Poemas del atolondrado/ Oscar Málaga

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Elogio del desastre

El hombre desnudo impone su propia altura,

el aliento feroz de su erótico vacío,

la convergencia de sus miradas al pie del muro.

En la espesura de la noche se ha perdido el rastro de la música,

el alborozo de una piel socavada por la ternura.

Y la poesía se ha vuelto ejercicio de corsarios.

Mutilada palabra por la usura de los mercaderes.

Ladridos formando una pechuga de faisán.

En la ciudad calcinada resplandece como una luna de latón.

No hay turba ni voz solitaria que salga indemne de este desastre.

Todos hemos muerto.

Y el cielo se ha desplomado,

mientras una multitud sin sospechas brotaba de las oficinas.

 

 

Elogio del amor

Darling, you are wonderful tonight

Eric Clapton

 

Nadie puede escapar, nos sujeta un sueño.

Los hombres somos tristes, siempre estamos llenos de propósitos.

De eso se trata, susurrar tu nombre hasta que el mundo esté helado.

No es bueno dormir con el televisor encendido.

Es inquietante pero los cuerpos siempre sonríen.

Me voy a quedar mucho tiempo contigo.

Como una enfermedad que no conoce la muerte.

Quemo la sombra de todas mis palabras sobre la lejanía de tu mejilla.

Antes de enmudecer te escribo este poema.

Que se vaya tu amor, tu locura, tu luz, tu espalda plateada.

Que todas esas verdades se escondan ciegas y desnudas

bajo estas palabras que no tienen estribor ni babor.

Que sean las orillas húmedas y silenciosas

adonde retorne cada noche a esperar mi nacimiento.

No intentes liberarte.

No se sopla un sueño como una hoja el viento del otoño.

Llegué a ti cruzando un bosque.

Imaginé un claro, una fuente, una cabaña, un jardín.

Lo permitido a las aves no lo está a los hombres.

Tus ojos siguieron tristes. Tu extraña mueca helada.

Pero sucede que los campos de fresas están en flor.

Aúllo buscando mi propio rebaño.

Me gustaría poner un poco de orden en mi poesía.

Chica, estuviste maravillosa esta noche.

 

Óscar Málaga nació en Lima en 1946. Estudió Ciencias Sociales y Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Université de Jussieu, en París. Vivió en París, Heidelberg, Barcelona, Madrid, Amsterdam, Santiago de Chile, Moscú, México, Beijing y Nueva York. Actualmente vive en Nueva Zelanda.

Autor de los poemarios Arquitectura de un puente, El libro del atolondrado; y de las novelas Blues de un gato viejo,  El secreto de la trapecista y La ópera de dulce diamante.

Es un poeta de oído impecable.  En su elocuencia, cultiva el arte del secreto; y es precisamente esto lo que seduce al lector.  Como su contemporáneo, el mexicano Edgar Artaud,   no encaja en el horacerismo o lo  infra generacional (submundo, naturalismo, desplantes beat, megáfono doctrinario) y sí, más bien, es  infrarrojo: mira en la oscuridad, subvierte la realidad como jugando con ella e  irradia sin arrugas  un humor inteligente… mayor y desopilante en el mexicano.

Mención aparte merece la reflexión de Málaga, desperdigada en varios de sus poemas, sobre la poesía misma; en la huella y en la altura, en el Perú, de Martín Adán o Luis Hernández Camarero.  Copiamos aquí  estos poemas al azar; como quien pesca sobre seguro.

 

Lima en 1946
Lima en 1946
Puntuación: 5.00 / Votos: 7

Comentarios

  1. MARIA ROSA MANUELA KRUGER BARTON escribió:

    realmente Malaga es un gran poeta

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