Bajo este sugestivo título se reúnen, en esta reciente separata (Tokio: Sophia University, 2009), una serie de reseñas, editadas a manera de un ensayo no menos personal y con rigurosas notas, bajo la firma de la doctora Nina Hasegawa (mexicana de origen). El punto al rededor del cual gira el debate es el de la denominada Literatura Comparada frente a los tan en boga Cultural Studies. Para este fin, y sin ocultarnos desde el principio su voto por la primera de las perspectivas en pugna, la autora de este valioso trabajo de compilación y resumen (textos y apartados en torno a Ana del Sarto, Tomo Virk, Dorothy Figueira, Hugo Dyserink, Marcel Bataillon, Octavio Paz, Cao Shunquing y Ana Pizarro; aparte de su “Pensar el mundo de manera global: frutos de una experiencia personal”) expone de modo extraordinariamente didáctico algunas ideas no menos polémicas, respecto a dicho debate y en específico ventilando la opinión de Figueira sobre el particular, que pasamos a enumerar ahora mismo y a nuestro aire:
-El multiculturalism [estadounidense] ha sido el instrumento con que las autoridades norteamericanas han pretendido mantener un discurso de apertura a la “diversidad” durante la era de la globalización sin, de hecho, abrirse ni diversificarse en lo más mínimo.
-El multiculturalism ha sido la palabra favorita de los administradores universitarios deseosos de complacer al gobierno a cambio de beneficios.
-El multiculturalism ha sido la filosofía que ha hecho creer a un sinnúmero de jóvenes norteamericanos que era posible compartir los problemas del mundo y estudiar las culturas sin salir de casa y con sólo leer en inglés.
Ahora “el Otro” se enseña en los Departamentos de Inglés bajo el pretexto de que no hay suficientes recursos económicos para mantener Departamentos de Estudios de Área o de Literatura Extranjera. Gracias a sus tácticas agresivas, los Departamentos de Inglés han logrado apropiarse de la enseñanza de las teorías, y ahora “casi han puesto de lado la enseñanza de la literatura para ocuparse enteramente de los problemas de la identidad y de su formación, de las teorías feministas, psicoanalíticas y poscoloniales.
-El multiculturalism ha transformado el pensamiento crítico que pedía diversidad cultural para “acabar con el racismo endémico” en “una definición simplista de los fenómenos globales basada en la limitada y pobre experiencia étnica de los norteamericanos.
-El multiculturalism ha sido la “reforma liberal” que ha querido convencer al mundo entero de que bastaba con aceptar la diversidad para que las diferencias culturales y los problemas raciales se superaran como por arte de magia. (8-9)
Ahora, tanto primero la autora como nosotros después, incidimos en este perfil del multiculturalism porque, precisamente, desde este punto de vista se enfocan, por ejemplo, los Estudios Poscoloniales (niña de los ojos de los Cultural Studies); los cuales, citando Hasegawa otra vez a Figueira: “están prestándose a jugar una farsa criminal, no solo porque no liberan al Tercer Mundo de su opresión sino porque además lucran con él y lo exprimen cada vez más. (10). Respecto a este panorama de cosas, y siempre otorgando sus simpatías a la otra margen del debate, la docente de la Universidad de Sofía acaso concluiría de este modo: “Hoy en día ha quedado demostrado, gracias a los esfuerzos de Dyserink, Wolfgang Iser, Hans-Robert Gauss, Jeep Leersen y otros, que los métodos analíticos comparatistas que tan “poco científicos” parecían a Wellek [René] (en parte porque se adquirían en la práctica durante las clases, sin necesidad de manuales teóricos, con sólo promover el estudio intenso de las lenguas así como al desarrollar la sensibilidad, el espíritu crítico y la observación al máximo) son métodos de una eficiencia contundente” (15)
Conocimos personalmente a la Dra. Nina Hasegawa en la última y reciente reunión de JALLA (Niterói, Rio de Janeiro); nos demostró en lo poco que la pudimos tratar, por el ajetreo mismo de dicho evento, y además de su generosidad, que efectivamente pensaba el mundo de manera global.