Archivo de la categoría: Ensayo

Ensayo

AUTISMO COMPROMETIDO: SOBRE POESÍA PERUANA RECIENTE

Motivo portada por Norka Uribe

La materia sobre la que se ejerce la crítica son aquí los versos –y las lecturas canónicas de los mismos– que si bien es cierto tienen como marco el Perú de estos últimos años, no se desvinculan del ámbito de nuestra real o auténtica vocación: la poesía actual escrita en español, inglés y portugués (y en los contactos creativos entre estas lenguas); diálogo intercultural en el que militamos y al que urgimos. Además, autores o textos –los que figuran aquí– sobre los cuales muchas veces antes no se había puesto mayor o ningún acento.

Algunos artículos:
Los poetas vivos y más vivos del Perú, y también de otras latitudes
José Watanabe y las trampas de la fe
“Spasmo-Dolviran”: ¿el último cuaderno de Luis Hernández?
‘Mirko Lauer y Mario Montalbetti / POST-2000’
Hitos del erotismo en la poesía de Javier Sologuren
Algunos gestos de estilo en la poesía arequipeña: 1950 al presente
De lo neobarroco en el Perú
Apuntes sobre la actualidad “teórica” de la poesía de César Vallejo
¿César Vallejo, por bulerías?
Eielson – Vallejo: El des/ nudo en la más reciente poesía de J. E. Eielson

»Leer más

TRILCE/ INKARRÍ EN ACCIÓN

Trilce/ Inkarrí en acción, a su modo cierra una línea de investigación que se iniciara con nuestra tesis de PhD para Boston University, Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo (Lima: PUCP, 2004); se continuara, entre otros artículos, con el libro Trilce: Húmeros para bailar (Lima: VASINFIN, 2014); y, asimismo, con Trilce/ Teatro: Guión, personajes y público (“Prêmio Mario González” de la Associação Brasileira de Hispanistas) (Aracaju, Brasil: Editora ABH, 2017). Este último, el mismo que desde la perspectiva del ensayo de César Vallejo, “Notas para una nueva estética teatral” (1934), leía Trilce en tanto teatro; es decir, poemario de 1922 u “obra teatral” con guión (mito de Inkarrí), determinados personajes y dirigida a un público tanto de la época (Lima-Perú) como del presente y overseas. Precisamente, Trilce/ Inkarrí en acción constituye la continuación de aquel libro brasileño de 2017, en tanto y en cuanto aborda poemas de Trilce que en aquella oportunidad no se pusieron en “escena”.

»Leer más

TRILCE MANIFIESTO

Trilce no sería un poemario vanguardista, pero sí un manifiesto vanguardista; aunque diferente respecto a otros representados por distintos poetas o posturas críticas canónicas del tiempo y región de Vallejo (Huidobro, Borges, Antropofagia y Estridentismo-Infrarrealismo). Las Humanidades en su versión antropocéntrica (H1, H2 y H3) precisan ser auxiliadas y complementadas por una noción posantropocéntrica (H4) (Granados 2020) para que Trilce no sólo se lea, sino también se “manifieste” en su “beatitud” (Spinoza). Los versos y poemas del libro de 1922 ilustran los espacios de fuga entre el cuerpo desmembrado de Inkarrí y, de modo simultáneo, su proceso de reconstitución (Granados 2014).

Ilustración de la portada por Norka Uribe.

»Leer más

SOLOGUREN en Amazon

Leíamos a Javier Sologuren desde el colegio; la sensación que siempre se nos quedó a través de sus versos fue la de discreta intimidad, levedad y sutileza. Ya en los años universitarios nos llamó la atención la rigurosa arquitectura de sus poemas, su encauzado caudal, que, según hemos averiguado con el poeta, no obedecen a un trazado previo sino a la irrupción instantánea de un sueño resoñado, de un texto gestado largamente en lo oculto. Del mismo modo nos cautivaban su poderosa visualidad. De alguna manera, arquitectura y visualidad iban juntas refinándose, apuntando hacia una totalidad, desechando excesivas apoyaturas (sonoridad, signos de puntuación, figuras retóricas). Nos propusimos entonces algo que ahora daremos a luz, intentar dar cuenta de la coherencia y armonía de esa fanopea , de los pilares que sostenían dicha arquitectura. Incandescentes ideogramas, esta última, o discreto vocabulario el cual, hoy por hoy, podemos conectarlo a una mediación conceptual de corte multinaturalista; a un modo de pensar “amerindio” que surge desde la urbe moderna. P.G.

»Leer más

“Pura y no bulto”: Poesía dominicana s.XX-s.XXI

“Creo que es este un libro que amerita una lectura pausada, porque es un esfuerzo genuino de un investigador literario [Pedro Granados], académico, que ha puesto sus ojos y oídos en la producción literaria dominicana, a la vez que refuerza una mirada nueva de esta poesía desde afuera (como lo hicieran Baeza Flores, Manuel Ugarte, María Prosdocimi de Rivera y otros)”. Miguel Ángel Fornerín

Difícil sería concebir para un lector una mejor manera de viajar a las voces de la República Dominicana, y demorarse allí, que escuchar estos registros y tonos aleccionado por la sensibilidad finísima y el hondo conocimiento de Pedro Granados. A este periplo extraordinario les invito. Alan E. Smith

Imagen de la portada por FrankEtienne

»Leer más

TRILCE/INKARRÍ EN ACCIÓN (work in progress)

Roxosol (2018), de un recurrente sueño mío, por Bibiana Vélez Cobo

PRÓLOGO

Trilce/ teatro: guión, personajes y público

Guión: mito de inkarrí

Guión de la “escena cerebro”

Personajes de la “escena cerebro”

Público: Colónida

Público: nosotros ahora

Conclusiones

 

Trilce/ Inkarrí en acción

Nueva visita a Trilce LXI (“¿Y este duelo que enmarca la portada?”) desde Trilce XLVII (“Ciliado arrecife donde nací”) y “Madre, me voy mañana a Santiago”  (Trilce LXV)

Last Tango in Trilce: XXV, XVII, XXX, XXXIV, XV

Otros Trilces I: VI, LVII

Feto y sujeto: X, XVIII

Trílcica alegría: XLI, XLIX, LXXIII, LXIV, LXVI

Madre continua: XXIII, XXVIII, XLIII

Trilcescalas: XII y XLIV (1919) +XXXII (19921); XLVI, LXXII

Trilce heraldo: XXXIII

Trilce L: Sol “mojarrilla” (o) y Sol “corvino” (0)

Trina (entre los dos) el Inca: XI y LI; LXXIV, XL

Trilce LIX: Marinera de fuga y resbalosa [+ XXXVII: “Trilce: muletilla del canto y adorno del baile de jarana”]

“Que tú sabes” (Trilce LXII): “Que yo me sé” (Trilce 1923)

Trilce “puro”: LXXVI

Sol de Milo: XXXVI

“Estáis vivos”: LXXV

EPÍLOGO

 

Trilce/ Inkarrí en acción, a su modo cierra una línea de investigación que se iniciara con nuestra tesis de PhD para Boston University, Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo (Lima: PUCP, 2004); se continuara, entre otros artículos, con el libro Trilce: Húmeros para bailar (Lima: VASINFIN, 2014); y, asimismo, con Trilce/ Teatro: Guión, personajes y público (“Prêmio Mario González” de la Associação Brasileira de Hispanistas) (Aracaju, Brasil: Editora ABH, 2017).  Este último, el mismo que desde la perspectiva del ensayo de César Vallejo, “Notas para una nueva estética teatral” (1934), leía Trilce en tanto teatro; es decir, poemario de 1922 u “obra teatral” con guión (mito de Inkarrí), determinados personajes y dirigida a un público tanto de la época (Lima-Perú) como del presente y overseas.  Precisamente, Trilce/ Inkarrí en acción constituye la continuación de aquel libro brasileño de 2017, en tanto y en cuanto aborda poemas de Trilce que en aquella oportunidad no se pusieron en “escena”. P.G.

»Leer más

Inkarrí: ¿Trilce o Poemas humanos?

“Mar de ofrendas” (2012)/ Bibiana Vélez Cobo

Resumen

En el presente artículo, analizamos “Terrremoto” (1937), póstumo texto de Poemas humanos, con tan elocuente vocablo, en relación con el mito de Inkarrí (“cambio radical o pachacuti”). Asimismo, lo cotejamos con el análisis del poema XLVII de Trilce (1922), “Ciliado arrecife donde nací” (Granados, 2014), ya que, además de su especificidad cultural, grosso modo, ambos poemas tratan de la asunción del ser femenino o materno y, de modo simultáneo, también del aborto. Ahora, ¿por qué aquella disyuntiva entre Trilce Poemas humanos? Porque deseamos abundar en el debate, para nada cancelado, de si Trilce es “mejor” que los poemas póstumos, o viceversa; obviamente, tal asignación de valor se daría en términos de una específica y productiva respuesta a una coordenada local/ global. Perspectiva de estudio, la nuestra, análoga a la diglosia “Paris/ París” que percibiera Enrique Ballón en la poesía de César Vallejo (Ballón Aguirre, 2015), una vez que este ya residiera en Europa; y enfoque por el cual nos preguntamos cómo o hasta qué punto podríamos hablar, para el caso de la poesía del autor peruano, de una “desposesión y lenguaje en el exilio” (Niebylski, 2002). Concluimos que, respecto a la más lograda “encarnación” de Inkarrí en su poesía, Vallejo optaría por Trilce y que, asimismo, jamás hubiera reunido ni publicado en vida el conjunto de su poesía europea bajo el lema de Poemas humanos; y sí, muy probablemente, bajo el título de Poemas multinaturalistas (Viveiros de Castro, 2010) o Poemas poshumanos.

Palabras clave

Trilce y Poemas humanos, diglosia poética, poesía y diáspora

»Leer más

Seis ensayos deseantes: De Cárcel de amor a la post-última poesía española

Poeta sutil, epigramático, agudo, combina la virtud del buen crítico que borda y desborda, con un conocimiento cabal y justo, textos y contextos de variados géneros y épocas: desde la Cárcel de amor de Diego de San Pedro a la última poesía española… Un magnífico vuelo de bumerán: las lecturas del crítico, en sinuosos movimientos giratorios, vuelven al punto de partida: al lúcido poeta que es Pedro Granados.

Antonio Carreño (Brown University)

“Deseantes” describe con propiedad la naturaleza de estos cinco ensayos críticos del excelente poeta peruano Pedro Granados. Responden, como diría León Hebreo, a un esencial y trascendente erotismo, que proscribe la desidia y que abarca un concepto analógico del mundo. Mediante el análisis riguroso de una forma (un tropo, un tema, una obsesión), el profesor Pedro Granados da con el sentido, descubre y eleva al nivel de la aprehensión consciente los tonos armónicos más expresivos –tantas veces recónditos –y semánticamente centrales de los textos aquí considerados.

Alan E. Smith (Boston University)

“Excelente colección de ensayos”.

Jenaro Talens

»Leer más

Salsa peruana

Fotografía de Marina Herrera

Salvarse por la salsa

Encabúyalo y vuelve y tira.

Como tu paso que al calor

de los muslos de la hembra

va y viene. Sin amordazarla.

Permitiendo que se defienda.

Midiéndola sin medirla.

Un tirabuzón común descorchando

al pasito

las vastas ofrendas de la noche.

Una comunidad donde el error

se supera a punta de ritmo.

Y donde dos son uno:

hollándose y atravesándose

a pesar de las sombras.

©Pedro Granados, 2007

Primero es el ritmo

Primero es el ritmo. Enseguida, como montada sobre él o fundida con él, viene la palabra, el “verbo” (Génesis). Estamos en un momento cultural donde nos hemos extraviado y nos hemos desconectado del ritmo y, por lo tanto, es muy escasa la experiencia de bumerang. El ritmo atraviesa, oscila, envuelve, retorna y crea comunidad. No son las palabras, a las cuales se las lleva el viento. Y no arropan a nadie, empezando por quienes las pronuncian. Ni a cuadrúpedos ni a humanos. Sin embargo, sonámbula, la poesía hoy por hoy empieza por las palabras. Y acaso incluso con la mejor de las intenciones; se trataría de hacer filosofía con ellas. Aunque, con la peor de aquellas mismas, se trataría de establecer con las palabras un decálogo; unas nuevas tablas de auto-ayuda obligatorias para todo el mundo. La auto-ayuda como una nueva ley, sobre todo, post-coronavirus. Algo nada nuevo; sino que ya ha estado ensayándose y gestándose en toda nuestra región como mecanismo de control del imaginario y del deseo: Acción Poética. Poesía sin “patos” (en tanto catarsis y, asimismo, emblemático post-antropocentrismo) y sin “sombra” (Jung). Comer, oler, tocar, deslizarse, sumergirse, ni qué decir hablar, diseñados dentro del más lobotomizado protocolo. El verbo se ha trocado en puro significante o en algo más o menos así. Y la voz nos va resultando extraña en sí misma e incluso indeseable; hoy intentamos, mucho mejor, ser un palimpsesto, la más pulcra imitación de alguien. Toda la distribución de lo sensible (Rancière) contenida en un chip; aquel decálogo en tan acelerada construcción. Lo mismo en los States como en Bolivia. Un grifo que reposa al fondo del patio y que ya, teniendo cada uno agua en casa, ha pasado de cada vez más obscuro a prácticamente invisible.

©Pedro Granados, 2022

»Leer más

Biografía “intelectual” de César Vallejo

 Carlos Fernández, El joven Vallejo (1905-1919).  Apuntes para una biografía intelectual.  Lima: MYL/Reino de Almagro, 2024.

“[Se trata de profundizar] en los distintos medios intelectuales en que Vallejo produjo su obra poética inicial” (Fernández 11). ¿El mito constituye un medio intelectual? Sostenemos que una biografía de Vallejo que no incorpore este aspecto cultural, simétrico o posantropocéntrico, en su relato, lucirá destrabada e inevitablemente parcelada y fragmentaria.   En la huella de los trabajos de Stephen Hart sobre César Vallejo, y con la salvedad de lo tan importantes que son este tipo de estudios académicos en aras de la fidelidad documental, algo de aquella plataforma neohistoricista británica, adicional a la rigurosa tradición filológica española[1], concurren en El joven Vallejo (1905-1919). Apuntes para una biografía intelectual del, asimismo, joven investigador español, Carlos Fernández.  Citamos:

El objetivo principal de este trabajo es contribuir a repensar, desde marcos de referencia fiables, ciertos hitos claves del desarrollo poético del joven Vallejo, poniendo en evidencia los principales vacíos documentales y los anacronismos en que incurre inadvertidamente incluso la crítica más cualificada [Por ejemplo] Nótese cómo, sin llegar a sostener que Vallejo haya conocido las prácticas dadaístas antes de julio de 1919, Michelle Clayton hace analogías entre las prácticas lingüísticas de Los heraldos negros y las de los poetas dadaístas en su etapa suiza inicial (Fernández 11).

El problema es que Vallejo no hablaba nunca de esto, ni con Georgette ni con nadie.  Su experiencia nada exclusivista o individualista del mito, sino más bien de vocación comunitaria y pedagógica (permanente), se tocaba con su radical experiencia de la poesía y para él, tal como en aquellos versos finales de “Huaco” (“[Yo soy]Un fermento de sol/ levadura de sombra y corazón”) (Los heraldos negros), le eran inherentes –acaso para ser más productivos en su obra poética — el pudor o el secreto.  Positivismo burgués y antropocentrismo cultural occidentales presiden entonces, todavía hoy, la elaboración de estos artefactos biográficos alrededor del poeta nacido en Santiago de Chuco (1892-1938).  Es decir, estos relatos: “no consiguen situarse en un nivel genealógico [no lineal, no unitario, no teleológico], en el cual el origen y la novedad se combinan dialécticamente (Didi-Huberrman).  Esto último, sobre todo, si puntualizamos que con Vallejo nos hallamos ante un poeta –de los márgenes del mundo conocido y acaso, como Pariacaca, nacido al unísono de cinco huevos– consciente de una vocación y voluntad de estilo tan prematuros: “En la actualidad, no tenemos constancia de que César Vallejo publicase poemas antes de los 19 años, aunque seguramente los haya escrito” (Fernández 13).  Sin embargo, esto sí podríamos considerarlo documentado, que hacia su último año escolar en Huamachuco: “Vallejo ya recitaba y tomaba copas” (Fernández 17).

En síntesis, el asunto no consiste –únicamente– en lo que Vallejo pudo haber leído: “La biblioteca familiar no se conserva y ningún investigador se refiere a una biblioteca pública en el pueblo [Santiago de Chuco]” (Fernández 22); sino, igualmente, en lo que no leyó con igual e incluso mayor provecho.  Que el mito en una obra literaria o artística no lo podamos identificar y mensurar, es un prejuicio.  Ahora mismo, por ejemplo, trabajamos en un ensayo titulado “Inkarrí: ¿Trilce o Poemas humanos?” donde analizamos “Terremoto” (6 Oct. 1937), poema póstumo de tan elocuente vocablo, en relación con el mito de Inkarrí (‘cambio radical o pachacuti’).  ¿Por qué aquella disyuntiva entre Trilce o Poemas humanos?  Porque deseamos abundar en el debate, para nada cancelado, de si Trilce es “mejor” que los poemas póstumos, o viceversa; obviamente, “mejor”, en términos de una específica y productiva respuesta a una coordenada local/ global.  Perspectiva de estudio, la nuestra, análoga a la diglosia “Paris/ París” que percibiera Enrique Ballón en la poesía de César Vallejo, una vez que el poeta ya residiera en Europa; y enfoque por el cual nos preguntamos cómo o hasta qué punto podríamos hablar, para el caso de la poesía del autor peruano, de “Desposesión y lenguaje en el exilio” (Niebylski).  Concluimos que, respecto a la más lograda “encarnación” de Inkarrí en su poesía, Vallejo optaría por Trilce y que, asimismo, jamás hubiera reunido el conjunto de su poesía europea, siempre y cuando en vida la hubiera publicado, o la hubiese querido publicar (Julio Ortega), bajo el lema de Poemas humanos; y sí, muy probablemente, bajo el título de Poemas “multinaturalistas” (Viveiros de Castro) o Poemas poshumanos.  En fin, a lo que vamos es que, para una más cabal biografía de nuestro amerindio autor (o de quien se quiera, amerindio o no), de modo paralelo a una rigurosa filología y documentación se debería ensayar una inspirada, de oportunos y sabrosos anacronismos, antropología (para no referirnos a la difusa o sospechosa mitología).  O acaso, también, ensayar un entripado entre ambas disciplinas, con el añadido de una lectura política resueltamente decolonial, muy en particular para honrar a César Vallejo.  El cual nos proporciona, más de una vez, pistas para su propia biografía, entre otras: “¡Indio después del hombre y antes de él! ¡Lo entiendo todo en dos flautas y me doy a entender en una quena!”; “la cólera del pobre/ tiene un fuego central contra dos cráteres”.

Por nuestra parte, creemos que los datos más fidedignos deben conducir, inevitablemente, a interpolaciones y, en consecuencia, a una –resulta deseable– consistente imaginación.  Por ejemplo, respecto a “Navidad”, poema hallado este mismo 2024 por Wilmer Cutipa Luque, publicado en el diario La prensa (25/12/1918), y no incluido en el presente estudio de Carlos Fernández, podríamos plantearnos la siguiente interrogante: ¿Por qué “Navidad” no figura en Los heraldos negros?  Ya que, tal como Alcides Spelucín fuera el primero que lo deslizara, este poemario esperó por casi un año listo en la imprenta (desde “junio o julio” de 1918) hasta su efectiva circulación en 1919, un prólogo de Abraham Valdelomar que no llegó: “En el período de espera, nuevas composiciones fueron enriqueciendo su obra” (Fernández 123).  ¿Es que “Navidad” fue escrito después de julio de 1919? O, más bien, fue excluido deliberadamente por el propio poeta.  ¿Por qué razón? Porque en última instancia se trataría de un villancico no en honor del nacimiento de Jesús; sino, al modo de los elaborados por Sor Juana, de uno teológicamente heterodoxo, y dedicado sobre todo a la excelencia de la Virgen María.

[1] Las muletillas de falsa modestia en su discurso: “ignoro”, “más de lo que yo lo hago aquí”, “no sé”, entre muchas otras, evitan a Fernández precipitarse en el vacío del autoritarismo en este tipo de acercamientos críticos.  Es decir, en cuanto a la tarea de proponer biografías, verbigracia, de César Vallejo; vicio donde se precipitan, estrepitosamente, varios vallejistas más o menos conocidos.

»Leer más