![Foto de Gonzalo Portocarrero](http://blog.pucp.edu.pe/blog/wp-content/uploads/sites/97/2007/06/sem-pedro1.jpg)
Este breve ensayo quiere saludar el bildung roman de un crítico literario; es decir, el que paso a paso vamos percibiendo en un libro reciente del autor, Rostros criollos del mal. Cultura y transgresión en la sociedad peruana (Lima, Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, 2004). Aunque formado y docente en sociología, en este trabajo de Portocarrero es notorio su interés por la literatura ya que se enmarca en el contexto de la vuelta del sujeto: “después del auge de las nociones de causa y estructura” (contraportada) y, sobre todo, porque la propuesta que lo convoca ahora –complementaria a los temas de la dominación, la violencia y el mal– es también “investigar el amor y el humor, las fuerzas que hacen que la vida merezca la pena ser vivida”. Ingredientes, pues, objetivos y subjetivos que pertenecen a la labor de lo que ocupa usualmente al crítico literario; más aún, si varios capítulos del libro nos advierten explícitamente de este propósito: Esas voces, ese mi destino… vectores expresivos y autopoiesis en la obra de Juan del Valle y Caviedes, Modernidad y criollismo en Abraham Valdelomar, El Dios impotente: la (in) humanidad de Trujillo en La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa, El pensamiento sobre el mal en Los ríos profundos de José María Arguedas; en suma, cuatro de diez capítulos. Ahora, a nosotros más que discutir puntualmente las ideas sobre las obras o autores seleccionados en este libro, lo que nos interesa fundamentalmente son los criterios literarios, la carpintería crítica de Gonzalo Portocarrero inherente a su discurso sobre estos tópicos, se encuentre ésta en aquellos capítulos inmediatamente antes señalados o no.