Segunda entrega:
Juan Dicent (1969) y Rosa Silverio (1978)
Aunque con matices distintos y distintivos, junto con Homero Pumarol (1971), Rita Indiana Hernández (1976) y Frank Báez (1978), entre algunos otros poetas dominicanos de gran calidad, representan la superación de la “poesía del pensar” que fue predominante durante los 80. Estética de este nuevo siglo globalizado, la de Dicent y Silverio, que en otro lado hemos caracterizado como “neo-testimonial” (“El Taller Literario César Vallejo en la República Dominicana”, en este mismo blog) y cuyos frutos nos ponen, embrionaria mas orgánicamente, quizá de cara ante la mejor poesía dominicana de todas las épocas por las siguientes razones: madurez artesanal o conciencia de su propio arte; apertura, sin complejos, de su temática al mundo entero; liberación de compromisos político-ideológicos inmediatos; y, muchas veces también, un saludable –aunque no menos corrosivo– oportuno sentido del humor.
JUAN DICENT: POEMAS
Any Other Night
Esta noche es como las otras
el río Ozama hiede a animales muertos
¿por qué las calles están tan oscuras?
En el carrito de hamburgers
la cocaína tiene más demanda
que la mayonesa.
Esta noche es como las otras
y Kurt Cobain
y Jimi Hendrix
y Che Guevara
en las paredes
¿qué tengo en común con esta gente
que corea cualquier canción
de Los Héroes del Silencio?
Esta noche es como las otras
una mujer borracha baila
exhibiendo su ombligo
¿cuál será su nombre?
Me llamo 1,500 pesos
y un chorro de cerveza
le sale por las orejas.
Atrapao Picture Poem
Como todo poeta que se respete
también tengo un poema de una fotografía.
Yo era un asombro de cinco años
rodeado por cinco hermanos.
Recuerdo mi miedo
al fotógrafo borracho
que llamaban Atrapao
cuando menos lo esperabas
FLASH FLASH te atrapaba
así que agarré la falda de mi hermana
y ella hizo una mueca de asco
para verse exactamente igual
a la última vez que la vi
y le pregunté sobre su vida.
Mi otra hermana es la niña más linda del mundo
una mujer con más complejos que Cuasimodo.
No sé por qué mi hermano
tiene la camisa abotonada hasta el cuello
tal vez era la moda en ese tiempo
tal vez se estaba preparando
para su trabajo de 20 horas al día.
Atrás, casi afuera del lente,
mis dos hermanos de padre
uno está preso por drogas en Georgia
el otro es pastor evangélico en Villa Altagracia.
Mi mamá no aparece en la fotografía.
Mi papá no aparece en la fotografía.
Creo que estaban muy ocupados
hablando con abogados sobre divorcio.
NYC Pavement
En Nueva York
lejos de Wall Street
lejos del Guggenheim
lejos de la Quinta Avenida
lejos del Central Park
muy lejos de Tiffany’s
muy cerca de un graffiti que dice
“WANN COM BAK TO QUIQUELLA”
en el centro de Washington Heights
hay una calle con un grueso pavimento
hecho con pasaportes de muertos
todos ellos latinos
todos ellos negros
y uno que otro chino.
I ate from the pot
Yo pasé la infancia comiendo en caldero
Llegaba de la escuela
y echaba todo el arroz en la salsa de la carne,
después en la olla de las habichuelas
y me chupaba los dedos.
Por eso mi mamá decía
que el día de mi boda
iba a caer un aguacero.
Eso fue hace años,
en Bonao,
ahora en la capital
tengo que usar platos y cubiertos
tengo que comer con cuidado para no manchar la corbata
todavía soy soltero
y afuera nunca hay un caballo marrón
bajo la sombra de una mata de mango.
Doves at Parque Colón
Las palomas de parque Colón perdieron el miedo
no le temen a los cien perros del mendigo San Lázaro
animales muy brutos para darse cuenta
que nada hay más bajo que ser las mascotas de un homeless.
Las palomas del parque Colón perdieron la vergüenza
ya no cagan a escondidas sobre las estatuas
ahora cagan sobre los sandwichs del Palacio de la Esquizofrenia
los peores sandwichs de todo el Caribe
sin contar los de Cuba, of course.
Las palomas del parque Colón perdieron el decoro
no les importa que ese señor
con esa mitra de oro
pronuncie esa homilía contra los gays
debajo de esas campanas de esa Catedral
no les importa que ese guía turístico
con ese carnet del ayuntamiento
cobre 20 euros a ese alemán
por dejarse mamar ese pene debajo de ese laurel.
Las palomas del parque Colón perdieron la figura
las alimentan con maíz los niños cayéndose de las bicicletas
las alimentan con arroz crudo los recién casados posando en un huracán de alas
las alimentan con migajas de pan los locos rompiéndose botellas en la cabeza
las alimentan con tostones los policías chantajeando prostitutas en los zaguanes
las alimentan con gofio los poetas cambiando versos por cucharas de plástico.
Las palomas del parque Colón son unas inútiles
no quieren trabajar para la paz de Irak
no quieren trabajar para el correo
no quieren trabajar para la magia
Las palomas del parque Colón son una peste
unas aves inmundas con inmundos esfínteres
que los domingos en la tarde embarran el cielo
de un hombre que sufre.
Blood Call
Mi abuelo Titío murió loco. Es decir, se ahorcó de un árbol. Mi mamá me contó que cuando Trujillo a él se lo llevaron para La Cuarenta un revolucionario y a los dos meses lo trajeron un miedo.
Mi tía Candita murió loca. Es decir, se tiró del puente Duarte. Mi mamá me contó que cuando su esposo se fue con una muchachita de 17 años ella era una belleza y a los dos meses era un cadáver.
Mi primo Julito murió loco. Es decir, se dio una sobredosis de heroína. Mi mamá me contó que se fue para Nueva York una esperanza y a los dos meses regresó con algodones en la nariz.
Mi prima Rosalía murió loca. Es decir, se bebió un frasco de pastillas para dormir. Mi mamá me contó que cuando Julito se murió Rosalía no volvió a hablar y a los dos meses tuvieron que tumbar la puerta de su habitación.
Y yo, no puedo negarlo, como dijo Vonnegut sobre los hijos de suicidas, cuando cae la tarde y mi sangre está falta de azúcar pienso en una bala.
JUAN DICENT:::: Nací en Bonao , perdón, Monseñor Nouel.
Estudié Adm. de Emp. y Alta Gerencia en Finanzas. No recuerdo nada de ese tiempo, excepto que trabajaba en Bancos y que odio las corbatas. Empecé a escribir a los 28 años.
Creo que eso es todo. Ah, nací el 22 de agosto del 69… Soy loco con Faulkner , Rimbaud , Rulfo , W.C.Williams , Borges, Onetti , y creo que Bretón no era más que un bultero de los manifiestos…
Finalista del concurso Hispanoamericano de Poesía con el poemario “Poeta en Animal Planet” a ser publicado por Editorial Vox en Argentina. Publicó el libro de cuentos Summertime (República Dominicana: Shampoo Ediciones, 2005). Uno de sus cuentos (“Happy New Year to You”) fue antologado en “Pequeñas Resistencias 4, Antología del Nuevo Cuento Norteamericano y Caribeño” por la Editorial Páginas de Espuma, en España (2006).
http://blogworkorange.blogspot.com/
ROSA SILVERIO: POEMAS
Cuando oscurece
“Sólo quien no excluye nada de su existencia,
ni lo que sea enigmático y misterioso,
logrará sentir hondamente sus relaciones con otro ser humano
como algo realmente vivo…”
Rainer María Rilke
Cuando todo se oscurece
yo me desnudo para ti
y no siento miedo.
Me recuesto sobre tus pechos diminutos,
sobre tu sexo algodonado,
sobre tu alma de buitre y de serpiente.
Acaricio tus formas de mujer
y me sorprendo descubriéndote,
enamorada de tu mirada de bruja y de tigresa,
de tu lengua acuática y misteriosa,
de todas las auroras que tejimos juntas
y que hoy destejemos mientras nos burlamos de Penélope.
Porque cuando todo se oscurece
tú y yo nos iluminamos por entero,
abrimos el corazón de par en par
y salimos a probar manzanas prohibidas,
a abrir cajitas de Pandora
y a desenmascarar a todos los monstruos de la tierra.
Por eso cuando oscurece
yo me acerco a ti como un olivo o una enredadera
y me atrevo a recorrer todos tus caminos.
Te susurro algunos versos de Safo
y suavemente dibujo las delicadezas de tu ser.
Y así sucede siempre.
Cada vez que oscurece
yo te siento cercana y transparente
y te amo.
Bebo sorbos de tu copa
y me sonrío.
Espero a que se descorran los velos
y te invito a pasear juntas
bajo la luz de primavera,
entre pústulas y flores,
sin temor a las preguntas,
tomadas de la mano.
© Rosa Silverio 2005
Todos los derechos reservados
Mata a la gallina
Llegó la hora de la enfermedad y de la angustia
el tiempo de los gusanos
la hora de los aullidos
de la sombra y las enredaderas
llegó el momento de descargar la pistola
de matar a la gallina
Nadie podrá encontrarte
nadie podrá señalarte con el dedo
o condenarte
o vengarse por tu crimen
El velo miserable de la noche te protegerá
en ese instante
y todos los lobos estarán contigo
Así que lanza tu telaraña seductora
mete a la presa en el corral
engórdala
y cuando haya transcurrido
la estación de los crisantemos
cuando no haya luz, ni un caracol,
ni una descarga eléctrica en el horizonte,
mata a la gallina
destrúyela
mátala
mátala
mátala.
© Rosa Silverio 2007
Todos los derechos reservados
El parque
Siempre que voy al parque termino yéndome abatida,
sintiéndome ajena y solitaria,
fantasmal y enferma,
molesta por la risa de los niños,
acosada por el ladrido de los perros.
El parque se me antoja triste,
parece una ballena grande perdida entre las aguas,
parece una pequeña isla, un cementerio,
un corazón sin sangre y sin amigos,
una embarcación rota en medio de la nada.
¿Habrá un sitio para mí para mí en esta fosa?
¿Habrá una lumbre para mis manos frías
o un banco para las espadas y los sueños?
No lo sé. De lo única que estoy segura
es de que cuando se adormece la tarde
y mis pasos se pierden por las calles,
termino en el parque de siempre,
como un río que llega a su desembocadura,
como una rata que huye a su cloaca,
como un animal que se acuesta en su guarida,
como una mujer anónima que se arrima
al lugar adonde van a morir todas las cosas.
© Rosa Silverio 2005
Todos los derechos reservados
La mujer dormida
(Minotauro acariciando a una mujer dormida. Pablo Picasso)
Silvia salió a recorrer caminos,
a beberse el mundo de un sorbo,
a soñar y hacer el amor
hasta que desaparecieran las estrellas.
Silvia salió dormida,
con los ojos abiertos pero dormida,
con las pestañas tiesas de tanto rimel pero dormida,
con el vestido de fiesta pero dormida.
Dormida y quieta
como un cisne en la mañana.
Y sin saber que dormía anduvo los cinco continentes,
escaló montañas, destruyó poblaciones,
se bebió todo el licor del planeta
y se acostó con príncipes y ratas.
Ella siguió rodando como una pelota por el mundo,
saltando charcos, matando peces,
inventando nuevos explosivos.
Así descubrió el hambre y la locura,
el juego en los casinos,
la tristeza de la lluvia
y la asombrosa primavera.
Silvia vio, tocó, degusto, olió y sintió de todo,
y aunque quiso escuchar poco
mucho tuvo que escuchar.
Y los días se hicieron semanas,
y las semanas meses,
y los meses años,
y los años canas, arrugas, heridas, cicatrices,
achaques de más, dientes de menos,
pero nada impidió que Silvia siguiera
ajada y dormida,
cansada de hacer el amor y dormida,
experta en bombas atómicas y dormida,
con lentejuelas y dormida.
Como un copo de nieve aún sin derretirse.
Como una rosa joven
sin manchas ni fisuras.
A veces triste.
En ocasiones sola.
Nunca inalcanzable.
Pero siempre dormida.
© Rosa Silverio 2005
Todos los derechos reservados
ROSA SILVERIO (1978)
En 2002 publicó su primer poemario, De vuelta a casa (Santo Domingo, R.D.: Editora Centenario). En agosto de este año presentó al público su segundo poemario titulado Desnuda. En 2005, el segundo, Desnuda, por Editora Cole.
Su obra ha sido traducida a varios idiomas.
http://rosasilverio.blogspot.com/
Hola, Pedro.
¡Me ha sorprendido gratamente verme por aquí!
Gracias por tomar en cuenta mi trabajo, por detenerte y mirarlo, mirar hacia dentro…
Un gran saludo,
Ro
PD Me alegra que te guste Mata a la gallina. Cuando lo esccribí pensé que no le gustaría a nadie, pero lo disfruté y fue casi esccribirlo para mí.
mirar hacia adentro…precisamente de eso se trata, Ro. Esta también es tu casa.