La palabra no es lo de menos
Por cierto
Nadie quiere acostarse
Con una pequeña
Que ya no está una en el colegio
Según aquella porn star
En medio de las redes
Para qué empequeñecer
Por qué decir que somos buenos
O sobre lo bien que pensamos del otro
Y de los malos poetas y de los mezquinos
A los cuales siempre hemos aborrecido
Jamás me acostaría con una palabra de ellos
Se están por morir se acaban de morir incluso
Luego de celebrar la manera en cómo ahorraron
Un par de monedas en combustible
De lo astutos que fueron
Porque a ellos aunque podríamos ser nosotros
Sí que la chingada se los llevó
Que la pelona se los hundió hasta el tuétano
Así que poetas queridos los amo a todos
Hasta que no demuestren lo contrario
Si logran mover el perfil de los cerros
A las cinco de la tarde
Aprueban
Asimismo si las ramas de los árboles
Absorben cada una de sus palabras
Como si de agua como si de sol
Como si de una mirada humana se tratara
Si no lo logran
El premio consuelo
Es que aparezcan en la Internet o en la Tele
Y absuelvan con brillo
Todas y cada una de las preguntas
De los displicentes periodistas
Y se beban para el futuro
La andana de flashes reservados
Y que con su pan se lo coman
Si pan encuentran para ello
Los desaprobados los diletantes los confusos
Los desde chiquitos apegados a la letra
No teman
Ustedes sí o sí verán a Dios y ocuparán
Las primerísimas filas al rededor
A ver si de este modo
Aprenden a no escuchar se ejercitan en no ver
Tampoco en sentir de modo obligatorio
El poema viene de los derrochadores
Desde aquello que sobra y se levanta
Solito
Gratuita natural impensadamente
De gratis de dádiva de tozudo regalo
©Pedro Granados 2022