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[con un resto de seducción]

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con un resto de seducción
vas por la ciudad
amas el amor
como cuando adolescente
el amor que no llega
sino cuando no amas más
y este resto de flor marchita
que son tus manos
y este cuenco ya casi vacío
que es tu corazón
sin embargo
tus ojos de auquénido antiguo
tus labios como de ofrenda
de un pez
de carne aromática…

con pocos pasos dominas la ciudad
como antes
a un lado la compasión, aquí
el amor allá
la tolerancia tus manos
todo lo van distribuyendo
junto a tu mirada de mapache
tallada de lujuria
incontenible y acaso
de alguna esencial bondad…

tu sexo vuelto de jade
entonces, tu sangre
de mercurio
que administras
con sumo cuidado
te han elegido el amoroso
el amante
el que efectivamente
sabe del amor
sobre estas hoscas paredes
el que puede pintarte
la cara con el amor…

lento lo acelerado
obtuso lo agudo
inclusivo
aquello que te advertía
sobre los graves peligros del amor
amas cuanto amas
desnudas tu corazón
como si cualquier cosa
al aire que te rodea
de modo firme lo atas
sabio hombre del amor
en eso te han convertido
conmovida roca de azúcar.

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CARTA A LAS CATARATAS DE QUEQUEÑA/ Gloria Mendoza Borda

www.club.lacarasur.com/mimages/sogayprincipal.jpg

Para Jennifer Carpio Espinel
A los estudiantes del II Semestre- Docencia de la ESACBF

No lo esté tentando al Señor, señora
Traumatólogo- Hospital de Yanahuara – Emergencia

La mañana discurría plácida / como un río / girasol abierto / durazno fragancioso / te encontré muerte / con tu lenguaje / de pájaro acuático salvaje / juro que no te busqué / Señora nuestra

en un vericueto de segundo / me jugaste una pasada / como si fuese una imberbe / me tentaste a subir a la cima / bajo un límpido cielo / detrás de la alegría de los muchachos / auscultando el movimiento / de las palomas en sus nidos / encima de la catarata / y en los árboles

escalé la montaña / me hiciste trepar / a una inmensa roca /no supe decir no / rocasca de muerte / me arrojaste a la poza / extraviada / entre chorros de agua de la catarata / caí como a quince metros de altura

debajo del agua / la muerte me tomó / en sus brazos / me paseó por pequeñas parcelas / hermosas piedrecillas de colores / me prodigaron su calor / comprendí que el poema jamás morirá / el poeta sí / el agua era limpia fría limpia / me convertiste en pez
sin saber nadar / en ese naufragio inalterable de transparencia / creíste haber ganado la batalla / atrevida muerte respetada muerte / pensé en mis hijos en mis nietos / en la familia toda /
en el padre de mis hijos / en mi inocencia más allá de lo absurdo /
en mi anciana madre / en mis libros inéditos aun sin organizar/ dormí el sueño de los sueños / dentro de tu desnudez de garza desorbitada / conocí que la memoria de los muertos / es más fuerte que la de los vivos

me dije ¿qué pasó? / no pensé morir como Alfonsina Storni

pensé en mi entierro / la corriente traía notas / de campesinos tocando sicuris / ¿igual que a mi padre? pensé / en este éxtasis profundo / con la muerte / de pronto un ángel salvador / se había tirado a las aguas / me sacudió / estaba inconciente / me cogió de los hombros / me sentó en una roca / no podía mantenerme de pie/
¿estoy viva? pregunté / un silencio nostálgico / cruzó nuestras miradas / Jennifer Carpio con una criatura / en el vientre / arriesgó su vida / mi salvadora / Jennifer cálido abrazo de los míos / sé que Ananí quedó petrificada / gritaba junto al ruido estruendoso de la catarata / ¿del agua salimos y al agua regresamos? / bajó de las altas rocas / Elvis el joven motivador del paseo campestre / dio su negra casaca para cubrirme / usted no manda profesora ahora / hemos decidido regresar al pueblo

más de media hora taquicardia / no teníamos alcohol ni nada / no tengo fracturas / sino golpes fuertes en los brazos / las rodillas y todo el cuerpo / los médicos estupefactos en emergencia / dicen que es un milagro / unos días inmovilizada / para que los cauces internos / tomen su lugar / colibríes picotean en mis dedos /
para escribir esta memoria / mi travesía en Quequeña

tengo sustísimo / Elpidia llamó mi ánimo/ respeto la tierra el agua las piedras / estos días leí narrativa de Doris Lessing / Silvina Bullrich y Walter Lingán

Adalberto fabricó un bastón para el regreso / a Quequeña / Denis cargó mi bolso y perdió mi pañoleta

sé que perdurará el ruido de las cataratas / sí / el agua es dulce el agua es también vida / tomaré el bastón / para correrte muerte
por la hojarasca verde / de la florecida campiña.

ya puedo decir / Gracias a la vida como Violeta Parra

Arequipa, 02 de octubre del 2008
Primavera

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