura esta obra. Pero,
aclaremos, no se trata de una estructura inmóvil, o de la única
organización posible desde esta perspectiva marina; no […]. Lo que
nos interesa realmente destacar es la manera en que el corpus
elegido establece una lógica -significativa y discreta solidaridad
entre ciertos elementos- que al mismo tiempo va estructurando el
texto general» (“El mar como tema estructurante en…, p. 179). Pues
bien, es precisamente en este mismo sentido de “significativa y
discreta solidaridad entre ciertos elementos” en el que nosotros
hacemos uso del término “estructurante”. Sin embargo, creemos
imprescindible también apostillar que Pedro Granados en la nota 9
de dicho artículo se desmarca teóricamente de lo que Roland
Barthes entendería como un análisis típicamente estructural, por lo
que sería interesante confrontar desde este punto de vista el artículo
citado de Granados con el de Roland Barthes, “Análisis textual de
un cuento de Edgar Poe”,Comunicaciones (Buenos Aires, Nueva
Visión, 1972). (p. 290)

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Sobre el cemento fresco

www.scielo.org.pe/.../iigeo/v8n15/a03fig01g.jpg

Sobre el cemento fresco

del mudo mar de mi ciudad

–entre los tristes botes

del muelle de pescadores–

echo mis redes. Desanudadas

mis preguntas

son unos desechos más

sobre la imantada superficie.

Sombras efímeras

mis anhelos.

Quiero morir. Morir.

Ponerme al día,

como dijo alguna vez de viejo

mi cansado padre.

Quiero morir

y hacer todo de nuevo.

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ENTREBESADOS/ Andrés Ajens

Cartas mapuche / siglo XIX *

CARTAS MAPUCHE habrá sido de entrada un regalo. Regalo no tanto o no sólo para la indagación de los saberes de cuño occidental – antropologías, sociologías, psicologías sociales o no tanto, ciencias políticas e incluso historia y literatura en tanto disciplinas – sino antes en el sentido abierto en que Paul Celan habrá dicho que los poemas son regalos para quien está atento. En unas notas a EL MERIDIANO, texto de 1961, Celan señala: Los poemas no son en primer término [o no sólo] cosas que se escriben, no comienzan en el momento en que son puestos por escrito; son regalos [Geschenke] para quien está atento/a [traslayo]. En este trance es que CARTAS MAPUCHE se da a leer en poema, antes que en el trance – bastante más tardío por demás – del poema como género o tipo literario u operación de arte.

Regalos: dados y datados a ambos lados de la cordillera a todo lo largo del siglo XIX; en Leubucó, Angol, Pilguen, en Salinas Grandes, en Temuko, en Guaminí, Chilhué, en Pitrufquén, en Córdoba, San Luis, en Río Caleufú, en Valdivia, en Carmen de Patagones, en Ninguén, Muquén, en Cholchol, Santiago, Buenos Aires, en Junín, en Las Manzanas, en Poitagüe, en Martín García, en Palmaví, en Pichitué, en Melún… y aun otros dados sin lugar ni data expresa. Regalos a agradecer desde ya, con Violeta Parra, a la vida y a sus iniciales destinadores o remitentes – la mayor parte de ellos loncos o caciques: boroanos, huilliches, arribanos, ranqueles, ranquiles o rankulches, pampas, puelches, lafquenches, salineros, chilenos, manzaneros, abajinos, picunches, llaymaches y aun otros, según vienen consignados o autoidentificados en las cartas (hay también un par de mujeres; particularmente interesante es una carta de Jacinta viuda de Linkongürü, desde Angol, al intendente de la provincia de Arauco; una historia de despojo y reclamo de justicia y a la vez una carta marcada por el juego de voces que se intersectan entre doña Jacinta y José Dolores Saenz, su escritor o escribano de ocasión y quien, “a ruego de la indígena Jacinta por no saber firmar”, firma). Regalo a agradecer también y de modo especial al compilador y responsable de la presentación y notas del libro, Jorge Pavéz, quien en un pie de página nos promete nuevas cartas bajo la manga; al editor Claudio Cratchley, a Ocho Libros, a CoLibris y al Fondo de Publicaciones Americanistas de la Universidad de Chile.

En lo que sigue me limito a entreabrir el libro y a llamar la atención sobre algunas cartas que con él nos llegan – no porque pudiesen ser más representativas que las otras (no hay representación aquí que valga), sino porque acaso subrayan de modo singular la experiencia del regalo como experiencia de lengua y escritura en las CARTAS.

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Cuarenta acres: un poema para Barack Obama/ Derek Walcott

www.esquife.cult.cu/.../No61/walcott02.jpg
Derek Walcott

(Versión de León Félix Batista)

Emerge un emblema del tumulto, un grabado:

un joven negro al alba con sombrero de paja y overol,

un emblema de imposible profecía, muchedumbre

dividiéndose como el surco arado por una mula,

separándose para su presidente: un campo de algodón

nevado

de cuarenta acres de extensión, de cuervos con presagios predecibles

que el joven labrador desdeña por sus memorables

ancestros de cabellos de algodón, mientras, alineada en una rama, hay

una tensa

corte de búhos con gafas y, en el borde lejano

del campo,

un espantapájaros burlón apunta hacia él con rabia.

El pequeño arado continúa en esta página con líneas

más allá de la tierra quejumbrosa, el árbol del linchamiento, la venganza negra del tornado,

y el joven labrador siente el cambio en sus venas,

corazón, músculos, tendones,

hasta que la tierra yace abierta como una bandera cuando la firme

luz del alba raya el campo y los surcos esperan al sembrador.

Forty Acres: a poem for Barack Obama
Derek Walcott

Out of the turmoil emerges one emblem, an engraving —
a young Negro at dawn in straw hat and overalls,
an emblem of impossible prophecy, a crowd
dividing like the furrow which a mule has ploughed,
parting for their president: a field of snow-flecked
cotton
forty acres wide, of crows with predictable omens
that the young ploughman ignores for his unforgotten
cotton-haired ancestors, while lined on one branch, is
a tense
court of bespectacled owls and, on the field’s
receding rim —
a gesticulating scarecrow stamping with rage at him.
The small plough continues on this lined page
beyond the moaning ground, the lynching tree, the tornado’s
black vengeance,
and the young ploughman feels the change in his veins,
heart, muscles, tendons,
till the land lies open like a flag as dawn’s sure
light streaks the field and furrows wait for the sower.

NOTAS:

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Hostalrich/ Edgar Altamirano

www.tierradepoetas.com/.../10003/normal_tree.jpg

Autos invisibles. Apenas delineados.

Una bella joven de silueta en forma de árbol,

sus brazos se enredan en tu mente;

“Hemos comido Emu, y fideos con mariscos,

el Emu es un animal parecido al avestruz,

natural de Australia o de las islas Mauricio”.

El mezcal de Oaxaca es amargo,

¿No sabes quien soy ? –dijo.

La Masía de Hostalrich es un buen sitio para comer y beber,

nos emborrachamos hasta quedar abrazados.

El edredón de la noche nos cubrió

y se hizo el tiempo muy frío,

pero no cogimos ninguna fiebre

como aquélla otra vez

en el museo de Salvador Dalí.

Regresamos para ver el juego de fútbol

entramos en un Bar repleto de gente

que gritaban “fillo de puta”.

Si no sabes quién soy, estás perdido

-recuerdo que dijo.

La bella joven estaba desnuda

y me apuntó con el dedo:

“uno solo en la cabina” -lo dijo

y yo contesté: estoy solo,

estoy solo en el mundo.

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“Temas vitales en 5 poemas de El tacto de la araña”/ Javier Sánchez Ayte

Ensayo como parte del Seminario de poesía peruana contemporánea (Lit 635)
Maestría en Literartura Hispanoamericana, 2008-II

blog.pucp.edu.pe/media/793/20080531-3ens.jpg
Sebastían Salazar Bondy
Lima, 1924-1964

Sumilla

En el libro póstumo de Sebastián Salazar Bondy El Tacto de la Araña (TA),
publicado en 1965 a pocos meses de su fallecimiento (Lostanau de Garreaud, 1990,
p. 291) se aprecia a ojo desnudo una inquietud por sincerar la vida a través de
la palabra, sin pretender alcanzar de ningún modo un estilo angustiante ni
grandilocuente. Este pequeño trabajo, quiere dar cuenta, en la línea mencionada,
de la preocupación y reflexión de los temas vitales de Sebastián Salazar Bondy,
en los tres poemas iniciales de TA: “Testamento Ológrafo”, “La vie en rose” y
“Contra el reloj” y los 2 poemas finales del mismo poemario: “Listen yankee” y
“Otros tiempos y versos mejores”

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Cuatro Haikus A The Smiths/ Antonio De Saavedra

www.askmeaskmeaskme.com/photos/smiths3b.jpg

a Andy

los peces nos miran
portamos trompos
el girar es inminente

a Johnny

en la placentera noche
el Marr está tranquilo
solo veo sus ojos

a Mike

balas azules cruzan
el largo camino
ilesas flores

a Morrissey

la leve lluvia
hermosa forma de caer
sobre la cama y dormir

Marzo – Mayo de 1997

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Vallejo en la calle/ César Hildebrandt

http://i210.photobucket.com/albums/bb60/edmer_mg/vallejo.jpg

Una universitaria del último semestre de ciencias de la comunicación me acaba de confesar que jamás leyó nada de César Vallejo.

-En el colegio no me lo pidieron –dijo-.

-Y en la universidad, ¿tampoco? –pregunté-.

-Para nada –contestó-.

-¿Y tus compañeros, están en lo mismo?

-Supongo. Nunca hemos hablado del tema.

Es como si los egresados de la secundaria en Cardiff, País de Gales, no supieran quién es Dylan Thomas (aunque sea cierto que Richard Burton siempre será más famoso que Thomas). O como si en la Universidad de Buenos Aires se ignorara a Leopoldo Lugones. O en la de Concepción a Pablo Neruda. O en la de Managua a Rubén Darío.

Que nuestra educación es un remedo y muchos catedráticos y maestros unos impostores y algunos decanos unos jubilados de la cabeza, eso como que ya me lo sabía.

¿Pero que una niña salga virgen de Vallejo después de toda la secundaria y de cinco años de universidad?

Y si es virgen de Vallejo, imagino que Martín Adán no la habrá tocado ni con el pétalo de una rosa de la espinela. Y puedo apostar también que está invicta de Moro, ilesa de Westphalen, sana y sagrada respecto de Washington Delgado.

Y esta señorita es periodista inminente. Y ha estudiado en una universidad privada y cara.

Se diría que en el Perú, por lo general, la incultura se cultiva y lo culto se entierra. Pero si esa es la norma, con el Apra el desprecio por la educación y la cultura se considera una virtud viril.

Basta saber a quiénes se vocea como posibles ministros de Cultura –y quién dirige el INC- para comprobar que el Apra odia a la inteligencia desde que la inteligencia como clase y como sensibilidad la abandonó por ser (el Apra) tan meliflua y cabrona.

Ahora bien, esto no quiere decir que el Apra sea la responsable mayor. El responsable mayor es el civilismo crónico que nos ha gobernado y que entendió precozmente que mientras más ignorancia se sembrase mayores serían los votos de la cuchipanda y mejores los candidatos de las dádivas.

Hubo algunos paréntesis como el del odriismo, es cierto, pero la constante de la derecha gatopardista ha sido invertir poco en educación y aparentemente mucho en obra social, o sea en caridad.

Así que en vez de salarios dignos, asistencia, y en lugar de trabajo comprometido, contratos basura, y en vez de respeto, palo. Y, claro, en vez de libros, “Trome” y en lugar de Vallejo, lo que “Alfaguara” diga.

Pero volviendo al tema educación, lo que acabo de comprobar interrogando a una universitaria del primer tercio es que el problema de la educación peruana está en la raíz.

Hace 30 años hice una encuesta sobre Vallejo para “Caretas” y el resultado fue deprimente. La titulé, como este artículo, “Vallejo en la calle” porque la mayoría de los viandantes abordados no tenía la menor idea de quién era ese cholo que se hizo universal sin agitprop ni mañas ni agentes catalanas.

Pero esos consultados eran, sobre todo, gente que no había pasado por la universidad. Treinta años después, saber que en los colegios privados y en las universidades mejor dotadas ningún profesor habla de Vallejo tiene peso de losa y sabor acre. Tiene pinta de derrota.

Y eso es lo que es el Perú, así algunos chillen su optimismo de charros: un país por ahora derrotado en el campo que más duele, en el campo que decide el futuro, la competitividad y, fundamentalmente, la naturaleza de nuestra democracia. Porque no hay democracia posible entre ignorantes.

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