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Docencia universitaria

ZEN SOLOGUREN (PDF)

ISBN: 978-612-00-0196-7

Aquí corresponde explayarse un tanto sobre la deuda de Javier Sologuren (Perú, 1921-2004) con el pensamiento oriental, especialmente con el budismo Zen japonés. Tenemos variado testimonio de sus lecturas y simpatías sobre el tema; por ejemplo,  cuando preguntado –en relación al libro Corola Parva de principios de los años 70– si reconoce en su propia obra influencia directa de los textos de Octavio Paz, nuestro autor contesta: “mi interés por la poesía oriental, en particular lo japonés, es anterior a estas lecturas de Paz” (Vivas 94). Sin embargo, no es propósito de nuestro trabajo hacer una lectura puntual a través de este cristal; manejarnos con una terminología específica que vaya dando cuenta de las huellas de aquella filosofía en la obra del poeta peruano.  No somos especialistas en estos temas, pero creemos que en esta etapa de su poesía [Estancias] (1960) nuestro autor no ha tomado aún partido abierto por aquella tendencia; lo que sí ocurriría en posteriores poemarios, como Corola Parva (1970) y Folios de El Enamorado y la Muerte (1980), donde coincidiríamos con el juicio que esto merece a Roberto Paoli: “El japonesismo debería considerarse componente esencial del arte fino y burilado de Sologuren, de sus preocupaciones gráficas y espaciales” (103)

En todo caso, como una observación liminar, la idea de vacío no debe tomarse como el nihilismo occidental” (Kawabata 15); como “la nada o el vacío occidental” (Kawabata 13).  Es, más bien, remarca el novelista japonés: “un universo del espíritu en el que todas las cosas se comunican libremente con todas las cosas, trascendiendo fronteras, sin límites” (13). Obviamente, nuestra experiencia común del mundo guarda antípodas con este concepto; digamos que nosotros captamos las cosas cartesianamente: claras y distintas. Sirva para ilustrar esta incongruencia la noción oriental sobre el nacimiento del mundo objetivo.  Comentando el famoso haiku de Basho (“¡Oh! Viejo estanque./ Salta una rana,/¡El sonido del agua!), dice Daisetz Susuki: “Tanto el sujeto como el objeto estaban totalmente anonadados… El salto, el ruido, la rana, y el estanque y Basho eran todos en uno y uno en todos. Había una absoluta totalidad; es decir, una absoluta identidad o, para utilizar la terminología budista, un perfecto estado de vacío (Sunyata) “(Susuki 1968: 175).  Para agregar, este mismo célebre estudioso japonés, que “Basho en este momento de exaltación espiritual es el universo mismo, es Dios mismo que dictó el mandato “hágase la luz”.  El mandato corresponde al “sonido del agua”, ya que a partir de este “sonido” brota todo el mundo” (176).

Es decir, el mundo que nos corresponde experimentar es un mundo que ya se ha sacudido de esa primera unidad.  Sin embargo, es a través de la experiencia o práctica Zen como podemos captarle –a este mismo mundo dividido– su primitiva unidad: “Zen… se mantiene siempre en la totalidad de las cosas, donde este mundo de multiplicidad y discriminación es al mismo tiempo el mundo trascendental del vacío (sunyata) y la no discriminación (avikalpa)”. (Susuki 1968: 192). O expresándolo en términos más restringidos, pero semejantes: “Elaborating the concept of “emptiness” (Sanskrit, Sunyata; Japanese, Ku)… the hongaku homon theory involves an ontology of absolute monism or nondualism [Desarrollando el concepto de “vacío” (sánscrito, sunyata; japonés, Ku)…la teoría del Hongaku homon supone una antología de absoluto monismo o nodualismo]” (Noriyoshi 57).

Quisiéramos haber dejado suficientemente sugerido este concepto en vista, repetimos, a que se insinúa desde los primeros poemarios de Javier Sologuren para irse decantando en los posteriores; como a su modo también observa, Ricardo Gonzáles Vigil, acerca de la última etapa de la producción de nuestro autor: “apertura formal –al servicio de una visión totalizadora de la existencia– que fructificó en un feliz equilibrio entre la tradición (no sólo europea, sino también oriental) y la modernidad… (desde Recinto hasta la antología mexicana titulada Vida Continua). “(Gonzáles Vigil 1984:114 115).  Para, luego, este mismo autor agregar, “En este periplo [se refiere a todo su proceso creativo] Sologuren ha sabido nutrirse de las fuentes más diversas y selectas de la lírica universal: grecolatinas, españolas, francesas, italianas, ingleses, japonesas, etc.” (115).

No nos proponemos, pues, encasillar a Sologuren en lo oriental, reconocemos en él ecos de otras latitudes [Ej. la poesía de Jorge Guillén]; pero es importante destacar, al menos a modo de hipótesis, que hasta Recinto conviven –coherentes pero confundidas– fundamentalmente dos concepciones filosóficas: una neoplatónica (clara alusión de enhelo por “otro mundo”, superior o perfecto en comparación del nuestro –del cual sería éste la imagen degradada de aquél— sobre todo a través de la ensoñación y sin quedarse en la “talidad” de las cosas); y la otra Zen, con las características que ya hemos apuntado: abriéndose el vacío, en “este mundo”, a través de la misma “talidad” de las cosas. Es más, al concluir este capítulo vamos a exponer, con sus respectivos cuadros, dos interpretaciones complementarias del título Vida Continua que, teniendo como constante la dinámica ascensional de las imágenes sologurenianas, reflejan de algún modo estas dos concepciones filosóficas al interior de la poesía de nuestro autor.

Granados, Pedro [1987] (2010). Hitos de una Vida Continua: La poesía de Javier Sologuren. Lima: Autor-Editor.  [Nota 12] 27-28.  

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Reemsamblando, interviniendo, reiterando

Tengo fe en ser fuerte.
Dame, aire manco, dame ir
galoneándome de ceros a la izquierda.
Y tú, sueño, dame tu diamante implacable,
tu tiempo de deshora.
Trilce XVI

Hemos demostrado lo que ya hace un par de décadas apareció y se ha ido difundiendo en redvistas y revistas : “Los poetas vivos y más vivos del Perú (y también de otras latitudes)”. Es decir, por lo general de modo sesgado, el objetivo de nuestro blog ha sido el ir ilustrando de manera empírica lo que en buena cuenta se denomina la “creación de la creencia” (Pierre Bourdieu). Aunque, aquello mismo, a veces también de modo explícito, sistemático y no menos lúdico; por ejemplo, a través de la implicancia e insólita repercusión en la Internet de las obras de Cristóbal “Tobi” Kanashiro  (Perú)Alejandro Abdul (Brasil-Paraguay) o Sabina Cachi (Bolivia).  Coproducciones de poesía entre un profesor de aula y sus alumnos.  En suma, auténticos reemsamblados artístico-simétricos vinculados, a su vez,  al mundo virtual con suceso.  “Creación de la creencia”, asimismo,  que en el terreno de la crítica propiamente dicha la ilustra por lo menos un libro del año 2014, Breve teatro para leer: Poesía dominicana reciente.

Hemos estado midiéndole el aceite, sobre todo, a la poesía latinoamericana y española a través de numerosas reseñas y artículos que, por ejemplo, integrarán el volumen denominado “Autismo comprometido: Sobre poesía hispana reciente”. Oxímoron, este último, que revela tanto nuestro íntimo lugar de enunciación tanto como la poesía que espontáneamente apreciamos y estimamos. Y, en contra, de toda aquella demasiado oficiosa que hemos parodiado y sintetizado en “Rompe saraguey”.

Nos hemos hecho y somos parte, aunque cada uno con su particular documento de identidad, de la comunidad de los poetas menores de la antología. Es decir, a la que no tiene fácil ni, mucho menos, automático acceso el lector de hoy y a la cual, por lo general, críticos y curadores de los medios de información tradicionales –de izquierda o de derecha– intenta (vanamente) poner cabe. Lo nuestro, a través de esta opción por una oralidad de segundo grado que pareciera ser todo blog (pienso en Paul Zumthor), no es la cultura oficial ni su lógica, y complementaria, contra-cultura. Ni lo uno ni lo otro: devoramos estos conceptos y actitudes. Tampoco nos sometemos a una camisa de fuerza en tanto escritores. No somos obligatoria, fundamentalista u orgánicamente neobarrocos ni coloquialistas ni minimalistas o de cuanto gesto de moda nos vaya a salir por delante. Todo puede ser más plástico y más libre y contingente en el estilo; como debería serlo también en nuestras ideas y señales de identidad.

Finalmente, deploramos elitismos y populismos… la opción no es o entre las declinaciones del latín o el performance… ni toda estupidez que no sea en estricto soberana y voluntaria. Esto último bien podría ser ya un gesto de estilo.

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Carta natal: Arquipélagos Mestiços – Vallejo Sin Fronteras Instituto (VASINFIN)

Amálio Pinheiro y Pedro Granados en Santos (SP)

Somente composições criativas realizadas a partir das transferências de nervuras podem vir a ser comunitárias/ Solo las composiciones creativas hechas a partir de las transferencias de costillas pueden volverse comunitarias.

Este espaço deve ser visto como um arquipélago mestiço em contínua rotação, vaivém e ziguezague. Nasce dos desdobramentos e interações entre linguagens mapeadas pelo Grupo de Pesquisa “Barroco, oralidades e mestiçagem” da PUCSP. Associa-se com o blog VASINFIN – do Vallejo Sin Fronteras Instituto, de Lima-Peru. Prolonga e represa assim, nestes 100 anos do livro Trilce de César Vallejo (Trilce I contém num verso uma espécie de mini-manifesto estético: “seis de la tarde / DE LOS MÁS SOBERBIOS BEMOLES”) e dos 100 da chamada Semana de Arte Moderna (aquela do “bonde” oswaldiano, “O transatlântico mesclado”, que incrusta e vincula sílabas sonoro-solares, natureza, cultura urbana e ciência), o bolsão de confluências divergentes que constituíram as noções “vanguardistas” de então. Indo e vindo dos movimentos e memórias ameríndios, coloniais e migrante-imigrantes até o presente.

Daí uma expansão do conhecimento lúdico e poético, político e comunicativo, que atravessa os processos criativos das culturas entre o continente e o mundo. Parte da ideia e da prática de que a multiplicidade de formas e repertórios conexos, mutuamente inclusos, entre natureza, corpos e cultura, sob a espécie do lúdico, do rítmico e do erótico, nas culturas da América Latina e do Caribe, obriga a um conhecimento físico-afetivo dos objetos e da natureza, através de uma participação vivencial, relacional e material direta. Trata-se não apenas de “falar conteúdos” sobre a natureza, mas de “estar nela”, marchetado por ela. Todos os termos das tecnologias e ciências importadas devem ser traduzidos e readaptados para essa superabundância de ligações entre paisagens e linguagens. Enorme influxo de imprevisibilidade dentro do previsível.

A mestiçagem barroquizante é um processo de inclusões contínuas de coisa a coisa, entrelaçadas em filigrana, que põe à mostra a musculatura da composição e as nervuras dos materiais. Instauram-se saberes com múltiplos pontos de vista a partir de tauxias e bordaduras em camadas, nas línguas, nas artes e na criação cotidiana, desde os utensílios de cozinha até às grandes catedrais. Somente composições criativas realizadas a partir das transferências de nervuras podem vir a ser comunitárias.

A mestiçagem levada a cabo pelo blog Arquipélagos Mestiços congrega os procedimentos fundantes da tradução, da antropofagia cultural e de todos os nossos barroquismos. A atenção dos sentidos volta-se para as múltiplas pertenças do assimétrico e do miniatural dentro dos ambientes e das relações entre as vozes da natureza, dos corpos e da produção textual. Em vez das lógicas duais, opositivas, ou mesmo triádicas, um continuum multidimensional, uma dança do simultâneo e uma política da alegria.

Amálio Pinheiro

Junho de 2022

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Trilce: Húmeros para bailar (Reseñas)

“Al proponernos un con-vivir performático con César Vallejo (no se trata ya de apenas leerlo), a partir de una partitura de inscripciones (no se trata más de escribir) musicales (la marinera y sus fugas y síncopes, etc.) y sexuales (amores con Otilia y sus ramificaciones) vinculada orgánicamente a la cultura andino-mestiza de los arrabales festivos en formación y movimiento de la Lima de los 1900 y pico, Pedro Granados impugna, de golpe, las consabidas interpretaciones político-esencializantes y nos abre, en un abanico risueño, el vaivén diagramático de Trilce a los textos de antes y después. El mismo Vallejo vendría a decir más tarde, en los Poemas Humanos: “Quiero escribir, pero me sale espuma”/(…) “Quiero escribir, pero me siento puma”, como si mencionara toda esa cosa que viene de abajo, de los costados y de dentro que embiste las palabras”.  Amálio Pinheiro (PUC-SP)

Una lectura heterodoxa de la obra de Vallejo que nos permite redescubrir el humor y el entusiasmo por la vida (junto al sufrimiento) del poeta a través del enigmático y paradójico Trilce (1922). Granados afirma que el contacto de Vallejo con la modernización urbana y los rituales populares de los callejones de Lima (donde afroperuanos, mestizos y asiáticos; obreros, estudiantes, comerciantes e intelectuales pobres; reían, bebían, comían y bailaban por días unidos por el embrujo de la marinera) lo impactó profundamente. Esto se muestra en un segundo plano ya en los Heraldos Negros (1918) y en Trilce en el primer plano, al punto que la resbalosa sería el ritmo de fondo de este último poemario.

Para Granados, Vallejo se sumaría a este mundo moderno y criollo con su mirada y sentimiento andino (heliocéntrico e inkarrista) enamorado de la adolescente Otilia Villanueva Pajares. En Trilce, lo social, lo político y lo erótico, así como lo andino, lo hispano y lo afroperuano se entremezclan y democratizarían a ritmo de jarana criolla. Desde esa simbiosis revolucionaria, luego en París, Vallejo dialogaría con el mundo. Granados nos ofrece una interpretación erudita y desenfadada que nos invita a volver con una sensibilidad más abierta a los textos del poeta.  Martín Valdivieso (PUCP)

Siempre me aproximé al poeta de Los Heraldos Negros bajo las nociones sombrías de José Carlos Mariátegui: “Nostalgia de exilio; nostalgia de ausencia”. Confieso que fue en el libro de Granados (Trilce: húmeros para bailar) donde por primera vez leí una reflexión (cierta, sorprendentemente clara) acerca de la chispa y del humor que subyacen (“…quizá sin que él lo sepa ni lo quiera”, agazapados y en ademán de saltar) en esa oscura melopoeia permutante de la palabra/cadencia que aflora en Trilce.  Pedro Delgado Malagón (República Dominicana)

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Trilce desde Santo Domingo

 

4pm. hora peruana

Ibeth Guzmán (Cruce de Guayacanes, 1983). Narradora, ensayista, docente e investigadora universitaria. Completó un Doctorado en Estudios del Español, Lingüística y Literatura en la PUCMM. Tiene una Maestría en la Enseñanza del Español en la Universidad de Alcalá de Henares. Ha publicado los libros de microrrelatos: Tierra de cocodrilos (Isla Negra, 2012), Yerba mala (Hojarasca, 2015)  y “Tiempo de pecar” (Isla Negra, 2017. Coautora de la antología Voces del valle (Ediciones Ferilibro, 2005) y autora de la antología de mujeres microrrelatistas: Mujer en pocas palabras (Letra Negra/Ferilibro, 2013).

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[La palabra no es lo de menos]

La palabra no es lo de menos

Por cierto

Nadie quiere acostarse

Con una pequeña

Que ya no está una en el colegio

Según aquella porn star

En medio de las redes

Para qué empequeñecer

Por qué decir que somos buenos

O sobre lo bien que pensamos del otro

Y de los malos poetas y de los mezquinos

A los cuales siempre hemos aborrecido

Jamás me acostaría con una palabra de ellos

Se están por morir se acaban de morir incluso

Luego de celebrar la manera en cómo ahorraron

Un par de monedas en combustible

De lo astutos que fueron

Porque a ellos aunque podríamos ser nosotros

Sí que la chingada se los llevó

Que la pelona se los hundió hasta el tuétano

Así que poetas queridos los amo a todos

Hasta que no demuestren lo contrario

Si logran mover el perfil de los cerros

A las cinco de la tarde

Aprueban

Asimismo si las ramas de los árboles

Absorben cada una de sus palabras

Como si de agua como si de sol

Como si de una mirada humana se tratara

Si no lo logran

El premio consuelo

Es que aparezcan en la Internet o en la Tele

Y absuelvan con brillo

Todas y cada una de las preguntas

De los displicentes periodistas

Y se beban para el futuro

La andana de flashes reservados

Y que con su pan se lo coman

Si pan encuentran para ello

Los desaprobados los diletantes los confusos

Los desde chiquitos apegados a la letra

No teman

Ustedes sí o sí verán a Dios y ocuparán

Las primerísimas filas al rededor

A ver si de este modo

Aprenden a no escuchar se ejercitan en no ver

Tampoco en sentir de modo obligatorio

El poema viene de los derrochadores

Desde aquello que sobra y se levanta

Solito

Gratuita natural impensadamente

De gratis de dádiva de tozudo regalo

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