Entre los varios seminarios y cursos que ofrece Vallejo sin Fronteras Instituto, proponemos a la comunidad académica dictar “Vallejo amerindio”. Un acercamiento a este tema desde su poesía (LHN, Trilce y aquella póstuma), sus crónicas (“Un atentado contra el regente Horty” o “Teoría de la reputación”) y, también, la crítica sobre su obra (“Vallejo en Arguedas: ahora y siempre”) que ha reflexionado –mucho o poco– desde esta perspectiva. Los honorarios y los horarios quedan a tratar. Contacto a través de este blog o de vasinfin@gmail.com
Con un atento saludo,
Pedro Granados-Presidente de VASINFIN
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14/02/22: Capulí y Granados
6:00pm (Hora del Perú)
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03/02/22: Poesía peruana y administración Castillo
El grupo La república continuará reproduciendo su canon poético; mientras el de El comercio, incluso más, porque en tanto medio constituye hasta hoy amplia mayoría. Las mujeres estarán cada vez más empoderadas, en esto también de la poesía. Y los hombres, sin absolutamente nada que decir, no les quedará otra que imitar a las mujeres. Y ambos, por cierto, querrán ser cada día un poquito más argentinos o, inequívocamente, porteños: tan inteligentes como indigentes. Las instituciones culturales, dispuestas a promover el gusto por la lectura, reclutarán muchísimos más cuenta-cuenteros; como si no bastaran para ello los congresistas o la pléyade de abogados sumados, ávidamente, a nuestra amplia pantalla. Aquellos que viven de la literatura, siempre una capilla mosca por diligente, adoptarán el disfraz que sea necesario para no trabajar y continuar viajando y dizque representando al Perú. Sin embargo, tal como se manipula y pastorea el voto electoral, justamente para lograr este cometido, La república y El comercio a la larga constituyen lo mismo; no podría perpetuarse uno sin el otro. Tal como el tan aguileño Hildebrandt o el simpático y recientemente desaparecido, Marco Aurelio Denegri, destacan en tanto y en cuanto llevan el agua para su molino; el de yo sé más que tú, el de bárbaros versus civilizados, el de tozudamente entender las Humanidades en tanto libros. ¿Legado todo esto de Alan García o de los Fujimori? Pues no, este refuerzo escolar (así entendemos por aquí la poesía) viene de muy antes y tiene para mucho rato. Aunque queremos creer, no decimos avizorar, que la poesía es un Castillo; pero dentro o a pesar del propio Castillo. Desconocida en el ambiente, inclusive más impensada y que Castillo, sin querer queriendo, ahora mismo va animando. La idea de unas Humanidades entendidas como pueblos, y no únicamente como libros; como simétricas a la naturaleza, y no sólo como las narrativas que el especialista, o mal pensado, sabrá desmadejar. La gente de siempre o la que se sume a este previsible nuevo gobierno, en el bicentenario de la independencia del Perú, no será inmediatamente otra o distinta con el nuevo presidente. Aunque deberíamos contar siempre, también, con la astucia de la poesía; sólo ella podrá hacernos mejores.
28/01/22: Trilcescenas (I/LXXVII)
“Trilcescenas (I/LXXVII)” explica, puntualmente, los poemas-escenas de Trilce e identifica sus imágenes protagónicas. Recrea el esquema, retablo o puesta en escena general del poemario. Nos quedamos con esta última frase (“puesta en escena general”) porque, aunque cada uno de los LXXVII textos de Trilce configure un evento o acontecimiento independiente, el entramado de sus imágenes no es autónomo. Es decir, estas últimas tejen una red de afinidades –solidaridades, complementaciones, inversiones– e incluso honran entre aquéllas una jerarquía según sea su relevancia temática o conceptual respecto a todo el libro. Este será el caso de Trilce I, cuya trama y actores inmersos en ella, y no solamente por constituir el cuadro liminar, tendrá un singularísimo relieve en todo el conjunto del poemario. Sin embargo, debemos adelantar, y tal como sucede con los pares binarios de cada una de las escenas “cerebro” que se trocan en andróginos en el primer capítulo, “Trilce/Teatro: guión, personajes y público”, que con Trilce I no existe excepción; es decir, también esta escena se tornará complementaria y se metamorfoseará en relación a otras. Lo específico de nuestro segundo capítulo, “Trilcescenas”, consistirá en incluir los poemas de Trilce no aparecidos en aquel primer capítulo, 37 en total.
13/01/22: Humanidades de César Vallejo: Centenario de Trilce/ César Vallejo’s Humanities: Trilce Centennial/ Humanidades de César Vallejo: Trilce Centennial
Nuestra investigación sobre la presencia o rol de las Humanidades en la poesía se inició el 2007 con una ponencia titulada, “Las humanidades en los talleres de creación literaria” (Coloquio Interdisciplinario de Humanidades “El futuro de las humanidades, las humanidades del futuro”, 27 al 29 de agosto en la PUCP). A partir de aquí no nos hemos detenido en nuestra pesquisa, la misma que ha indagado y ha desembocado en describir las distintas nociones de las Humanidades –en tanto libros, pueblos, narrativas y pos antropocentrismo– en la obra de César Vallejo; por ejemplo, en “Periodismo y humanidades en César Vallejo”, “Ciudad Trilce y ¿trilceanas ciudadanías?” o “Trilce: el sujeto del acto“.
A partir de estos antecedentes, y para celebrar los 100 años de un poemario fundamental como Trilce (1922), proponemos un curso (“Humanidades de César Vallejo: Centenario de Trilce”) que ofrecemos a la comunidad académica internacional. Es decir, nos allanamos a implementar y dictar dicho curso, virtual o presencial, en la institución que nos lo solicite.
Our research on the presence or role of the Humanities in poetry began in 2007 with a presentation entitled, “The humanities in the workshops of literary creation” (Interdisciplinary Colloquium of Humanities “The future of the humanities, the humanities of the future”, August 27 to 29 at the PUCP). From here we have not stopped in our research, the same that has investigated and has ended up in describing the different notions of the Humanities –like books, peoples, narratives, and post-anthropocentrism– in the work of César Vallejo; for example, in “Journalism and humanities in César Vallejo”, “Ciudad Trilce and ¿trilceanas Ciudadanías?” or “Trilce: The subject of the act”.
Based on these antecedents, and to celebrate 100 years of a fundamental collection of poems like Trilce (1922), we propose a course (“Humanities of César Vallejo: Centennial of Trilce”) that we offer to the international academic community. That is, we agree to implement and dictate said course, virtual or face-to-face, at the institution that requests it.
Nossa pesquisa sobre a presença ou o papel das Humanidades na poesia começou em 2007 com uma apresentação intitulada “As humanidades nas oficinas de criação literária” (Colóquio Interdisciplinar de Humanidades “O futuro das humanidades, as humanidades do futuro”, 27 a 29 de agosto na PUCP). A partir daqui não paramos em nossa pesquisa, a mesma que investigou e acabou descrevendo as diferentes noções das Humanidades –como livros, povos, narrativas e pós-antropocentrismo– na obra de César Vallejo; por exemplo, em “Jornalismo e Humanidades em César Vallejo”, “Ciudad Trilce e ¿trilceanas Ciudadanías?” ou “Trilce: O sujeito do ato”.
Com base nestes antecedentes, e para celebrar 100 anos de uma coleção fundamental de poemas como Trilce (1922), propomos um curso (“Humanidades de César Vallejo: Centenário de Trilce”) que oferecemos à comunidade acadêmica internacional. Ou seja, concordamos em implementar e ditar o referido curso, virtual ou presencial, na instituição que o solicitar.
11/01/22: CORRECCIONES A LO QUE SE HA CONTADO SOBRE MI GENERACIÓN. Por Vladimir Herrera, poeta (n. 1950)
1
Debieran los artículos en que se impone la memoria ser también un ejercicio de estilo. No esa cosa soporífera que termina siendo lo que en quechua decimos un ccharwi. Sin ninguna tensión, sin ninguna gracia tocan el tiempo de una generación la del 70 que mereció el olvido y la pena y sin embargo perdura como la desesperanza de unos años sin excusa. Porque fueron los años sin excusa los que de pronto se agolpan y se vuelven una trampa cuando de relatar los hechos y el tal como éramos se hace necesario.
Pienso en Alberto Hidalgo y en Pedro Granados partidos por la mala leche pero siempre animados por la lucidez y el estilo. Lo que hace de la literatura un acto de humor insoslayable. En el que lo que no se dice o no se recuerda bien existe tras bambalinas como verdad y mentira. Allá el poeta que se encuentre con su propia obesidad y decida renunciar al tal como éramos.
2
Y cómo éramos. En setiembre del 75 tomamos un barco italiano llamado Donizetti Fernando Ampuero y el suscrito. O sea yo. Que dejaba en el muelle del puerto a una desconsolada actriz envuelta en su poncho de guerra. Ella y mi desordenada vida de entonces habían logrado que meses antes uniera los destinos de Carmen Ollé y mi querido Enrique Verástegui, dicha así la cosa suena muy fuerte. Fue en el zaguán de La Crónica. Le dije en la sala de redacción Zambo te voy a presentar a una hembrita a la que le gusta tu poesía y además es blanquita. Los ojos del zambo brillaron a pesar de las empañadas gafas. Simpatizaron mientras me iba yo a paso redoblado a ver a mi actriz que trabajaba en la farmacia de sus padres a dos cuadras de La Crónica. Lo cuento porque no es cierto lo que dice Santiváñez que Carmen Ollé trabajó en la Crónica. No es cierto. El joven pervierte los hechos y me saca deliberadamente de escena. Lo he dicho en otra parte, a La Crónica nos llevó Reynaldo Naranjo por encargo de Cesar Calvo, Nos pilló en una mesa del Palermo y haciendo el ademán de un látigo clamó en voz alta POETAS A TRABAJAR. Los escogidos fuimos Verástegui, Pimentel y yo. Trabajamos con Hildebrandt y Lauer bajo la sombra de Abelardo Oquendo. Meses antes Verástegui y yo habíamos trabajado en la Revista Vistazo dirigidos por Taquito Tamariz y Rina Barea. Eso duró muy poco. Vivíamos en un cuartito del pasaje Velarde 113 junto con Oscar Málaga. En ese cuartito se escribieron Los Cantos a Aloer, Los extramuros y Mate Cedrón. Luego sigue una historia larguísima.
3
En el cumpleaños de Helena Usandizaga del año 77 concurrieron a la fiesta en mi casa de Valle Hebrón en Barcelona, Roberto Bolaño, Mario Santiago, Bruno Muntane, Verástegui y Ollé mas algunos barceloneses como Cristina Fernández Cubas y Carlos Trias. La borrachera fue descomunal. Llegamos a bailar la música de los sikuris de Puno en completo extasis. Los catalanes no nos tomaban en serio y nos hundimos en las tinieblas del paraíso. Yo con algo de culpa acompañé a la pareja de peruanos ilustres en lo que pude. Me sentía responsable por haberlos presentado en Lima. Hasta viaje a Menorca acompañado de Karen para ver cómo estaban. En invierno Mahón es horrible por lo que los alquileres son muy baratos. Pero fui y nos hicimos compañía. Por otro lado mi amistad con Bolaño floreció entre los camping de Gavá y el Café de Colombia donde Herralde hacía las fiestas de Anagrama. Nunca supe de alguna disputa entre Bolaño y el Zambo. De la pareja de peruanos ilustres no supe nada por un buen tiempo.
4
Volviendo al viejo pasado como reza el tango debo anotar el primer internamiento de Enrique en el Emilio Valdizán camino a Chosica. El me contaba cómo perseguía a las loquitas y yo le llevaba fruta. Pero eso es la protohistoria junto con el paleteo en la procesión del señor de los Milagros del que prefiero no acordarme.
5
Hace poco, harán dos años ya, en mi Hacienda del Cusco y con Carmen Ollé de visita en una navidad tranquila, hablábamos del viejo y del nuevo pasado. Fue un verdadero goce nuestra mirada al mar del tiempo. Parecíamos estar en los detalles de esa novela de Italo Calvino El castillo de los destinos cruzados. Creo que debimos haber bebido de más.
6
Debo confesar que todo lo que se escribe sobre mi generación me irrita por su inexactitud y falta de estilo. Y ya se ha escrito mucho y todo es falso.
Mi amistad con Santiváñez corre el riesgo de no florecer nunca. No creo que se haya olvidado que lo eché de una fiesta en casa de Marina Schreiber en el jirón Chota hace miles de años. Además qué hago con esto que un importante crítico me escribe ¨ Lo que te copia él, Santiváñez, es tu sintaxis quebrada, el léxico y el tono. Y con los mismos ingredientes hace una poesía mucho peor.¨ O sea que entre dos poetas malos, el más malo es el que copia.
7
Otra cosa es la patraña de Hora Zero, que es la mayor patraña de la literatura peruana actual. Un cuentazo vil que ha chorreado sobre muchos jóvenes incautos. Y que ahora dispara desde El Comercio. Pobreza conceptual, poca poesía, patería y bulla son la sustancia de todo lo que tenga que ver con ese rótulo. Me odiaron desde el dos mil cuando dije en una entrevista en razón de mis Poemas Incorregibles de Tusquets , a la agencia EFE , y se publicó en el Comercio, que eran fujimoristas. Y resulta que sí, que Mora Zero era fujimorista. Además se encargaron de ocultar todo lo que yo había publicado en Europa en veinte años. Maldad de una pandilla de ancianos que perdieron hasta la dentadura postiza mordiendo la teta de la mala poesía.
8
Sobre Vallejo & Company diré que son chicos de nuestra época, con mucha información y poco gusto literario. Sobre todo no le juegan a nada. Sobre nada no le juegan a todo. Ni fu ni fa. Se nutren del prestigio ajeno. Ni son cosmopolitas ni dejan de serlo. Sufren la tragedia de pertenecer a esa clase media limeña colgada del fin del mundo y a punto de desaparecer. Pertenecen pero no logran representar a esa clase. El problema es que ya están en la crisis de los cuarenta cincuenta es decir problemas sexuales, falta de dinero, fracasos amorosos, falta de identidad en una Lima donde hace mucho ha dejado de importar el quien es quien del cómo si cabe cuándo. Viven de oídas y hablan por boca de ganso. Cualquier cosa es poesía para ellos. Les hace falta un país ineficiente y una guerra civil. Adolecen de un pensamiento débil como decía Vattimo y son felices así. Baudrillard o Santiago Lopez Maguiña serían su estandarte pero no Stendhal ni Restif de La Bretonne. Dejémosles correr.
07/01/22: ¿Qué pretendía Juvenal Agüero?
Juvenal y amigos en Marcahuasi, hace un huevo de años.
A modo de Daniel Alcides Carrión, aunque en el área de las Humanidades o de la poesía peruana, Juvenal Agüero se auto-inoculó el virus del anonimato. Entiéndase, el manejarse sin grupete de amigos o de colegas en esta área y, lógico, lo esfumaron de ciudad y campo. Corre ya el año 2022 y, al menos en el Perú (su patria), Juvenal es un total desconocido y, en respuesta a esto, debe ganarse tenaz y meticulosamente la existencia. Objetivo cumplido, entonces. ¿Qué pasó, qué demostró? Que la literatura no la hacen los individuos, sino las instituciones por más equivocadas o periclitadas que éstas sean. Que cuando un determinado autor (si es que esta categoría aún debe permanecer) se adapta o se maneja en consonancia con alguno de aquellos clanes o grupos todo puede ir sobre ruedas; es decir, uno entra en el canon y se coloca en algún punto del partidor. Pero si no.
Un desencuentro clave de Juvenal, iba a decir una de las principales fugas en la sinuosa cañería de sus desgracias, se produjo de modo muy puntual. Corría el año 1994 y a Juvenal no le agradó la poesía de una colega. No recuerda qué gesto improvisó en la cara; pero éste no le gustó en absoluto al yerno de aquella poeta, uno de los dueños de El comercio, que le devolvió la mueca elevada al cubo y deletreando entre los labios algo aquí indeletreable. Obvio, Juvenal se jodió ante el 80 o casi 90% de las comunicaciones en el Perú. Aquella suegra de yerno tan suspicaz y Juvenal, junto a otros dos poetas locales, leían en el “Encuentro con la Poesía Hispanoamericana” organizado por la Universidad de Lima aquel mismo año. Dicho sujeto se sentaba en primera fila y, para ser más precisos, justo frente al lírico escenario. Festival del dramático –arrivederchi, sobre una silla de ruedas, de Emilio Adolfo Westphalen ante un numeroso y compungido público; aunque el autor de Las ínsulas extrañas sobreviviría, gordito y contento y por unos diez años más, por las oportunas y múltiples atenciones que le prodigaron en la clínica Maison de Santé del distrito de Chorrillos. Ahora, ya no con El comercio, sino frente a la ancha base de la pirámide del Perú que constituye la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), no nos explicamos por qué Juvenal cayó de pronto tan mal allí. Hasta el extremo que ni compartiendo semejante vaso de chicha morada y respectivo pan con palta, en análogos kioskos del campus, sus colegas de Letras –por un par de años (2018-2019) el protagonista de Prepucio carmesí enseñó redacción en EE GG Ingeniería– no lo hubieran invitado siquiera para hablar de “Huaco”, de Los heraldos negros, poema vallejiano sobre el que Juvenal era muy elocuente y no menos persuasivo. Pregunta acaso demasiado extensa para respuesta sumaria. Juvenal jamás acreditó en orientaciones neo-hispanas ni neo-indigenistas; ni en, programáticamente, pitucas o damnificadas. Ambas actitudes, creía Juvenal, atentaban contra el libre pensamiento y la inmotivada alegría; auténtica medida de lo humano, añadía para sus adentros aquel ex vecino del barrio de Breña. El problema estriba siempre en cuanto, a costa de tanta anuencia, nos vamos cargando de poder y poco a poco transformamos nuestro complejo, único y expresivo rostro en una vulgar cara de poto, perdón, de palo.
Por otro lado, ¿cómo iba la química de Agüero con las actuales hornadas peruanas de escritores o periodistas o curadores o acróbatas de la cultura? Amnésicas, orgánicas a la hora del vitute y nerviosas por todo, obvio, ignoraban al arrecho irredento que fuera el del accidente con la cremallera (Prepucio carmesí) y el cual –¿acaso lo ignoraban?– precipitara el deceso del escurridizo beato, Martín Adán, justo en llegando al su postrer domicilio en el hospicio Canevaro (Juan Mejía Baca dixit). Nada, pues, con los para siempre sub veinticincos ni sub treintas; ni con aquellos que pretenden ser filósofos a la hora de pergueñar sus versos, sin jamás haber aprendido, de modo paralelo y constante, del insondable arte zen de tender cotidianamente su cama. Y en esto Juvenal no discrimina entre X e Y. Mucha barba, la parafernalia de alguno de estos nuevos tabloides, para tan poca quijada… chateaba Juvenal hace poco con uno de los poquísimos amigos que le quedaban…refiriéndose a V & C, mosquitos aturdidos por su propio zumbido y atentos a la venia de los que mueven el asunto en Argentina o en México… al otro lado del wasap alguien se cagaba de la risa. Porque Mingo cada día y cada vez más, tormentosamente, sabe que es un farsante; como cada uno de los kloakas y, un poco más atrás, cada uno de los canillitas de HZ. La cuarentena tendrá el mérito de obligarnos a sumir el estómago y despojarnos de lo prescindible, que es casi todo. Otro sabroso libelo; aunque, esta vez, de parte de su harto desocupado interlocutor. Coincidencias, más bien, que compartían de vez en cuando y de puro aburridos ambos amigos.
02/01/22: El oro de no tener nada: cien años de Trilce/ Salvador Izquierdo
Si esto fuera Estados Unidos ya habría biopic y serie en Netflix que recreen a Vallejo desde Santiago de Chuco hasta París. Pero claro, esto no es ese país y uno de los temas clave para aproximarse a Trilce es reconocer que lo escribió un peruano del interior, antes de haber salido de su país; y si Vallejo lo hizo, es porque ya había, incluso ahí, unas condiciones y tensiones que alentaban la gestación de un libro tan desbocado, tan rompedor, tan crudo. Había más personas como él también buscando lenguajes propios, en Puno, en Concepción, en Guayaquil, en Xalapa… Quizás debamos desear el continente y las ciudades que se tienen, no los lugares que uno asume son de avanzada.
https://revistamundodiners.com/oro-no-tener-nada-cien-anios-trilce/
VERSUS:
“1922, el año de la revolución cultural”/ ÁLEX VICENTE
Hace exactamente un siglo, James Joyce, T. S. Eliot, Ludwig Wittgenstein y Virginia Woolf firmaron sus obras capitales en un mundo devastado por la guerra y la tiranía. Con ellas cambiaría el rumbo de la novela, la poesía y la filosofía modernas. Cien años después de su publicación, regresamos a ese “annus mirabilis de la cultura occidental”, como escribe Javier Rodríguez Marcos en el reportaje que ocupa la portada de nuestro primer número de 2022. El Ulises de Joyce, La tierra baldía de Eliot y la traducción del Tractatus logico-phillosophicus de Wittgenstein vieron la luz en 1922. Eran obras muy distintas, pero también tenían mucho en común. Todas surgieron después del cataclismo de la Primera Guerra Mundial, con el que termina de una vez por todas “el mundo de ayer”, que diría Stefan Zweig, y arranca simbólicamente el siglo XX. Y todas surgen de las crisis personales de sus respectivos autores y señalan un nuevo campo de batalla para las vanguardias: la fractura del lenguaje.
BABELIA, SÁBADO, 1 DE ENERO DE 2022
01/01/22: URAKUSA POETRY WORKSHOP
31/12/21: ¿Problemas con Trilce?/ In trouble with Trilce?/ Em apuros com Trilce?
Se absuelve desde una pregunta puntual o se desarrolla, incluso, un semestre académico.
Satisfacción garantizada.
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It is absolved from a specific question or it even develops an academic semester.
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