Concentrado

Concentrado.
Viendo mecerse en la noche
fuerzas invisibles. Máscaras puneñas.
Enciendo mi cara de diablo. Para que se me entienda.
Para que se me reconozca
entre esas fieras tercas, abominables e ingenuas
de la noche.
Así, veo afilarse más todavía
mi aguileño perfil
y rompo y me evado con mis negras manos por delante
hacia la noche.
Porque aquí es más poderosa
la presencia de Dios.
Dios juega con nosotros a la ronda
con aire de condenado.

De EL FUEGO QUE NO ES EL SOL (1993)

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