Escritoras uruguayas, una antología crítica

Libro

Es el título que bajo Ediciones Trilce y la autoría de Reneé Scott acaba de publicarse en Montevideo. Antología útil para la investigación y eficaz en cuanto lectura placentera; es en este sentido que se abre a un público muy amplio. Otro de sus méritos es permitir ponernos al día sobre una literatura que incluye otros nombres además de los internacionalmente conocidos: las posmodernistas Delmira Agustini, Juana de Ibarbourou o Sara de Ibáñez, y, más contemporáneamente, Cristina Peri Rossi, Ida Vitale o Marosa di Giorgio. En realidad, en esta antología figuran dieciocho escritoras, desde María Eugenia Vaz Ferreira (1875-1924) a Helena Corbellini (1959), agrupadas con un criterio, nos dice Scott: “plural y diversificado”. Y esto es muy cierto; ni bien empezamos a recorrer sus páginas nos percatarnos de la riqueza y variedad de las propuestas imaginativas agrupadas en este volumen. La muestra del trabajo de cada escritora (poemas o relatos) va siempre antecedida de un sintético perfil bio-bibliográfico-crítico por parte de Renné Scott. De este modo nos enteramos de información puntual útil y, no pocas veces, de sugestivas aproximaciones a la obra de aquellas escritoras, especialmente en lo que respecta a las representantes más jóvenes.

Lugar especial, entre otras no tan difundidas voces, merece la obra de Teresa Porzecansky (1945) que, como sus pares argentinas Ana María Shúa o Alicia Borinsky (también judías) elabora una literatura que hace recaer en los propios objetos o situaciones de la vida cotidiana múltiples y sutiles posibilidades interpretativas. Para muestra leamos esta sugestiva e irónica viñeta:

“Esa clase de paz, la única paz del mundo, solo está en las tostadas y en la leche espumosa de la mañana. No la filtran, conscientes, los segundos: el desayuno esperando sobre el desorden hermoso de la cama, el cepillo de dientes delirando añoranzas de dentífrico, la gota tierna, repetida, de la canilla. La paz, repito, está únicamente en las tostadas, señores, y en la leche” (“Vals de las tostadas”)
Otras indagaciones muy interesantes sobre los objetos y, por reflejo, sobre la condición humana se la debemos a la internacional Cristina Peri Rossi (1941), por ejemplo en su libro de cuentos Desastres íntimos, uno de los cuales –de título homónimo– esta antología también incluye. Como se nos señala en la nota crítica correspondiente: “Los textos de Peri Rossi reflejan una fuerte oposición a toda forma de represión, sea política, sexual o de clase”. Mas, y creemos que esto es todo un acierto artístico, a través de un discurso oblicuo o transferido al mundo de las cosas. En este sentido, tanto la obra de Porzecansky como la de Peri Rossi se sitúan en una contemporaneidad lúcida y urgente: discursos descentrados –ni autoritarios ni, menos, concensuales– abiertos a indagar y a hacerse indagar por los otros; en este caso por los más radicalemnte estraños u “Otros”: los objetos de nuestro entorno. Obviamente, las deudas mediatas e inmediatas saltan a la vista. Marcel Proust, cuya memoria viaja a través de los objetos; Felisberto Hernández, en el mismo Uruguay, que hace al lector dialogar demoradamente con las cosas.

Asimismo, y ya un tanto más formalmente en la poesía, le llamará mucho la atención al lector, entre otras, la obra de Marosa di Giorgio (1932), escritora que, a su modo, le rinde homenje a Alicia en el país de las maravillas. Es decir, con ese buscar o estar atento a percibir nuevas posibilidades de la realidad: menos trajinadas y, por lo tanto, más en la talla del ser humano. Este sería, a la larga, el común denominador de los textos de Escritoras uruguayas, una antología crítica; tanto en aquellos de pasión amorosa, de misterio o de indagación de lo que nos rodea: invitación a una radical inconformidad.

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