Archivo por meses: enero 2017

Ricardo Piglia (November 24, 1941-January 6, 2017)

Piglia

“Piglia es un crítico y novelista argentino que ha logrado fundir dos tradiciones culturales y epistemológicas muy distintas. La anglosajona, pragmática, que entiende que la verdad sólo tiene un valor de uso; es decir, es un producto deshechable más. La otra es la humanística, propia de la tradición hispana, que entiende, por ejemplo, que hay una verdad escondida en lo que leemos y con esfuerzo debemos sacar a la luz. Del primer aspecto de su crítica deriva su idea de que la literatura es un combate: ¿la verdad para quién?; y, por ende, el aspecto político y del poder implícitos en aquella lucha. El segundo aspecto epistemológico y cultural se revela en cuanto Piglia postula que el crítico -convirtiendolo así en un detective o en un aventurero– es el que busca desentrañar un “secreto” ya que “la realidad está tejida de ficciones”. Hemos introducido este comentario porque creeemos que lo que ha hecho Piglia es muy pertinente para evaluar en profundidad nuestra actual poesía hispánica. Dados los tiempos que corren, creemos que el futuro de ésta también está en saber congregar –de algún modo, ya que no existe uno solamente– ambas tradiciones culturales; mas no solamente en la epidermis, es decir, en el léxico y las referencias más o menos exóticas o globalizadas. Probablemente los poetas que hacen esto último estén hubicados sólo en una de las dos tradiciones: en la hispana y tratando vanamente de ampliar o “modernizar” sus contextos, o abiertamente en la otra, la anglosajona, con lo nos hallamos ante curiosas caricaturas del original. No, no se trata de nada de esto en Piglia. Su obra es, más bien, prueba de que es posible fundir ambas maneras de conocer, de situarse en el mundo, sin que esto implique ausencia de conflicto personal ni, tampoco, se trate de un mero eclecticismo cultural (al modo del voceado, pero realmente inexistente, multiculturalismo norteamericano). En síntesis, nos hallamos ante una nueva forma, muy contemporánea, de pensamiento crítico (y poético); un modo, cabe esperar, más rico y productivo de estar a la intemperie”

P.G.

»Leer más

La poesia de Harold Alvarado Tenorio/ Daniel Giraldo

Harold

“Los pareceres y el estilo concuerdan con lo que yo hubiera podido escribir. Asimismo, las autoridades que alega el texto corresponden a mis preferencias. El “ocular vizconde” me sorprende, pero no es imposible que yo haya perpetrado esa frase, tan ajena a mis hábitos literarios. También es raro que mi memoria haya dejado caer un nombre tan singular como Harold Alvarado Tenorio, pero a los 73 años el olvido es harto accesible. Pienso que el “prólogo” es una afortunada parodia, que debo agradecer”

“No aptos para puristas, los juegos con la autoría de ciertos textos de Borges parecen haber sobrepasado un límite y este hecho, descaradamente expuesto y esclarecido por el mismo perpetrador, se suma a sus numerosos atrevimientos literarios”

“Harold Alvarado Tenorio: el poeta, antólogo y ensayista colombiano es un autor marginal. Pero su marginalidad se la ha ganado con trabajo. Desde sus comienzos como estudiante, siendo abiertamente ateo, desde sus comienzos como intelectual, siendo públicamente soberbio, pasando por sus atrevimientos con Borges y sus palabras ponzoñosas sobre la cultura colombiana, Alvarado Tenorio se ha ubicado al margen. Satisfecho con el lugar de exclusión que ocupa, ejerce su actividad intelectual haciendo uso de la distancia que por años ha venido estableciendo”

“Rodríguez Padrón no se equivoca al definir el poema como un lugar de encuentro solidario. Pero cuesta aceptar, sin embargo, que “todos” seamos capaces de reconocernos en él. Si la muerte es aquello que todos tenemos en común, el crítico está en lo cierto. Pero más que la muerte es el deseo sexual lo que hemos visto como punto de solidaridad entre los poetas. Y como dicho deseo sexual no es común a todos, tan sólo cierto grupo de individuos podrán reconocerse en el poema. Maricas como Alvarado Tenorio serán llamados a ocupar el poema con sus propias y personales experiencias, con los recuerdos y nostalgias de los cuerpos que alguna vez tuvieron. El poema de corte erótico en Alvarado Tenorio es un espacio de solidaridad marica”

Todo lo anterior (entrecomillado) vaya como resumen de lo de Daniel Giraldo.  Con lo cual, en general, estamos de acuerdo; salvo en su algo machacona conclusión .  Lo cual nos llama la atención porque el mismo Giraldo, en otro lugar de su texto, puntualiza que la poesía de HAT representa más que la “unión entre la experiencia marica y la violencia colombiana”; o aquello de: “La búsqueda sobre la identidad de Harold Alvarado Tenorio no puede agotarse en esta única faceta”.

Ahora, en lo personal, nos extraña que Daniel Giraldo no haya tenido en cuenta nuestra reseña a Ajuste de cuentas o, por qué no, y vinculado a su ensayo, nuestra crónica un tanto ya canónica, aunque no menos lúdica, sobre Raúl Gómez Jattin.

La poesia de HAT by Daniel Giraldo 2016

»Leer más

Taller de poesía online por cuencas culturales: “para encontrar tu propio ritmo o ecualizarlo”

PRÁCTICA CREATIVA

Caribe, para sacudirse de Pablo Neruda.

Cono Sur, para que en nuestro contrato con el lector no intentemos, desde un principio, pasar por sujetos listos.

Brasil, para que nuestro performance (cuerpo y ritmo) aterrice mejor en nosotros mismos y luego, y con más potencia, en el papel u otro soporte a través de la escritura.  No estamos conminados a la poesía de autoayuda (“acción poética”); ni, tampoco, limitados a trascribir en portunhol selvagem.

Andina, para que leamos en su real expresión, de modo gozoso, a nuestro César Vallejo.

Amazonía, para sacudirse del espejismo y culto de los medios –exotismo, multiplicidad de lenguas u otros mimetismos– y optemos siempre, más bien, por las sensibilidades (ejemplo, la poesía de Luis Urteaga Cabrera); éstas, nuestra lengua común.

Latina (USA), para, a ejemplo de Tino Villanueva, dialoguemos más fluidamente con las demás cuencas culturales; y encontremos que nos ligan más afinidades que nos separan diferencias.

España, para que una vez superadas la “poesía de la experiencia” y la “poesía de la conciencia” y la “poesía de la chocolatina”, etc., percibamos todo ello como desde otra margen, la de América Latina; para, luego, permitir filtrarse a borbotones toda esa oralidad y poesía –a cada paso y a cada minuto y a cada lectura de los clásicos– del territorio de España.

México, porque no todo fue Octavio Paz ni todo debe ser ahora  infrarrealismo o un Bukowski, no de sótano, sino de vitrina.  Porque en nuestro contrato con el lector no empecemos por apuntarle con un revólver.

»Leer más

Luis Hernández (1941-1977)

cuaderno

Lo que en un sentido se escribe; en el otro, se intenta borrarlo: sería la poética general que distingue y acerca ambas partes de “Spasmo-Dolviran”.  Como si al humo, de la ofrenda, ya se lo estuviera llevando el viento; y con éste al propio sujeto levísimo que levanta precariamente esta escritura.  Las numerosas páginas en blanco de esta libreta, no incluidas en su totalidad en esta edición, señalarían los auténticos efectos bienhechores del analgetikum; la paz, la calma  No así la escritura, propiamente dicha, disputada –a semejanza de la poesía de César Vallejo– por círculos concéntricos crecientes de oximorones; desde la reiterativa boutade o la paradoja, la contraescritura del dibujo, los márgenes que asedian constantemente el centro de la página… hasta este pretender borrar lo poco que se ha escrito, aunque ello quiera ser –cómo no– siempre grato al lector.  Dar es mejor que comunicarse, no se puede escribir sobre las flores, preferible es el dulce del olvido –entre otros memorables versos de Luis Hernández que con libertad glosamos– es lo que más se parecería a ese silencio, a esa plenitud efímera de la poesía.  A ese “estar en flor de la hora marchita” –inminencia, antesala, primicia– que por todos lados exhala este extraordinario ¿último cuaderno?

»Leer más